La incorporación del ilustre Arturo Woodman Pollit, dueño del dudoso título de ser el testaferro No. 1 de San Dionisio Romero Seminario, el banquero de los banqueros, como candidato a primer vicepresidente en la terna postulante de Lourdes Flores, confirma una alianza reaccionaria, conservadora, anti-chola. Son los dólares compraconciencias y plumas, de titulares, canales, diarios, jueces y vocales, de San Dionisio, puestos al servicio de la señorita Flores que luce un entusiasmo arrollador y trabajo político enfilando sus aspiraciones a Palacio. ¿Puede alguien dudar quién es la candidata del sistema y a quiénes tendrá que proteger ella, de arribar a la primera magistratura? Difícil negar lo evidente y a ojos de todo el mundo.

Woodman Pollit siempre está al centro de mañosas maniobras que favorecen intereses foráneos. Si se trata de bramar por la privatización de Sedapal, allí está el susodicho. En Casagrande, La Libertad, como presidente de la Cepri, favoreció a Easton Capital Azucagro. Donde esté, su habilidad consiste en ser una cadena de transmisión, un vendepatria con falsos oropeles de empresario cuando en realidad es un empleado eficiente, alter ego de noches ditirámbicas y báquicas con San Dionisio –y por ello tiene prohibida la entrada a la casa familiar del banquero- en suma, un funcional sin conciencia de ninguna clase y en cambio, un peón del sistema que perdona la vida a sus patrones.

Pensé que Lourdes Flores tenía elementos inteligentes a su lado. Por lo menos conozco a uno que, supongo, candidateará nuevamente al Congreso. ¿Está dentro de sus compromisos y por encima de principios, su identificación religiosa con San Dionisio? ¡Qué ilógico! ¡Y qué decepción! ¿Qué me dice de quien está voceado como canciller si llega Lourdes, Eduardo Ponce de Vivanco? ¿No sabe que este individuo es el que perdió, en una celebración espirituosa y canalla, documentos secretos del Perú en Chile y que luego fueron devueltos por ese país al nuestro en medio de una sorna que se ha convertido en anécdota vergonzosa? ¿Qué va a limpiar ese inepto en Torre Tagle si es uno de los símbolos vivientes del oprobio y la mancha en esa vieja casona? ¿Desde cuándo los entreguistas tienen patria o solera histórica?

La candidatura de Lourdes Flores afronta un peligro inminente: ¡su desplome vertiginoso! San Dionisio, el banquero de los banqueros, es el paradigma que Mario Puzo quisiera haber tenido para sus novelas emocionantes plenas en traiciones, monras, estafas y compras de jueces y gobiernos. ¡Esa es la percepción de mucha gente que ya empezó a expresar su tristeza decepcionada por la inclusión de un gozne de San Dionisio, llamado Arturo Woodman! ¡Nótese que un periódico de reciente data, en su primera edición y en nota firmada por un reportero joven, pergeñó la candidatura presidencial de Woodman, revelando, de paso, de dónde venía la financiación! ¡Y como diéronse cuenta del ridículo esperpéntico, pararon el carro, pero ahora sí que deben estar de plácemes!

¿Hacia dónde migrarán los votos que perderá Lourdes Flores? ¿Hacia el Apra de Alan García? ¿O hacia Ollanta Humala? El alto índice mostrado en encuestas por la Flores, empujaba un juego delicadísimo: ¡ella era una de las opciones con cualquier otro! Sin embargo, con el padrinazgo innegable de San Dionisio y, con éste, de todo el sistema conservador de todo cuanto está –y así está muy mal y hiede- Lourdes Flores debe cavilar bien la dimensión del yerro en que ha incurrido. No sería raro que le cueste la presidencia para la que han invertido tantos cientos de miles de dólares quienes confiaban en ella como su carta favorita. Al revelarse, en descarada alianza, el patrocinio de San Dionisio Romero Seminario, el banquero de los banqueros, hacia Lourdes Flores, se troncha la esperanza derechista de perpetuar su orden de cosas, asimetrías y regalos descarados de la patria en privatizaciones, concesiones, TLCs y demás artificios entreguistas.

Bien dice el refrán bíblico: ¡por sus obras, les conoceréis!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!