La última reforma laboral se llevó a cabo, según el Gobierno, con el propósito de generar empleo. Sin embargo, su propósito fue el de bajar los costos laborales y aumentar las ganancias empresariales, tal y como lo corroboraron las investigaciones llevadas a cabo tanto por la Universidad Nacional, de los Andes, la Javeriana y el Externado de Colombia.

Lo concreto es que de conformidad con las anteriores investigaciones, el Gobierno debía reversar la reforma laboral, porque a juicio de investigadores ésta no se tradujo en beneficios sobre el empleo, sino en rentabilidades exageradas de los empleadores.

El movimiento sindical le solicitó al Gobierno la reversión de la reforma y el inicio de diálogos concertados, en la perspectiva de buscar alternativas al problema mayor de la economía nacional, que es el desempleo, que como todos sabemos llega a un 20.8% en relación con el empleo de larga duración.

Pese a esta situación el Gobierno solicitó al Banco Mundial abordar de manera conjunta una valoración sobre la generación de empleo e insólitamente el Banco Mundial consideró que los impactos de la reforma laboral en Colombia habían sido positivos, pero que por ello se hacía necesario profundizarlos, en razón a que se estaban convirtiendo en un grave problema con relación a las economías de la región.

Por esta razón, el Banco Mundial en unión del Gobierno colombiano tomó posición acerca de los diagnósticos y sus propuestas llevando de manera insólita a presentarnos las siguientes consideraciones:

* Sostienen que el salario mínimo en Colombia está muy elevado, por lo cual debe reducirse.

* Debe rebajarse en número de salarios a partir del cual se aplique el salario integral.

* Reitera la tesis conocida de que los aportes parafiscales deben ser eliminados.

* Solicita desvincular la protección social respecto de la relación de trabajo. De modo que se asegure con recursos fiscales y no como pago por la relación de trabajo.

* Propone que se adopte un salario para los jóvenes menor al establecido en Colombia.

* Asegura que el pago dominical sigue siendo el más alto de la región, por lo cual debe reducirse aún más.

Por su puesto que el movimiento sindical rechaza el planteamiento del Banco Mundial y manifiesta que la reforma laboral no generó empleo y que por el contrario, agudizó la precarización del mismo y aumento el subempleo e infortunadamente ratificó una cifra al desempleo de larga duración superior al 20%.

Sea esta la oportunidad, también, para recordar que el 13 de marzo, el Director del Centro para el Comercio Internacional y la Economía de la organización Heritage Fundation, Marc A. Miles, entidad que elabora el ranking de libertad económica, donde Colombia ocupa la posición 91, en un grupo de 161 naciones, manifestó que uno de los principales problemas que debe solucionar el país, tiene que ver con el régimen laboral.

Según el experto Marc A. Miles, “en Colombia existen muchas barreras para las empresas no sólo a la hora de contratar personal, sino cuando debe salir de un empleado, sin mencionar el alto nivel de beneficios para los trabajadores”.

La CUT rechaza semejante pretensión que muestra claramente la voracidad empresarial, que no contentos con la anterior reforma laboral, que no generó empleo, sino que aumentó las utilidades, hoy traen como ventrículo al señor Miles.

Pretender empobrecer aún más los trabajadores con el argumento de que hay que despedirlos más fácilmente y cercenarles los pocos derechos que todavía les quedan, es asumir el criterio neoliberal más ramplón, cuando todos sabemos que lo que el país necesita es la reactivación del aparato productivo, en la perspectiva de generar empleo decente.

Por lo anterior, la CUT convoca a toda su militancia a rechazar tamaño despropósito e invita a la OIT a actuar en correspondencia, porque no tiene justificación alguna el que con argumentos baladíes el BM se inmiscuya en problemas nacionales, cuando los parlamentarios y el gobierno deben saber que es de nuestro tenor encontrar salidas mancomunadas a la situación del empleo, razón por la que no dudamos, una vez más, en rechazar la pretensión del Banco Mundial, que a nuestro juicio no está distante de la pretensión gubernamental.

La exigencia del Banco Mundial está en correspondencia de la política neoliberal relacionada con eliminar los salarios mínimos en todos los países y buscar que éstos se determinen por el número de horas laboradas, de tal manera que no tengamos un piso en materia salarial, sino que ésta obedezca al libre juego del mercado y en tal sentido el salario dependa del monto que se establezca entre trabajador y empresario, soslayando la presencia de la organización sindical.

El Gobierno colombiano en cumplimiento de la política neoliberal está en esta perspectiva, razón por la que nosotros consideramos que hay una estrecha relación entre la pretensión del BM y las del Gobierno colombiano, motivo por la que no dudamos en rechazarla y alertar a los trabajadores para impedir que cunda tamaña insensatez.