El saudita Talal Sahrani, padre del preso fallecido, Yassir Sahrani, dijo al diario Al Watan que vio el cadáver de su hijo antes de que se le realizara la autopsia en Riad y descubrió hematomas en su cabeza. Los golpes podrían haber causado su muerte.

Mohammed Oteibi, tío del otro preso saudita fallecido, dijo a Dpa que descubrió en el cadáver de su sobrino Manea "manchas negras en los brazos" y hematomas en diversas partes del cuerpo, lo que podría significar que fue torturado.

Aseguró que los forenses estadounidenses le retiraron el corazón, el cerebro y otros órganos a su sobrino, "para que nadie pudiera averiguar la verdadera causa de la muerte". Reconoció, sin embargo, que le vio marcas alrededor del cuello, lo que confirmaría la versión del ahorcamiento, pero desechó esa posibilidad al destacar que el Islam prohíbe el suicidio.

No sólo los familiares de los dos muertos sauditas dudan de la versión del ejército estadounidense, que afirmó que éstos y un tercer preso yemenita se ahorcaron el 10 de junio en el campo de prisioneros de Guantánamo.

Naguib Ghanem, ex ministro de Salud yemenita y miembro del partido islamita Islah, dijo al diario Al Sarq al Awsat que el cadáver de su hijo, que fue trasladado a su país natal, no está completo tras la autopsia realizada en Estados Unidos, por lo que será difícil corroborar el motivo de su muerte mediante una nueva necropsia.

El saudita Sahrani señaló que por una cuestión de principios no puede aceptar el resultado de la autopsia del ejército estadounidense, dado que un acusado no puede realizar una investigación independiente. Su hijo fue llevado a Guantánamo cuando tenía 17 años. En el campo de detención permanecen unos 460 presuntos terroristas, capturados a finales de 2001 en Afganistán, la mayoría sin acusación formal en su contra.

El director de la ACLU, Anthony Romero, dijo que documentos del Pentágono, obtenidos al amparo de la ley de libertad de información, "son la última prueba de la desesperación y de las condiciones inmorales que prevalecen en Guantánamo".

La ACLU aseguró que la documentación muestra que en 2002 funcionarios estadounidenses sabían que muchos detenidos estaban considerando el suicidio. En su momento un preso admitió en una entrevista que entre 40 y 50 de sus compañeros tenían planeado quitarse la vida una vez que concluyera el Ramadán, el mes sagrado musulmán, ante la falta de esperanzas de ser liberados y el abuso de los guardias.

Entre las mil páginas de los documentos publicados figura el testimonio de un preso que pidió hacer su testamento. El recluso afirmó que no deseaba suicidarse, pero que "la muerte había entrado en su espíritu recientemente".

A todo esto, el canciller español, Miguel Angel Moratinos, expresó a la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, la "preocupación" de su gobierno y de la Unión Europea por los "supuestos" vuelos secretos que la CIA ha realizado para trasladar a cientos de sospechosos de terrorismo a prisiones clandestinas.

# NuestraAmérica.Info (Argetnina)