La abogada Flores expresó días atrás que ella no está en guerra y tiene razón. Para sus huestes en Unidad Nacional resulta imprescindible conservar todo como está. De ese modo, los convenios de comercio y navegación de 1998 con Ecuador, jamás recibirán un análisis meticuloso y prolijo y la entrega de territorio nacional a países fronterizos corre el riesgo de ser una línea "central" (¡qué huachafos y mediocres son nuestros políticos en su limitadísimo castellano) de su eventual gestión. No olvidemos que la entreguista Flores ha hecho gala de un desapego a la heredad nacional que ni siquiera 40 días de lecciones aceleradas de realidad nacional y televisiva, pueden revertir o pulverizar. La derecha momia, la que conserva el status quo, la que maquilla y afeita las epidermis, ha renacido con esta frívola cuarentona que pretende vendernos sebo de culebra revestida con bambúes de construcción civil y embajadores topos, como Drago Kisic.

¿Desde cuándo los momios son patriotas? Han regalado el país durante toda la historia republicana. Cuando no convenía a sus intereses, se dejaron arrebatar territorios o los vendieron a precios de oferta irresistible. Jamás se organizaron políticamente y sólo tocaron las puertas de los cuarteles para que les sacaran las castañas del fuego. Entre ellos y en cenáculos que incluyen lágrimas de rigor, elaboran planes de salvación. ¿Del pueblo? ¡Pamplinas! ¡De sus riquezas! Y para ello cuentan con abogados de la lacra abogadil que mercadea con fondos públicos como Luis Bedoya de Vivanco o que coquetea con criminales como el caradura y sinverguenza Alex Kouri. No faltan los donativos de gente como Roque Benavides quien dice que no se daba cuenta de la gran estafa a que era sometido el Perú de hace pocos años, pero es probable que SI supiera que el gobierno de Fujimori le regalaba un fallo judicial en el caso de Yanacocha. O ese otro banquero Dionisio Romero, del Opus Dei y piel de chancho cuyo poder económico le libra de ocupar la suite en las ergástulas que por derecho propio se ha ganado. Entre estos, como una luz de esperanza ya que Boloña no pudo remontar su alicaído perfil,
Lourdes Flores brilla en la nebulosa.

¿Qué ha ocurrido con las otras propuestas? En realidad, la verdad lacerante es que no las hay. La candidatura de Alan García se circunscribe a un cálculo político impecable, personal y profundamente egoísta. García necesita algunos cientos de miles de votos, entonces ningún juez ni movimiento le enrrostrará la prescripción salvadora, habrá entonces legitimado su retorno fácil y sumamente dinámico. Su nómina parlamentaria, con honrosas excepciones, es muy mediocre. Son hombres y mujeres que viven y aspiran a servir a García Pérez y cobijarse al amparo de su manto político, bueno o malo. Los idiotas no piensan ni razonan sino en idiota y su ambición no supera los límites chatos gratificados con los abultados sueldos parlamentarios. Aparentemente para García y su equipo, las ideas de cuestionamiento frontal del Estado, de exégesis de la sociedad, del mundo contemporáneo e informativo, no sirven sino para el discurso y para que AGP obtenga el urgente lavado de rostro. Nótese que la palabra revolución que integra el nombre de su sigla política nunca es pronunciada y es hasta rechazada. Los incendiarios de ayer, trocaron en bomberos de hoy. ¡Y en nombre de una causa dramáticamente personalista!

¿Qué simboliza Toledo y Perú Posible? De varias maneras una terca como intuitiva rebelión contra la dictadura fujimorista y sus hijos legítimos como Lourdes Flores. No podemos aspirar a que este torbellino de gente y confusión de voluntades que es un partido novísimo tenga muy en claro qué busca y cómo llegará a hacerlo. Toledo es un individualista acompañado de unas ganas rabiosas de actuar, sin mayores aspiraciones
doctrinarias ni pretensiones académicas. Su ideario es una colección de palabras que no resiste un riguroso análisis político. Pero en sus filas hay básicamente hombres y mujeres con esperanza y son los que han sido eternamente postergados. Los ricos y adinerados son pocos y los profundamente reaccionarios como Alvaro Vargas Llosa, no dudan en tomar aviones para visitas familiares cuando las papas queman. En Perú Posible hay un terror cerval y que nadie admite pero que todos conocen: ¿y si el cholo Toledo fracasa? ¡Habrán fracasado los no blancos, los mestizos, los que tienen cara de indios que son la mayoría del país pero que aún no acierta a demostrar el orgullo de su raza ni la vigorosa y ancestral combatividad andina!

A los niños bien, a los blancos minoritarios por tez o por dinero (éste blanquea a no dudarlo), repugna la idea que un hombre bajo de las facciones de Toledo, accese a Palacio, acaso por miedo a que se dinamite, de inmediato, la estatua de Pizarro y se la arroje a cualquier basurero público. Y aunque no parezca un intríngulis racial, sí que lo
es y hay que tener la valentía de decirlo rompiendo el pacto infame de hablar a media voz. De igual modo que El Comercio repugnando de Piérola en el siglo pasado clamó: ¡Primero los chilenos que Piérola!, hoy los poderosos viven aterrados que un indio que estudió en Harvard, asiente sus reales en Palacio. Prefieren que una abogada típica, limeña, manejable, sin mayor experiencia de mando, sea la portaestandarte de sus miedos y gonfalonera de lo que ha sido su máxima durante la república: ¡cholo barato, azúcar caro!

¿Qué conserva un conservador en el Perú? La pobreza que ataca en todas las esquinas y en los microbuses. La falta de empleo por empresas que cierran no siempre en buena ley. La discriminación contra todo aquel que no pronuncie bien el castellano y cuyos rasgos delaten un ancestro vernacular. ¿Qué quiere o anhela un conservador? ¡Que todo siga igual! ¡Que frente a un reclamo, sean los abogados con sus interminables oficios y proveídos, los que entrampen cualquier solución y que cuando ésta advenga, sea aquella que favorezca al poderoso o al dueño! ¡Que los parlamentarios ganen mucho dinero y con ello puedan colocar a sus parientes, amigos o queridas en puestos bien rentados! ¡Que los canales no pregunten sino lo más cordial y que nadie objete que sus dueños se
prostituyan como rameras de última categoría! ¡Que existan plumíferos que se rentan a los mejores postores! ¡Que vivan y mancillen la tierra de los Incas, militares que no ganan guerras y sí reciben coimas que se pagan con el dinero de todos los peruanos!

El renacimiento de la derecha momia ha encontrado una candidata fusible. Será útil si llega al gobierno y con ella, la multitud de pandilleros del antiguo régimen. Entonces, cuando ya no sea sino el mascarón de proa, los de siempre, le indicarán que hay límites y fronteras que no se pueden pasar ni cruzar y la robusta Lourdes Flores que no tiene ninguna ambición patriótica o de futuro, salvo para su ego de política menos mediocre entre pobres diablos, le dirán en suma que ya le permitieron lo máximo y que ahora hay razones de Estado para seguir regalando al país en porciones jugosas y que eso además representa un buen negocio para todo el mundo.

La globalización, un pretexto engañabobos. La unión nacional, una excusa ramplona. La femeneidad de la candidata, una bandera ridícula. ¿Será acaso que ya no hay reservas morales en el Perú para rechazar estos inventos de 40 días? ¿No era la Flores la que pedía en voz alta que Fujimori persistiera en el comando del Estado? ¿La que hizo la ley con McM (Mono con Metralleta ) Olivera, contra Alan García Pérez? ¿La que regaló con otros miserables cómplices, Tiwinza al Ecuador?

¿Y quieren meternos por la nariz con el "marketing" de fenicios a esta robusta e improvisada como presidenta del Perú? La derecha momia se equivoca y jamás conseguirá el voto de los humildes y de los anónimos, de los que están en las plazas y calles peleando por una democracia genuina. Lourdes Flores no es más que una carta que dejará de ser útil en poco tiempo. Nada más.

*Liberación, Lima-Perú. 18-3-2001