ANTONIO MARTORELL, exposición Quijotextos, República Dominicana, 2005

La existencia de un y único referente hegemónico
mundial centrado en el poder global
de USA hace pensar en un panorama
delicado para el país. Ya son conocidas las
diferencias que existen entre la forma de
gobierno entre esa potencia del norte y Venezuela.

La representación del poder imperial
acentuará su presión sobre nuestra
realidad concreta. Venezuela en el concierto
de las naciones latinoamericanas y
caribeñas que rechazan las agresiones e intervenciones
en sus asuntos internos tendrá
que redoblar esfuerzos para hacer valer
su independencia y autonomía.

Los cambios que se vienen produciendo
recientemente en los procesos electorales
de varios países hacen pensar en un giro
que se distancie de lo ocurrido a finales del
siglo pasado y comienzos del reciente.
Gobiernos de tinte más progresista y menos
dependientes de la voluntad de los gobiernos
del norte han hecho aparición y
dan muestras de hacer valer su autodeterminación
no sólo en lo estrictamente político
sino también en el campo económico.

El así llamado Consenso de Washington
quedó para la historia, al igual que el
distanciarse cada vez más de las directrices
del modelo neoliberal. Países como Brasil
y Argentina dieron muestras recientes al
cancelar compromisos con el Fondo Monetario
Internacional. Los pueblos del continente
dejan de lado a la dirigencia que
intenta continuar bajo la égida de Estados
Unidos.

Se observa una mayor compenetración
a nivel de gobiernos del Sur para construir
una alternativa autónoma que los unan
y complementen en sus decisiones de futuro.
En ese contexto las acciones de deslegitimación
que se intentaron producir contra
Venezuela a través del retiro de las candidaturas
para la Asamblea Nacional, el 4 de
diciembre pasado, dan una muestra del camino
que buscarán los opositores al gobierno
durante el año 2006.

Se pretende descalificar a las autoridades
de los diferentes poderes como el
Consejo Nacional Electoral y la Asamblea
Nacional, para luego ir contra el Ejecutivo
cumplimiento de las metas para los años
anteriores, permitirán dar un piso a esa posibilidad,
todo ello junto a una política fiscal
y monetaria que coadyuve al logro de continuar
con una tendencia hacia la baja de la
inflación.

Un elemento referencial que indica
también una disminución significativa es
la tasa de desempleo que viene bajando
desde el pico que se tuvo a raíz del sabotaje
petrolero a finales del 2002 cuando alcanzó
la cima de 20,7%. Cifra esta que concluyó
en diciembre del 2005 en 8,9% la cual
se logra por primera vez en los siete años de
gobierno.

En términos absolutos la misma diferencia
se aproxima al millón y medio de
personas menos desocupadas, para diciembre
del 2005 el total de las mismas se encuentra
en 1.071.304, cifra esta que disminuirá
por debajo del millón en la medida
que continúe el proceso de crecimiento del
aparato productivo nacional, consolidando
puestos de trabajo más estables, haciendo
que el empleo formal supere ampliamente
al informal, para septiembre del 2005 esa
diferencia se encontraba en 8,2%.

Otros valores referenciales se encuentran
en el nivel de las reservas internacionales
las cuales al cierre del año 2005 se
encontraban en 29.984 millones de dólares
si se incluyen los 732 millones correspondientes
al Fondo de Estabilización
Macroeconómica, cifra esta que muestra el
nivel adecuado para las reservas durante el
año por iniciarse.

En esta dirección la reciente modificación
de la Ley del Banco Central de Venezuela
y la subsiguiente creación del Fondo
de Desarrollo (Fonden) han permitido
acumular recursos cercanos a los 7,5
y el propio Presidente de la República. Intentan
transformar, sin éxito alguno, la debilidad
de las organizaciones políticas y la
falta de liderazgo nacional en una deslegitimación
política, tal de construir matrices
de opinión de tipo mediático a nivel internacional
siguiendo los patrones de la democracia
formal y representativa.

La deslegitimación buscada pretende
descalificar el proceso interno de transición
que vive Venezuela ya fehacientemente
pautado en la Constitución de la República
Bolivariana (CRBV). Seguir el modelo
representativo, según algunos, debe ser la
norma sin aceptar la posibilidad de otras
formas de transferencia de poder al pueblo.
En esa lucha se encuentra el país y deberá
el año 2006 mostrar la profundización de
un modelo democrático de otra textura que
siga los lineamientos de una democracia
participativa y protagónica del pueblo.
Ese camino requerirá de grandes esfuerzos
que vayan más allá del enorme compromiso
de la meta ya difícil de alcanzar de
los 10 millones de votos para la próxima
reelección presidencial a principios de diciembre
del 2006. El contexto internacional
en América Latina y del Caribe será
punto de referencia importante para situar
a Venezuela durante el año 2006, de allí la
necesidad de profundizar los vínculos históricos
y culturales que nos unen a este
continente.

Al unísono deberá continuarse
con el reforzamiento de las relaciones con
países afines a nivel mundial tal de contrarrestar
la ofensiva que seguramente provendrá
de Estados Unidos para deslegitimar el
proceso interno que vive Venezuela.
En el plano interno varios aspectos
deben considerarse. Comencemos por lo
económico. Es conocida la dependencia
que tiene el aparato productivo de lo que
le ocurra al petróleo. Los precios de ese producto
se mantendrán según las mejores estimaciones
a los niveles actuales lo que hace
necesario mantener una prudencia presupuestaria
como la expresada en el instrumento
aprobado recientemente por la Asamblea
Nacional que tiene entre sus características
la de aplicar un presupuesto por
proyectos.

Cuestión que permitirá entre otras hacer
más eficaz y eficiente el gasto del Ejecutivo
Nacional. El nivel adecuado de los
precios petroleros impulsará el crecimiento
que se viene observando en los últimos
nueve trimestres alrededor de 13,2%, lo
cual ratifica el 17,9% del año 2004 y el
reciente 9,4% correspondiente al 2005.
Para el 2006 se espera un crecimiento del
producto interno bruto de al menos el 5%,
lo que daría, a final de año, un ciclo de
doce trimestres sucesivos de crecimiento
del producto interno bruto.

En cuanto al fenómeno de la inflación
ha venido descendiendo desde un valor de
31,1% en el 2003 para llegar a menos de la
mitad a finales del 2005 con 14,4%. Para el
próximo año es de esperar que la tendencia
pueda seguir disminuyendo en algunos
puntos para situarse lo más cercano posible
al 10%. Dicha meta requerirá de un esfuerzo
continuado tanto desde el punto de
vista de la demanda como de la reactivación
del aparato productivo interno, sobretodo
en lo concerniente a los alimentos. De allí
la necesaria continuidad y profundización
de los programas ligados a la agricultura y a
los procesos de distribución.

En esta dirección la fijación de los
parámetros básicos en cuanto a los precios y
el control de asignación de la divisa, de lasmillardos de dólares los cuales podrán fundamentar
un proceso de capitalización del
aparato productivo nacional.

Es necesario recordar la necesidad de revertir la
desacumulación que se ha venido observando
a partir de finales de los años setenta.
La relación inversión con el producto
interno bruto que alcanzó casi cerca de un
40% descendió a un 8,3% en el 2003. La
utilización de Fonden así como el llamado
¨Plan de Siembra¨ de Pdvsa permitirán en
los próximos años revertir dicho proceso
de desinversión. De hecho con el uso de los
recursos provenientes de nuestra riqueza
petrolera se podrán concluir durante el mismo
año 2006 una serie de obras de infraestructura
a nivel de transporte masivo y electricidad,
inversiones estas plenamente visibles
a los ojos de cualquier observador desapercibido.

Igualmente en el campo de los servicios
primarios de agua, saneamiento y
hábitat se continúan haciendo esfuerzos
que permitirán a lo largo de los próximos
años cubrir el déficit de infraestructura y
servicios. Este esfuerzo se amplia en la labor
social que se ha venido desarrollando en los
últimos tres años después de superado el sabotaje
petrolero. Inversiones que permitirán
continuar ampliando el potencial productivo
ligado al petróleo, el gas, la petroquímica
y otras industrias básicas en estado de creciente
deterioro y desinversión que se buscaba
como aliciente para un proceso de
privatización ahora revertido en las nuevas
circunstancias del nuevo régimen que surgió
a partir del cambio de gobierno el 6 de
diciembre de 1998.

ANTONIO MARTORELL, exposición Quijotextos, República Dominicana, 2005

En el ámbito social las perspectivas
del año 2006 pasan necesariamente con una
consolidación y profundización de las Misiones.

Dos de ellas aparecen como pilares
de la consolidación, se trata de la Misión
Barrio Adentro la cual tendrá un aspecto
nacional y otro a nivel internacional.
En cuanto al nacional con el mantenimiento
del nivel de servicios de atención
primaria con Barrio Adentro I, y el paso a
Barrio Adentro II con las llamadas clínicas
populares y posteriormente alcanzar un ulterior
nivel con los hospitales especializados.
Al unísono la Misión Mercal deberá
consolidar y profundizar tanto en volumen
cuanto en calidad la distribución de alimentos
a precios accesibles a la población
de menores recursos e incluso atender ciertos
estratos de los sectores medios de la
población.

Las misiones educativas deberán continuar
elevando el escalón alcanzado por
Robinson I al declarar en octubre pasado el
territorio nacional libre de analfabetismo.
El paso subsiguiente del nivel de primaria
deberá estimular el esfuerzo realizado,
tal de movilizar a los niveles superiores
de las Misiones Ribas y Sucre pudiendo
involucrar cada vez más a una población al
margen del sistema educativo.

Las necesidades que solicita el impulso
productivo ya calculado para la inversión
pública y privada en los próximos años
pondrá en tensión las capacidades existentes
tanto de personal técnico como profesional,
de no atacarse rápidamente dichos
sectores de manera masiva junto al esfuerzo
que realiza la Misión Vuelvan Caras, la
insuficiencia del factor humano calificado
podría convertirse en un cuello de botella
importante. En el corto plazo este fenómeno
ya aparece como visible en el ámbito
agrícola, en ciertos subsectores de la manufactura
así como igualmente en los proyectos
del sector petrolero, gasífero y
petroquímico, para no mencionar al metalúrgico
y forestal.

De no resolverse el problema del trabajador
técnico esas insuficiencias podrán
resultar en retrasos importantes a la hora de
ejecución de la multiplicidad de grandes,
medianos y pequeños proyectos ya identificados.
El combate contra la pobreza y la lucha
a favor de la inclusión social han sido
el norte de la política iniciada por el actual
gobierno, afianzadas luego bajo los preceptos
de la CRBV.

En esa dirección una vez superados
los retrasos ocasionados por el Golpe de
Estado de abril del 2002 y el sucesivo sabotaje
petrolero de finales de ese mismo
año y principios del 2003, se ha podido
recuperar la senda de tales principios.
En cuanto al total de pobres extremos,
pobres no extremos y total de pobres,
bajo la perspectiva de una medición
absoluta utilizando el ingreso monetario
sin correcciones debido a las Cuentas Nacionales,
ese porcentaje que alcanzaba en
el año 2000 un 40%, llegó a un máximo
de 55% luego de los acontecimientos arriba
señalados en el segundo semestre del
2003 y se encuentra en el 2005 en un
38,5%, comenzando la cuesta de descenso
que se trató de evitar a finales del 2001.
A finales del 2005 se observa una caída
del número de pobres extremos, con un
decrecimiento de los pobres no extremos.

Efectos importantes tendrán tanto la
disminución del desempleo, la atención
del gasto a los sectores más desposeídos,
las transferencias gratuitas que los mismos
reciben, el aporte directo de la Misión
Mercal, y finalmente, entre otros, la disminución
de la tasa de inflación a un
14,4% anualizado para el 2005.

Esta tendencia de mejorar las condiciones de inclusión
social y política de la mayoría de
la población venezolana continuará siendo
uno de los ejes fundamentales del esfuerzo
a realizar por pagar la deuda social
acumulada en las últimas décadas del viejo
régimen de la Cuarta República, una
vez recuperadas las condiciones de crecimiento
del aparato productivo como claramente
dejan sentados los índices superiores
al 13% en los últimos nueve trimestres.

No hay duda que el índice correspondiente
a las condiciones sociales de vida
seguirá mejorando cualitativa y cuantitativamente
tal de sacar a los pobres extremos
e indigentes de esa zona de exclusión y también disminuir progresivamente
las condiciones de vulnerabilidad de
quienes se encuentren en zonas de pobreza
moderada. La política de inclusión seguirá
de esa manera como un punto clave
y fundamental al lado del aumento del
nivel de conciencia revolucionaria para
así empoderar al pueblo en su lucha por la
independencia y autodeterminación.
Otro elemento a considerar es la distribución
espacial de actividades en el territorio
nacional. En ese sentido la estrategia
de descentralización desconcentrada
comenzada en el Plan 2001-2007 ha adquirido
una concreción adicional con la
identificación de áreas como las llamadas
Granero, Galpón, Lago, sin dejar de lado
lo relativo a la Zona Centro Norte Costera,
el área marítima de frontera con el Caribe,
y la no menos importante Amazónica
de Venezuela.

El Eje Norte Llanero ha pasado a
constituirse en una columna vertebral del
desarrollo endógeno que se quiere impulsar,
este eje que abarca una línea superior
a los mil kilómetros desde la frontera con
Colombia en el Táchira hasta llegar al Delta
del Orinoco en el occidente del país
apenas abriga a unos cuatro millones de
personas con un potencial de duplicación
de dicha población en el mediano plazo.
Como eje estructurante endógeno va
ha permitir reconstruir el tejido de infraestructuras
que alcanza a los sistemas de
transporte masivo de carga y pasajeros, a
completar el sistema eléctrico nacional a
partir de las fuentes hidroeléctricas de energía
del Río Caroní, a la integración de las
fuentes de gas con los centros de consumo
industrial y doméstico, así como el establecimiento
de las redes de oleoductos que
unen la industria petrolera con las fuentes
de extracción.

La reconstrucción del sistema de
infraestructuras básico deberá ser acompañado
por la renovación urbana de las
principales ciudades del país no sólo de
aquellas grandes ciudades situadas en el
Eje Norte Costero sino igualmente de
aquellas otras ciudades intermedias que
permitirían revertir en el mediano plazo el
proceso de concentración urbana que ha
venido dándose en el país en las últimas
décadas luego de la aparición de la riqueza
petrolera a principios del siglo pasado
y la subsecuente concentración de la población
producto del proceso tardío de
sustitución de importaciones que se da a
partir de mitad del mismo siglo pasado en
la zona central del país.

Si bien es cierto que la reversión de
los procesos de concentración poblacional
son difíciles de lograr en el corto plazo, las
perspectivas para un mediano plazo con
un crecimiento de la población proyectada
para el 2015 superior a los 30 millones de
habitantes hacen pensar en la posibilidad
de modificar esa tendencia hacia áreas y
zonas urbanas de menor concentración.
Esas mismas proyecciones del Instituto
Nacional de Estadística estiman una
población de 40 millones para el 2034 y de
unos 47 millones para el 2050.

Bajo estas premisas es mucho el espacio
por ocupar en el territorio nacional de
una manera más armónica y equilibrada a
la actual, para ello la visión de desconcentración
desconcentrada apenas iniciada
requiere de un fortalecimiento de los
centros urbanos intermedios al igual que
una real desconcentración productiva fuera
del Eje Norte Costero.

Esta política es básica si se quiere
superar los patrones que han regido la distribución
poblacional y productiva de
cuando menos el último siglo petrolero.
Para muestras basta un botón como
dice la expresión popular en cuanto a las
perspectivas del próximo año que apenas
se inicia.

Saber aprovechar las fortalezas que
brinda el caso venezolano actual, estando
atento a las amenazas que se ciernen sobre
el futuro inmediato, así como el seguir
atentamente el curso de los acontecimientos
que se generarán con las tensiones que
podrán fortalecer la transición que vive el
país, junto a los cambios que se vienen
dando en el contexto internacional particularmente
en el ámbito latinoamericano
y caribeño, son parte de las esperanzas que
tenemos quienes vivimos y luchamos en
esta tierra de gracia…