El presidente ruso Vladimir Putin (a la izquierda) con su homólogo iraní Mahmud Ahmadineyad.

Viktor Mijailov es director del Instituto de Estabilidad Estratégica del Ministerio de Energía Atómica (Minatom) y ex ministro de Energía Atómica.

Viktor Litovkin: Señor Mijailov, los especialistas lo consideran el padre de la actividad electronuclear en Irán. ¿Sabe usted lo que representa actualmente la industria nuclear de ese país y en qué estado se encuentra?

Viktor Mijailov: Efectivamente, yo participé en la preparación del contrato sobre la construcción de la central nuclear de Buchehr. Fui uno de los iniciadores. Estados Unidos no quería cooperar con nosotros y ponía condiciones inaceptables para esa cooperación, así que tuvimos que recurrir a Oriente, a Irán, China y la India. Teníamos que salvar nuestra industria nuclear nacional, teníamos que dar trabajo a nuestros especialistas de alto nivel para evitar que cayeran en la tentación de irse para los países que querían crear su propia bomba atómica.

Claro, yo no volví más a Irán desde que dejé mi puesto como ministro, pero en la época en que visitaba aquel país pude comprobar que las investigaciones nucleares que estaban desarrollando habían alcanzado un nivel muy elevado, lo cual no era nada sorprendente. Prácticamente todos los científicos nucleares iraníes se formaron en universidades de Estados Unidos y Europa Occidental, donde la enseñanza es excelente. Según mis informaciones, cerca de 10 000 iraníes están estudiando en el extranjero, específicamente en Europa y Estados Unidos.

Además, los laboratorios iraníes disponen de equipos de cálculo muy eficaces fabricados por grandes empresas occidentales (por ejemplo, Siemens), equipos como los que los estadounidenses habían prohibido que se nos vendieran. Por consiguiente, pienso que sus centros de investigación siguen teniendo el nivel científico y técnico necesario.

VL: ¿Es de temer que Irán logre próximamente crear el arma atómica?

Viktor Mijailov: Eso me lo preguntan a menudo, a veces en el siguiente contexto: «¿Cree usted que ellos quieren crearla o que solamente lo piensan?» Entonces, yo respondo: «Lo piensan y quieren hacerlo. Es evidente». En estos días, si usted no tiene la bomba atómica es difícil seguir siendo autónomo y soberano. La política de Estados Unidos consiste en implantar su propia democracia mediante el uso de la fuerza. La imponen en países que tienen una historia riquísima y que hicieron enormes aportes a la humanidad. Pero Washington no sabe tratar a esos pueblos con deferencia, desdeña sus tradiciones y costumbres. Trata de remodelarlos al estilo estadounidense, lo cual es imposible.

VL: Pero, a fin de cuentas, ¿tiene o no Irán la capacidad necesaria para crear un arma nuclear?

Viktor Mijailov: Sí, evidentemente. Todo país altamente desarrollado tiene hoy la capacidad de hacerlo, incluso navegando por Internet. Nada más que hay que tener mucho dinero y tiempo. ¿Cuánto tiempo? Creo que deberían poder lograrlo en cinco o diez años. Pueden crear la bomba. Claro está, no será tan sofisticada como la nuestra o la de Estados Unidos. Pero eso no importa. Los estadounidenses tienen miedo de eso, por muy impenetrable que sea su defensa antimisiles. En Washington están plenamente conscientes de que una carga nuclear puede ser transportada por medios diferentes a un misil balístico. Tienen miedo de que pueda haber aunque sea una sola explosión en su propio territorio.

VL: Occidente no confía en Irán. Sin embargo, Rusia vende tecnología nuclear a ese país. ¿Con qué objetivos?

Viktor Mijailov: Rusia nunca ha vendido tecnología nuclear. Más aún, le puedo decir que, desde la época de la URSS, Rusia vela con el mayor rigor por la no proliferación de la tecnología nuclear. Occidente, donde reina la economía de mercado, es el que únicamente puede permitirse ese tipo de cosa.

Para el mercado, lo importante es la ganancia. Fue Occidente el que suministró a los iraníes todo lo que tienen hoy. No hay nada de tecnología rusa en los centros nucleares de allá.

Hasta el propio combustible que suministraremos para la central nuclear será repatriado después a Rusia y transformado para ser reemplazado únicamente después de ese proceso. Yo no he sido el único, otros especialistas rusos ya propusieron a los estadounidenses desde hace mucho la creación de un sistema de leasing de combustible. El país paga el combustible, nosotros se lo suministramos y lo recuperamos después de usado.

Ahora George W. Bush habla de eso como si fuera un gran descubrimiento, aunque no lo es. Yo hice esa proposición hace ya más de diez años, pero los estadounidenses no la apoyaron.

VL: ¿Cómo explica usted el fracaso de la iniciativa de los europeos que trataron de convencer a Irán de que no rompiera los sellos de la OIEA (el Organismo Internacional de Energía Atómica) y de que no realizaran investigaciones con reactores nucleares? ¿Por qué ignora Teherán la proposiciones de la troika europea (Gran Bretaña, Francia y Alemania)?

Viktor Mijailov: Pienso que los europeos van a necesitar tiempo para lograr que Irán confíe en ellos. Debido a la presión de los estadounidenses, ellos abandonaron la construcción de Buchehr después de 1979. ¿Quién puede garantizar que no se echen de nuevo para atrás en lo tocante a sus propias proposiciones por causa de la presión de Washington?

Teherán sabe perfectamente que eso puede volver a ocurrir, así que no creo que los iraníes den el más mínimo crédito a las conversaciones con la troika europea.

Con Rusia no sucede lo mismo. Los iraníes ven nuestras relaciones con ellos, ven que apoyamos su programa energético, su industria electronuclear. Les propusimos crear una empresa mixta para el enriquecimiento de uranio. Eso sería provechoso para ambas partes. Para nosotros porque tendríamos un mercado nuclear civil y para ellos porque podrían formarse en el funcionamiento de ese tipo de fábrica. Sería irracional que ellos construyeran una para un solo reactor. Ese tipo de unidad de producción no es rentable sino al cabo de cien años...

Nosotros hablamos de eso con los iraníes. Si tienen la intención de construir una decena de centrales, estudiaremos entonces el problema del enriquecimiento. Ellos me habían pedido construir una fábrica como la que edificamos en China. pero China es otro país, los chinos tienen fábricas de difusión gaseosa, tienen otras empresas, la necesitan...

VL: Pero, ¿por qué Teherán se resignó finalmente a construir ese tipo de empresa con Rusia?

Viktor Mijailov: No creo que Irán esté interesado en invertir en una empresa mixta. Se trata solamente de aplacar las pasiones alrededor del país, de privar a los estadounidenses de un pretexto para recurrir a la fuerza contra Irán… Usted sabe perfectamente que Estados Unidos tiene en Irak más de 100 000 soldados con tanques y aviones, que Irán está justo al lado y que están listos a atravesar la frontera… Supongo que los iraníes se esfuerzan por disuadir a Washington de hacerlo. Los estadounidenses no comenzarán operaciones armadas durante el verano ya que las condiciones climáticas son insoportables.

VL: Sin embargo, los estadounidenses podrían recurrir al uso de bombas y misiles.

Viktor Mijalov: Las consecuencias serían graves para ellos. Las tropas estadounidenses en Irak están al límite de lo que pueden aguantar y tendrían que vérselas también con el ejército iraní. Es un escenario peligroso. Es verdad que podrían pedirle a Israel que golpeara también, pero eso tampoco resolvería nada. Ellos no saben dónde están los emplazamientos y si son vulnerables. No por casualidad los estadounidenses están trabajando en la creación de municiones nucleares penetrantes que podrían alcanzar blancos subterráneos situados varios cientos de metros bajo tierra. Se trata sin embargo de un problema que no han podido resolver aún.

VL: ¿Cómo podría ayudar Rusia a la solución del «problema nuclear iraní»?

Viktor Mijailov: Nosotros podemos construir con Irán una empresa mixta de enriquecimiento de uranio capaz de suministrar a todos los países que deseen desarrollar su industria electronuclear, para que no realicen ellos mismos el enriquecimiento de isótopos... Aquí hay otra cuestión que me preocupa mucho. Quizás no haya operaciones armadas sino sanciones económicas aplicadas contra Irán.

VL: ¿Cómo puede estar segura Rusia de que en esa situación Irán no fabricará su arma nuclear?

Viktor Mijalov: Rusia ni tiene ningún interés en que Irán disponga del arma nuclear. También pensamos que es necesario restringir el deseo de Teherán de obtener esa arma. Sin embargo, eso depende mucho de Washington. Los estadounidenses tienen que darse cuenta de que se trata de una potencia con una historia inmensa y que no se debe ejercer presión sobre ella o amenazarla. Quizás sería bueno proponer negociaciones… Es un proceso a largo plazo, pero hay que emprenderlo. Sólo entonces Estados Unidos podrá resolver el problema. El uso de la fuerza no conduciría a ninguna parte. Por el contrario, la situación se agravaría y sería peor que en Irak o en Afganistán.

VL: ¿Y si Irán no acepta las propuestas rusas?

Viktor Mijailov: Las aceptará, aunque demore lo más posible en hacerlo. Pero, incluso entonces, es probable que los estadounidenses apliquen por lo menos sus sanciones.

Entrevistó Viktor Litovkin para l’agencia Ria Novosti, 14 de marzo de 2006.