O desmiente a Mario Huamán de la CGTP, de modo categórico, principista y tajante, que le sindica de haberse reunido con San Dionisio Romero Seminario, el banquero de los banqueros, u Ollanta Humala, continúa dando muestras rotundas que ya logró su inserción en el sistema y que sus metas pasan por ocupar un solio presidencial administrativo, que no de poder decisorio, en compañía de forajidos cuya única tarea ha sido hasta ahora la de ser vendepatrias y traidores.

El señor Gleiser de la Cámara de Comercio de Lima ha lamentado que ciertos empresarios sean tan veleidosos y que ahora tomen contacto con personas de las que ayer abominaban. Más suelto de huesos, el empleado de Hunt Oil, Carlos del Solar, sostuvo que los hombres de negocios hacen lo “que más les convenga”. Una sola pregunta: ¿al país, al pueblo peruano o a los bolsillos egoístas de mercachifles acostumbrados a vivir de licitaciones amañadas, contratos bajo la mesa y coimas institucionales aberrantes? A confesión de parte, relevo de pruebas, dice el derecho y también la conseja popular reitera que el “el pez muere por la boca”. ¡La de sinverguenzas que hay en el Perú!

¿Qué puede conversar el candidato Ollanta Humala con San Dionisio Romero Seminario, si efectivamente, se llevó a cabo el cónclave? Descartemos que leyeron la biblia e hicieron conjuros para el bienestar el pueblo peruano. Por principios San Dionisio sólo cautela negocios raros, influencias decisivas en cambalaches claroscuros y es muy conocido por alquilar jueces, comprar periodistas, mentar la madre a todos sus asesores y, sobre todo, ser un déspota capaz de falsificar testamentos y robar, como lo denunciamos pocos años atrás, con la mayor frialdad, ¡cientos de millones de dólares a una de sus primas hermanas!

San Dionisio ya colocó al lado de Lourdes Flores a su testaferro principal, el empleado Arturo Woodman. ¿Seguirá de repente, el banquero de los banqueros, apostando a todos los caballos en carrera? ¡No sería raro! Entonces, adviene filuda la pregunta: ¿qué o cuáles son los compromisos que estaría adquiriendo Ollanta Humala? Definitivamente este es un asunto que sí interesa a la opinión pública que, en significativa porción, cree que Ollanta es un abanderado del anti-sistema, de la reivindicación de millones y de tener la energía y coraje suficientes como para empujar un cambio genuino en Perú.

Lo alarmante es que de los tres principales candidatos, dos de ellos, ya tendrían a embajadores o vínculos más o menos tácitos de San Dionisio, con acuerdos de esos que nunca se firman pero que sí funcionan desde el gobierno. Sólo falta Alan García Pérez. ¿O no? ¿Cuál es o ha sido, desde hace años, el papel del parlamentario Jorge del Castillo? Algunas versiones indican que es un allegado cercanísimo a San Dionisio, no sólo porque integró el directorio del Banco de Crédito sino porque su cuñada trabajaría en al Atlantic Security Bank propiedad en Gran Caimán y otras partes del mundo de Credicorp. Y Credicorp es la niña de los ojos, ¿adivinen de quién?: de San Dionisio. ¡Aleluya, la cuadratura del círculo!

Hay yerros monumentales que empiezan a dejar los confines discretos para tornar en barrabasadas mayúsculas. Muchos colegas me cuentan que Ollanta ya no contesta porque no quiere oír sino lo que le gusta. Dicen que está envanecido a sus pocos más de cuarenta años. Revelan que una fatuidad peligrosa le brota de los poros y que eso le hace mucho daño. Hay una verdad colosal que nadie, comenzando con él, puede negar: ¡él está cosechando cuanto hizo y avanzó Antauro, su hermano preso! ¿No es acaso hora de bajarse de un pedestal que sólo la connatural cobardía de la derecha momia y reaccionaria, le ha regalado como presente griego y espejismo de algo que puede NO llegar a la hora suprema del voto popular?

Ollanta tiene que contestar lo antes posible. Y ojalá que se esfuerce muy mucho en ser persuasivo y claro, muy claro. Así lo hubiera querido nuestro común amigo y enlace, desafortunadamente desaparecido, Carlos Repetto Grand, un patriota grande y muy añorado.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!