Durante las últimas semanas, el panorama político peruano se ha visto conmovido, como en pocas veces, por el rápido ascenso en las encuestas de opinión del líder del Partido Nacionalista Peruano, Ollanta Humala Tasso, a los primeros lugares de la preferencia popular en lo que corresponde a los ciudadanos que postularán al alto cargo de Presidente de la República, desencadenando el consumo sorprendentemente extraordinario de tinta y papel y también de saliva. El caso presenta sugestivos aspectos en lo que toca a sus antecedentes, a su actual situación y a sus perspectivas. Veamos.

Formados desde el hogar y la Escuela Militar

El abogado Isaac Humala Núñez nacido en el distrito de Oyolo, provincia Páucar de Sarasara, Ayacucho y casado con doña Elena Tasso de ascendencia italiana, fue el jefe del hogar-escuela en que nacieron los hermanos Ulises, Ollanta, Antauro, Pachacutek, Katia Ivoska, Cusi Coyllur e Ima Súmac. Todos ellos, ya radicados en Lima, bajo la firme influencia ideológica de don Isaac que para tales efectos contó con el apoyo franco y leal de su esposa, recibieron las primeras e imperdurables lecciones de culto y amor a la gran madre patria tahuantinsuyana y de identificación con los altos valores de la cultura andina; todo ello con la evocación respetuosa y patriótica a la figura de Andrés Avelino Cáceres, militar que luchó contra las tropas chilenas de ocupación durante la infausta Guerra del Pacífico cuando los demás generales habían claudicado. En esos contenidos es posible identificar los dos ejes alrededor de los cuales se cimentó la formación de los hermanos Humala, sobre todo de Ollanta y Antauro. Sus actuaciones anteriores y actuales en la historia reciente del Perú, así lo atestiguan.

Ollanta Moisés Humala Tasso, nació en Lima el 27 de junio de 1963. Su vocación por la profesión militar, alentada por el ejemplo histórico del Mariscal Cáceres y por todo lo imborrable que ocurrió durante el proceso revolucionario liderado por el General Juan Velasco Alvarado, que espectó como estudiante secundario, lo llevó a ingresar en 1979 a la Escuela Militar de Chorrillos, en la que se graduó como oficial del arma de artillería en 1984 conformando la promoción "Centenario de la Epopeya del Morro". Se dice que ya en la Escuela Militar fundó con su hermano Antauro una suerte de logia secreta a la que habría denominado "Militares etnocaceristas" (Mec).

En el año 2000 Ollanta ya había alcanzado el grado de Teniente Coronel (Comandante) del Ejército y cuando ejercía el cargo de Jefe del Grupo de Artillería Antiaérea Nº 501 con sede en Locumba, se sublevó el 29 de octubre de ese año contra el gobierno de Fujimori y contra los altos mandos de las Fuerzas Armadas. Lo acompaña su hermano Antauro, en ese momento mayor de infantería en situación de retiro y 70 soldados, todos quienes durante cuatro semanas ocupan pueblos de la zona alta del departamento de Tacna.

La sublevación se fundamentó en la ilegal y fraudulenta elección de Alberto Fujimori como Presidente de la República, así como en la corrupción e ilegitimidad de los comandantes de las fuerzas armadas. En el "Manifiesto" de la rebelión del 29 de octubre de 2000, se encuentra ya un elemento importante que servirá en su momento para armar el ideario y pensamiento humalista y que se refiere a la recusación frontal a la corrupción administrativa en el seno del Estado, en tanto y en cuanto ella "compromete … la existencia misma del Perú como Estado Nacional Soberano". Posición tajante ésta, que se explica por la escandalosa corrupción montesinista que se generalizó en esos momentos, para vergüenza de todos los peruanos.

Como es sabido, luego de la caída del régimen fujimorista -que sobrevino a la rebelión de los Humala- el gobierno de Valentín Paniagua, designado por el Congreso de la República con carácter transitorio, concedió a los rebeldes una amnistía que generó el reingreso de Ollanta al Ejército y su destaque a la embajada peruana en Francia, que durante el gobierno de Toledo se varió a Corea.

Antauro: De la prédica a la acción

En tiempos de ese cuasi exilio de Ollanta en el exterior, Antauro se empeñó en una intensa actividad organizativa, proselitista y de posicionamiento político del "etnocacerismo". Cientos de "reservistas" (retirados de las FFAA principalmente del Ejército) recorrían el sur y otras regiones del Perú. Se hizo común verlos con su fisonomía característica de cholos, indios o mestizos, participando en mítines, desfiles, protestas callejeras, provistos de altavoces alimentados por pequeños acumuladores eléctricos, pregonando su causa mediante la venta del periódico "OLLANTA", vestidos con trajes de indudable apariencia militar, lo que desató iras de funcionarios gubernamentales. Por supuesto, las medidas prohibitivas del uso de la vestimenta, no se hicieron esperar.

Una de las intervenciones de los etnocaceristas, particularmente polémica, fue la que les cupo en los acontecimientos que rodearon el asesinato tumultuario del alcalde de Ilave. La película "Un paso a la muerte" de los diletantes "cineastas" puneños Hancco y Villasante (verdadero mamarracho que recibiera un inexplicable premio en el exterior), presenta a los reservistas humalistas, como los incitadores y actores de primera fila en el tantas veces censurado crimen, como sicarios al servicio del Teniente Alcalde Sandoval Riva y de otros dirigentes del movimiento que para deponer a Cirilo Robles llegaron al punto de la eliminación física de éste. El ostensible anti-humalismo de los guionistas de la cinta, ha hecho que estos perdieran clamorosamente la objetividad tan necesaria cuando se trata de trabajos históricos, salvo que su intención haya sido producir una película de ficción.

Para no caer en el verbalismo hueco, hay que pasar de la larga prédica a la acción concreta. Así parece haberlo entendido Antauro Humala al protagonizar el "andahuaylazo" el 1 de enero del año en curso. Bajo su mando, los etnocaceristas tomaron la Comisaría de Andahuaylas, con el penoso saldo de cuatro policías muertos, víctimas que ahora son usadas por los enemigos de los Humala para cuestionar sus aspiraciones presidenciales.

Estuvieron con Antauro no sólo los aproximadamente 200 reservistas, sino el grueso de la población andahuaylina. Por lo demás, cientos de personas, en varias ciudades del Perú expresaron su adhesión al movimiento en distinta forma. Esto es sin duda, parte importante del capital político-social que Ollanta viene heredando de su hermano Antauro.

Tal como ahora, esa vez las reacciones contrarias a la acción de rebeldía se multiplicaron. Tan pronto como se dio la noticia de año nuevo, los políticos, los "analistas" y "comentaristas" de siempre, se encaramaron en los sets de televisión y ante micrófonos de variopinta sigla, condenaron vehementemente la toma de la comisaría, la captura de rehenes y la muerte de policías, usando para tal efecto gruesos pero muy manoseados adjetivos.

No faltó, por supuesto, el artículo pontifical ("La Payasada de Humala") del buen escritor pero mal político Mario Vargas Llosa, quien motejó a los alzados como nazis, hitlerianos, pícaros, racistas, insensatos, cavernarios y otros insultos. Debe llamarnos la atención el dato que el periodista peruano Jorge Serrano Torres publicara en http://www.causa popular.com.ar/article296.html , según el cual Mario Vargas Llosa entre los años 1953-1954 fue militante comunista en la "Célula Cahuide", entre otros junto con Héctor Béjar (el ex líder guerrillero) y nada menos que… ¡¡con Isaac Humala Núñez!!.

Los alzados en armas después de algunos días de suspenso y expectación nacional, depusieron su actitud ante la captura (a traición, cuando parlamentaba) de su jefe Antauro. Todos ellos se hallan en prisión, esperando su juzgamiento.

Lo demás es también cosa sabida. Ollanta regresa de Seúl, pasa a la situación de militar retirado y procede a la fundación del Partido Nacionalista Peruano con el natural propósito de participar en las elecciones generales de 2006. Como inicio de campaña Ollanta hace notar que es coherente con los lineamientos vertebrales de la lucha política impulsada por su hermano, pero tomando pública distancia de él en todo cuanto suponga estrategias violentistas y militaristas que sus detractores endilgan al prisionero.

De cara a las elecciones

Así como en muchos países, en el Perú la elección presidencial se muestra como una carrera constantemente arbitrada por las encuestas de opinión.

En las primeras encuestas de agosto y septiembre, Ollanta Humala estuvo virtualmente ausente.

El 29 de octubre, Ollanta aparecía en el cuarto lugar, según IDICE Lourdes Flores llegó al 26,5%, Alan García al 23,6%; Ollanta Humala al 9,1% y Valentín Paniagua, que propugna el denominado Frente de Centro aparece sólo con 7,6%. El representante fujimorista de Sí Cumple lograría una votación del 6,6%.

El 28 de noviembre la Compañía Peruana de Estudios de Mercado y Opinión Pública difundió los resultados de una encuesta en la que Ollanta Humala subió al segundo puesto en las preferencias de voto para las elecciones presidenciales del 2006. Esa última encuesta a nivel nacional revela que el fundador del Partido Nacionalista, ocupa el segundo lugar en las preferencias electorales con el 15.0%, desplazando a Alan García que tiene un 13.4%. Sin embargo Lourdes Flores continúa como líder con el 25.6. También ubica en el cuarto lugar a Valentín Paniagua con 11.3%. La mayoría de los encuestados reveló que definió su intención de voto por Humala hace más de un mes y si se tiene en cuenta que su potencial de crecimiento del apoyo popular es mayor que de sus oponentes, entonces para fines de diciembre tendremos un cuadro sorprendente favorable a Ollanta.

Claro que esto último estará condicionado al previsible acuerdo Ollanta-Antauro como corolario del conflicto emergente (que parece más bien alentado desde fuera de la familia Humala) entre ambos hermanos, ahora mismo precandidatos presidenciales, uno en libertad y otro en Piedras Gordas. No se requiere mucha perspicacia para deducir que el lanzamiento de Antauro apoyado por Ulises el hermano mayor, tiene por objeto llegar a un acuerdo en el que básicamente se reconozca el rol pasado, presente y futuro de cada quien. Los esposos Humala-Tasso tendrán que imponer, más temprano que tarde, su autoridad moral en el tema.

"Pande el cúnico"

Las noticias sobre la espectacular trayectoria ascendente de Ollanta Humala en las preferencias populares, ha debido provocar el consumo acelerado de bromuro, valeriana o pastillas "nerviocalm" del papá de Mafalda, en determinados círculos de la sociedad o "clase política" peruana (todos los que "son gobierno" y los que no siendo gobierno, aspiran a gobernar y trabajan para ello), así como en las comunidades intelectuales no tan nacionalistas ni tan izquierdistas como aparentan. Determinados centros de poder del exterior no están exentos en esa apreciación. A propósito, imaginamos los "chucaques" que hicieron presa de doña Lourdes al enterarse de los últimos resultados de las consultas, o cuando supo que Datum pronostica que la segunda vuelta podría ser entre ella y Ollanta.

Los dirigentes de conocidos gremios de empresarios no ocultan su temor y preocupación por el "vertiginoso ascenso del líder del Partido Nacionalista Peruano, Ollanta Humala en las últimas encuestas de intención de voto". José Miguel Morales presidente de la Confiep, sin decir nada nuevo señaló que el crecimiento de Ollanta Humala en las encuestas "expresa el descontento de una buena parte de la población con el desempeño de la clase política, especialmente del gobierno y del Congreso". Samuel Gleiser, máximo dirigente de Perucámaras, sostuvo que "el discurso de Humala es el paradigma de ahuyentamiento de las inversiones y del turismo, ya que pregona su rechazo a la inversión minera y a las privatizaciones ". A esas entre muchas otras voces de la misma trinchera, se unen las de Arturo Woodman y Graciela Fernández Baca (que parece haber perdido su cusqueñismo) diciendo que Ollanta "representa un retroceso para el Perú… pues las políticas que plantea jamás solucionarán los problemas del país… más bien alejarán al Perú de un mundo integrado y globalizado".

De otro lado, el Movimiento Nueva Izquierda cuya organización política eje es el Partido Comunista del Perú "Patria Roja", expresó a través de su vocero Alberto Moreno, que esa organización entabló conversaciones con Ollanta Humala para una alianza en base a un " proyecto histórico que sobrepasara las elecciones", pero que habían tenido que apartarse por la supuesta "tendencia autoritaria" de Ollanta. Es lamentable que los altos intereses políticos de la coyuntura nacional, tengan que dejar de ser atendidos solo por rasgos de personalidad no probados de uno de los interlocutores.

Tampoco falta algún vitriólico agorero cuyo nombre no es necesario acordarse, pero que queremos registrarlo aquí para que el lector reflexione sobre hasta dónde puede llegar la propaganda simplista, cómica, demencial, nauseabunda al mejor estilo montesinista, que difunden mediante la Internet los detractores de Ollanta y Antauro. Ese sujeto afirma que si los Humala llegan al poder ocurriría lo siguiente: " En primer lugar, ya que se trata de militares ultranacionalistas, se aplicaría la Ley Marcial en toda la república. La delincuencia y la corrupción se castigaría con la pena de muerte aplicando en primer principio inspirador de la doctrina etnocacerista: " Muerto el perro muerta la rabia " y el país en el aspecto económico pasaría por un traumático proceso de nacionalización de todas las empresas privadas al mejor estilo velasquista, con lo cual se aplicaría la ley del " perro muerto " a todas las inversiones extranjeras. El país se convertiría en un paria en el sistema económico internacional e inelegible para toda actividad de intercambio comercial... Los Humalas, le darían una sobrevaloración al aspecto racial en el país mediante un decreto supremo que declare que la raza indígena es la mejor raza sobre la faz de la tierra y por ello… un deber patriótico de todo etnocacerista es el de cuadriplicar la población del Perú hasta llevarla a la cifra de 100 millones de habitantes de los cuales, el cuarto hijo de cada familia llegaría a ser propiedad privada de los Humala... serían "Hijos de la Patria" pasando a formar parte de los cuarteles. Todos los medios de comunicación serían de propiedad del Estado y el Internet sería prohibido en todo el territorio… Los antiguos resentimientos con los países limítrofes revivirían en el acto. Se declararía el Tratado de Paz con el Ecuador ilegítimo y a Chile como "país enemigo" por mantener secuestradas a Arica y Tarapacá... provincias peruanas desde el punto de vista etnocacerista. La región se volvería un polvorín con la decisión " histórica" de nacionalizar e impulsar el cultivo y la industrialización de la hoja de coca en todo el territorio nacional con lo cual nos echaríamos encima y de manera gratuita a los Estados Unidos que mejor pretexto para invadirnos -al mejor estilo de Irak- no tendrían. Esto, sumado a que con seguridad los Humala protegerían a las FARC y en consecuencia se convertirían en fieles aliados del narcotráfico . De esa manera tendríamos malas relaciones con Chile y Ecuador, tensión en la frontera con Colombia y a un disgustado Estados Unidos dispuestos a dejarnos como chicharrón."

También desde el exterior vienen voces "serias" que revelan el pánico. El analista norteamericano M. Radu, hace sonar la alarma:"Un movimiento antidemocrático está carcomiendo el interior mismo del hemisferio americano: la creciente radicalización de los indios de la región andina de Sudamérica y sus actitudes antidemocráticas, reaccionarias y visiblemente fascistas. Esta tendencia es cada vez más marcada en Bolivia, Ecuador y Perú" Afirma que "… Los Humala en el Perú, el mallku Quispe y Evo Morales en Bolivia, los grupos CONAIE y Pachacutik en Ecuador, comparten el objetivo último de reconstruir el Imperio Inca precolombino, el Tahuantinsuyo, desde Ecuador hasta el norte de Chile, incluyendo Bolivia, Perú y parte de Argentina"

En la sociedad civil (que según los sociólogos italianos Mosca y Paretto son todos los gobernados, sean grupos o individuos) el cotarro está alborotado, la expectativa crece indetenible. La lucha política ideológica y programática entre simpatizantes de las diversas opciones, se halla muy movida y avanza abarcando cada vez más públicos. Taxistas, amas de casa, trabajadores de todo tipo y en fin, "la gente", hablan cada día más de la pugna electoral y cruzan críticas y planteamientos sobre el deber ser del próximo gobierno. El apoyo popular a Humala crece bajo la magia del etnonacionalismo y el caso de los departamentos del Sur y en especial Puno, con amplias capas indígenas, así lo ratifica.

Sobre esto, Enrique Bernales ex senador, sociólogo y analista político, pronostica que Ollanta con el voto anti sistema " puede darse el lujo de pasar a la segunda vuelta electoral e incluso ganar las elección de abril próximo, si logra captar los votos de los jóvenes del país -que representan el 40 por ciento del electorado-, y también el voto de protesta ".

Sin contradecir el juicio anterior, nosotros podemos decir que es en las grandes masas indígenas, campesinas y pobres, donde se encuentra el ámbito social estratégico, no solo para las próximas elecciones teniendo esta vez como portaestandarte a Ollanta Humala, sino también para el futuro mediato del Perú y Latinoamérica, en que aparecerán más y nuevas organizaciones y liderazgos populares que tendrán papel protagónico la transformación americana bajo los designios de las naciones originarias del continente. Esa tendencia es ya irreversible; todos lo saben, pero aún hablan poco de ello.

En pos de una plataforma electoral consistente

Ollanta Humala ha declarado que su partido no tiene concluido todavía un Plan o programa de gobierno y que este se dará a conocer en el curso de la campaña electoral. Ello no obstante, el discurso político de su máximo dirigente permite captar algunas ideas, solo algunas, sobre los propósitos del Partido Nacionalista, dejando de lado y solo por ahora, los temas concernientes a la filosofía política que informa la concepción estratégica global que se viene diseñando, pero que tentativamente podría describirse como sigue.

Bajo la finalidad suprema de impulsar el progreso ascendente del Perú para que pueda erigirse en potencia continental, es imprescindible materializar la voluntad de salvar al Perú de los riesgos patentes de una peligrosa inviabilidad como Estado-Nación a la que, durante su vida republicana, lo han llevado las élites de gobernantes ineptos, corruptos, racistas y desnacionalizados. Para ello será imprescindible cautelar la soberanía nacional en todos los campos y aspectos; reivindicar los derechos de las mayorías étnicas empobrecidas y excluidas de la conducción del Estado; alterar radicalmente el estilo de vida política en el Perú abriendo las puertas a una efectiva participación popular democrática en los asuntos de Estado y otorgando mayor poder político y económico a las regiones y municipios; viabilizar una mejor y más justa distribución de la riqueza generada por el trabajo solidario de todos los peruanos; impulsar el desarrollo integral del país con énfasis en el desarrollo agrario e industrial; tener a la educación y a la salud como los dos aspectos clave en toda política social; promover la presencia del empresariado nacional en las actividades estratégicas; efectivizar en el contexto internacional posiciones nacionalistas e independientes; propugnar la unidad política de los pueblos andinos.

Sin duda habrá siempre algo que adicionar y tal vez precisar en los lineamientos generales antes resumidos; pero se entiende que el partido de Ollanta deberá hacerlo pronto, porque las campañas corrosivas para tumbarlo centran sus proyectiles sobre "la falta de Plan", aunque –paradójicamente- ninguno de sus eventuales competidores haya mostrado aún los suyos. ¡Así son!

Publicado en el diario Los Andes, Ed. 7 de diciembre 2005, pp. 5 y 6.