Como en el cuento de “viene el lobo”, quizás hemos sido poco eficaces a la hora de presentar la gravedad del asunto y nuestra propia gente está persuadida de que el lobo no vendrá. Nada más oportuno para el lobo que esto.

En este momento, dejar de transmitir la gravedad de la amenaza es suicida. La historia está plagada de acciones similares de los EEUU, contra cualquier país de nuestra región e incluso del planeta por razones mucho menos substanciosas que las que posee para intervenir en Venezuela. No estoy planteando que la acción sea exitosa para el imperio. Eso estaría por verse. Lo que hago es confirmar que Venezuela está siendo objeto de un plan desestabilizador que tiene como objetivo final extirpar la Revolución Bolivariana, dar un sangriento escarmiento y apoderarse de la reserva petrolera más grande del planeta.

Dudarlo raya en la estupidez y algo peor, es ser cómplice de una acción que tiene como objetivo la masacre de nuestro pueblo y la pérdida de la patria. No hay que recurrir a complejos análisis o reflexiones. Basta con leer las declaraciones, por demás de un descaro y soberbia inauditos, del Comandante General del Comando Sur de los Estados Unidos: “Estamos empeñados en un largo plan desestabilizador en Venezuela que debe concluir con un golpe de estado o en una invasión directa”. ¿Alguien puede llamarse a engaño?, quien lo haga, no sólo es un estulto redomado sino un traidor a la patria.

El Comando Sur, con grandes recursos inyectados para tal fin cuando se creó, hace apenas 3 meses, el plan para Venezuela suficientemente conocido por los medios de comunicación internacionales, está trabajando activamente en la penetración de la Fuerza Armada venezolana. De ello da cuenta una investigación adelantada por Eva Golinger. Lo mismo se ha venido haciendo en la penetración, a través de USAID y la NED de las organizaciones populares, con la complicidad de organizaciones civiles y partidos políticos venezolanos.

Exacerbando inconformidades, errores o fallas de la Revolución han ido penetrando al pueblo. Acciones como el retiro de los partidos políticos en las elecciones del 4-D se encuadran en este plan. No van a elecciones porque el plan es otro. Esa vieja zorra que es AD encabezó la partida jugando a ganador, -sobre la sangre del pueblo-, que les ofrecieron los cabecillas de los medios, operadores del plan, como Marcel Granier, Alberto Federico Ravell, Andrés Mata o Miguel Enrique Otero. Sencillamente, los partidos conocen el plan y no quieren quedar fuera a la hora del reparto de las migajas. Esperan ser protagonistas por una vía distinta habiendo perdido el pueblo.

La actitud de la Iglesia, astuta y zorra, está alineada en la misma estrategia. Ponen a correr un documento grotesco escrito desde la mentira por la CEV o mandan al “loquito” Castillo Lara a lanzar una proclama golpista y se esconden detrás de formalidades o excusas en privado. ¡Cómo si no se conociera que una homilía, en acto tan importante como el de la Divina Pastora, no requiere el nihil obstat de la sede! ¡Mentirosos!.

El pueblo debe estar claro, la Iglesia esta en el guiso por más que, me consta, muchos sacerdotes no lo estén. Es la institución la que se está prestando para facilitar y justificar el posible golpe de estado o la invasión de marines a su propia tierra. Es en definitiva un Estado, el Estado Vaticano el que se está prestando para ello. Son claros los sectores que están en el juego. Allí se encuadra la reciente escasez de azúcar, leche o café. Todos siguen un libreto que no tiene páginas ocultas, que conocen bien, con el que están de acuerdo: Miles y miles de muertos. La patria rota, en cenizas, pero de ellos.

Las razones por las cuales EEUU, no ha ejecutado el plan de golpe de estado y posterior invasión aún, son claras también:

a) El saldo de la última aventura en Irak y la posibilidad de abrir un segundo frente sin tenerlas todas consigo respecto del desenlace. Un desenlace que no está claro mientras persista la segunda condicionante.

b) La unión del pueblo venezolano alrededor y en torno a Hugo Chávez Frías. La segura reacción de un pueblo unido en torno a su líder-comandante, lo que sigue siendo un enigma, para ellos, en cuanto al costo real de ese golpe de estado e invasión.

Todos los venezolanos de buena voluntad, -revolucionarios o no- debemos estar claros. Todo cuanto erosione la unión favorece el cruento desenlace, -porque lo será, triunfemos o no-, todo cuanto lastime la comunión entre Chávez, un verdadero fenómeno histórico-político, y su pueblo obra a favor de los planes del imperio. Vienen a por nosotros y lo único que puede desalentarlos es la unión, sólida y firme, de todo el pueblo.

¡Unión, unión, o nos acaban!. Ya basta de ser suaves con quienes dividen. Ya basta de no decir para no alarmar. Ya basta de perdón para los conspiradores apátridas. Ya basta de acciones de supuestos revolucionarios desde este lado de la barricada. Ya basta de tolerancia con los corruptos. A esta revolución, -tal como todos debemos saberlo- le llegó su hora. 2006, es el año de la Revolución. La consolidamos o nos arrasan.