Durante las dos últimas décadas, la comunidad internacional cometió el error de creer que las raíces del conflicto entre Israel y sus vecinos árabes radicaban en la ocupación de Cisjordania y Gaza. Esta semana, con la ayuda de Hamas y del Hezbollah, se ha desvanecido el mito.
El 16 de junio de 2000, Israel se retiró unilateralmente del Líbano, pero el Hezbollah no cesó la violencia, no fue desmantelado como lo pedían las Naciones Unidas y atravesó la frontera para matar a unos soldados y secuestrar a otros. El Hezbollah forma incluso parte del gobierno libanés. El 15 de agosto de 2005, Israel se retiró de la Franja de Gaza, pero Hamas penetró en el territorio israelí para matar dos soldados y secuestrar a otro.
Las acciones de Hamas y el Hezbollah reflejan el violento odio de Siria, Irán y otros en el Medio Oriente contra Israel. En otras partes más razonables del mundo árabe, personas como Hosni Mubarak o Abdallah de Jordania han admitido que es importante reconocer a Israel. El verdadero problema no es la ocupación, sino la intolerancia. La comunidad internacional debe unirse alrededor de Israel.

Fuente
The Boston Globe (Estados Unidos)

«A question for the world community», por Meir Shlomo, Boston Globe, 17 de julio de 2006.