A los gobiernos europeos, que multiplicaron las solicitudes de explicaciones tras el «descubrimiento» de prisiones secretas de la CIA en sus propios territorios, extrañamente les han bastado las evasivas respuestas de Condoleezza Rice.

Es que la señorita secretaria de Estado les ha puesto delante un documento comprometedor: el original de la reunión conjunta del Consejo de Ministros de Justicia y Asuntos Internos de la Unión Europea y de representantes del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, realizada en Atenas el 22 de enero de 2003. Dicho documento secreto, titulado Nueva Agenda Transatlántica (New Transatlantic Agenda), incluye diversos compromisos tendientes a alinear las legislaciones europeas con el US Patriot Act. En el mismo puede leerse que los europeos autorizan «el aumento del uso de las facilidades de tránsito para ayudar al regreso de criminales o extranjeros no admisibles» (increased use of European transit facilities to support the return of criminal/indamissible aliens). En resumen, los «vuelos de la tortura» y las prisiones secretas de la CIA en Europa fueron autorizados con pleno conocimiento de causa y por escrito.

La Red Voltaire había expresado ya en sus columnas cómo Nicolas Sarkozy y Dominique Perben habían adaptado la legislación francesa a las exigencias norteamericanas (véase «La Loi Aschcroft-Perben II» y «La France autorise l’action des services US sur son territoire»). Nuestras revelaciones no fueron escuchadas entonces e incluso fueron calificadas de «excesivas» por un sindicato de magistrados.