Durante su discurso sobre el estado de la Unión, George W. Bush la emprendió violentamente contra el aislacionismo. ¿Pero quiénes son en realidad los aislacionistas? El presidente se abstuvo de responder a esta pregunta por una razón válida: ¡no existen! Es una ficción importada de otra época. Si aún se habla de aislacionismo es para imponer disciplina entre las filas. Bush está acorralado e invoca la amenaza aislacionista para librarse de algunos obstáculos. Al hacerlo, impide el debate sobre los pormenores de su política exterior.
Después del 11 de septiembre, George W. Bush se convirtió a las teorías de Woodrow Wilson. El proyecto wilsoniano reposa en dos convicciones: la historia tiene un sentido, una dirección y Estados Unidos es el instrumento de la providencia para marchar en ese sentido y lograr que triunfe la libertad. George W. Bush se ha erigido una vez más en el portavoz de estas convicciones. Pero el problema de las teorías wilsonianas es que raras veces se preocupan por el concepto de factibilidad.
La tradición realista que se opone al wilsonismo no es aislacionista, es el punto de vista de George Washington. Calificarlo de aislacionista para ocultar el debate es una actitud irresponsable.

Fuente
Los Angeles Times (Estados Unidos)

«What isolationism?», por Andrew J. Bacevich, Los Angeles Times, 2 de febrero de 2006.