La campaña que se lleva a cabo actualmente en Israel prioriza la forma más que el contenido. Los partidos políticos prefieren entretenerse ante la televisión más que desarrollar su programa.
Los israelíes desean más seguridad sin que se mencione el tema de una potencial reconciliación con los palestinos. La palabra «paz» no está de moda. Para los simpatizantes de Kadima y de los laboristas, la prioridad es la seguridad de las fronteras, del país y resolver los problemas económicos. Ignoro cómo Kadima piensa arreglárselas para sacar a la tercera parte de la población de la pobreza, pero lo primero es la fragilidad de la seguridad interna.
El Likud representaba todo lo que yo detesto, y en ausencia de Ariel Sharon, parece moribundo. Kadima no es mucho más atractivo, se abre a todos los flancos, hasta la extrema derecha. La izquierda israelí es totalmente inexistente y bastante ineficaz por el momento. Su jefe, Amir Peretz, viene de una familia de obreros, es sefardí y no habla inglés. Nada de eso lo ayuda. Olmert tendrá que formar coalición con los partidos religiosos que con seguridad constituirán minorías que bloquearán reformas fundamentales.
Occidente está obsesionado por el Islam. Esta obsesión, este temor, por carambola, alimenta cierta simpatía hacia Israel. Sin embargo, la sociedad palestina también es digna de compasión. La comunidad internacional debería brindar más ayuda a la sociedad palestina, víctima de la pobreza, el desempleo y la desesperanza.
Ayudar a esa gente, calmar su frustración, contribuiría indirectamente a la paz en el Medio Oriente.

Fuente
Le Figaro (Francia)
Difusión: 350 000 ejemplares. Propiedad de la Socpresse (creada por Robert Hersant, hoy es propiedad del constructor de aviones Serge Dassault). Es el diario de referencia de la derecha francesa.

«La gauche israélienne est inexistante et inefficace», por Alona Kimhi, Le Figaro, 26 de marzo de 2006. Texto adaptado a partir de una entrevista.