El periodista John O’Sullivan presentó en New York, frente a una tribuna repleta de industriales a la cabeza con el presidente estadounidense James Polk, la tesis del Manifiesto Destiny: «La nación [americana] a recibido de la Providencia divina el manifiesto y misión de dominar y controlar todo el continente americano a fin de alimentar y desarrollar la libertad y la democracia. Para luego traer la luz del progreso al resto del mundo libre sobre la Tierra». El público muy entusiasmado lo que permite meses más tarde a James Polk de apoyarse sobre esta doctrina de «misión divina» para justificar su expansión hacia el Oeste (ocupado por los salvajes indios) y la invasión de México (poblado por obscurantistas papistas). El Manifest Destiny hasta hoy en día es una de la palabras claves de la política exterior de los Estados Unidos.