San Salvador Atenco, Estado de México. El olor de la pólvora se esparce por toda la plaza. Decenas de niños y adolescentes se divierten con “la juguetería” de fuegos artificiales y los estallidos de cohetes al fondo de la explanada. Dos templetes se disputan la atención de las familias. Apenas una cerca de altavoces los separa. En ambos escenarios, parejas de jóvenes bailan música folclórica.

A mitad de la plaza, donde la valla de bocinas acaba, los públicos se confunden. Casi se tocan los codos; pero unos y otros observan lo que sucede en un sólo tablado, e ignoran lo que ocurre en el otro. Con ello fijan claramente una posición política. Priístas y perredistas atienden al escenario colocado en la fachada del palacio municipal. Los militantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) y de La Otra Campaña prestan atención al que se encuentra delante del edificio ejidal.

No hay visos de confrontación entre los pobladores; pero tampoco de reconciliación. Ambos bandos pretenden no tomarse en cuenta. A pesar de las luces, los grupos de danza y los músicos, el ambiente no es festivo. A más de cuatro meses de la toma del pueblo por las policías Federal Preventiva y del Estado de México, las diferencias entre los atenquenses se han profundizado. Unos son calificados como “grupo de revoltosos” y otros como “traidores”. Los del Frente de Pueblos no olvidan que los allanamientos a las casas de integrantes del movimiento se realizaron con la participación encubierta de priístas del mismo pueblo.

Los “institucionales” ya gritaron a las once de la noche del 15 de septiembre, como en la mayoría de los zócalos y plazas del país. Hicieron sonar una campana y, con luz eléctrica, escribieron “1810-2006”.

En el otro escenario, las consignas retumban cada que un grupo de artistas finaliza su participación: “¡Presos políticos, libertad!”; “¡que nadie se calle, libertad para Del Valle!”, y “¡Libertad, libertad a los presos por luchar!” En el fondo: murales con la imagen de Emiliano Zapata, mantas que demandan la puesta en libertad de los detenidos en estas calles el 3 y 4 de mayo pasado y fotografías de Ignacio y América del Valle y Felipe Álvarez. Además, caricaturas y consignas de repudio contra Felipe Calderón Hinojosa.

Con seriedad, la mayoría de los atenquenses aguarda con paciencia El Grito “de lucha por la independencia y la soberanía”. Los hombres -de sombrero, huaraches y ropa de trabajo-, pero sobre todo, las mujeres -de chal que les cubre la cabeza y parte del rostro- contienen serenamente el aire que más tarde les desgarrará las cuerdas vocales cuando alcen la voz para decir: “¡Viva!” y “¡Libertad!”.

El Grito

El subcomandante Marcos, Delegado Zero de la Comisión Sexta del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), arriba a la plaza del pueblo. Como desde hace cinco meses, es acompañado por la “burbuja de seguridad”, compuesta principalmente por integrantes del Frente Popular Francisco Villa Independiente. Algunos pobladores se arremolinan a su derredor. Muy pocas cámaras fotográficas y de video acudieron a la conmemoración del inicio de la lucha por la Independencia de La Otra Campaña.

Basta con que el encapuchado se plante en el escenario que tiene de fondo imágenes de Emiliano Zapata para que decaigan las actividades del templete oficial. Súbitamente los del ayuntamiento se quedan sin público y deben cancelar las participaciones de los artistas. Marcos es arropado por una comisión de ancianos del pueblo. Rechaza el lugar principal que le ofrecen y prefiere permanecer entre los viejos de manos callosas y cuerpos terrosos y sudorosos. Los ancianos caminan y hablan lentamente, pero portan orgullosamente el machete.

Antes del Grito, desde el templete se leen las cartas de tres pobladores de Atenco presos en el penal de Santiaguito. Cecilio Ramírez Espinosa, Trinidad y Norma Jiménez Osorio, a través de familiares, gritan por la libertad de los presos políticos, la independencia de México y por las mujeres. También se lee, por más de 20 minutos, un mensaje de América del Valle en el que concluye que “este día no es para festejar una lucha terminada”, sino para recordar que aún no se consigue la victoria de los de abajo.

Entonces el “compañero Ambrosio”, de barba blanca, huaraches, sombrero, machete y bastón, dice: “Tierra, patria y libertad. ¡Viva México!”. La muchedumbre deja salir el grito contenido. Los pobladores no sonríen. Contestan “¡Viva!” a cada grito del anciano; pero en sus rostros no hay señales de alegría, sino de indignación. También tres veces arenga el viejo: “¡Presos políticos..!” y, con rostros furiosos, los atenquenses replican: “¡Libertad!”

El micrófono pasa a otro anciano. El “compañero Panchito” pide cárcel para el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, y grita vivas a Ignacio del Valle “y su familia”, Miguel Hidalgo y Costilla, Atenco y “las mujeres”.

Durito

El subcomandante Marcos habla por primera vez en una plaza pública después de meses de no hacerlo. Reconoce que el movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador “es legítimo, porque lucha contra el fraude electoral”; pero deja en claro que ni los zapatistas ni La Otra Campaña se sumarán a ese movimiento que busca el poder y tiene el apoyo de gobiernos.

Esta vez las críticas no sólo son para la clase política de todos los partidos con registro, sino también para aquellas organizaciones adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona e integrantes de La Otra Campaña que prefirieron integrarse al plantón en el Zócalo de la ciudad de México para defender a López Obrador que cumplir con el compromiso de luchar por la libertad de los presos políticos detenidos en este pueblo.

Apenas empieza hablar el Delegado Zero, en el templete del ayuntamiento se monta una provocación: los “técnicos de sonido”, ya sin público, sin nadie en el

escenario y con los reflectores apagados, deciden hacer “pruebas de sonido”. El ruido comienza a inquietar a los atenquenses y del interior del palacio municipal deciden, luego de algunos minutos, cancelar las “pruebas” y apuran a sus empleados para que entren a sus oficinas.

Transcurren los primeros minutos del día 16 cuando Marcos dice: “Mientras allá afuera se disputan los nombres de Fox, Calderón y López Obrador, nosotros, como zapatistas, escogemos este día el de Ignacio del Valle y, junto con su nombre, el del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el del digno pueblo de Atenco”.

Entonces recuerda que La Otra Campaña no se hizo para imponer alguien que mande “sino para tomar nuestro destino en nuestras manos”. Evoca el compromiso que hicieron las organizaciones adherentes hace un año en La Garrucha, Chiapas, de luchar juntos y no abandonarse.

“Dijimos que íbamos a ser compañeros, que nos íbamos a apoyar unos a otros. Y empezamos. Y hoy, aquí, en esta tierra, recordamos la sangre de Alexis Benhumea, nuestro compañero, muerto por defender a Atenco. Un joven estudiante que no era de aquí y que aquí murió en estas tierras, aunque fue arrastrando su muerte por mucho tiempo.

“Y Alexis estaba aquí el 4 de mayo por la misma razón que Ignacio del Valle, Felipe y Galindo, y todos los del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, estaban en Texcoco el día 3. Porque éramos compañeros. El día 4 de mayo, en toda la república mexicana, nosotros, nosotras, la Otra Campaña, levantamos la bandera por la libertad y la justicia para esos compañeros que habían sido agredidos.”

Reprocha acremente a quienes, integrantes de La Otra Campaña, soltaron la bandera por la libertad de Atenco y corrieron a ver quién los dirigiera y les dijera qué hacer. Señala que quienes criticaron a los zapatistas por haber tomado la “decisión unilateral” de suspender la gira en tanto no salieran libres los integrantes del FPDT son los mismos que se “fueron a poner a la cola de un movimiento que busca el poder” y a nadie consultaron sobre su decisión de abandonar la lucha por la liberad de los presos.

“Allá [en el movimiento que encabeza López Obrador] están las masas, la televisión, los periódicos, las fotos, los artistas, los cantantes, los pintores. Allá está la misma policía que agredió a nuestros compañeros jóvenes en la Escuela Nacional de Antropología, cuando bloquearon el periférico exigiendo la libertad de los presos y presas de Atenco.

“Y estas organizaciones y estos grupos que hace un año dijeron que íbamos a ser compañeros, y que dejaron de serlo en el momento en que las cámaras, los micrófonos, las fotos, se volvieron a ver a otro lado, piensan que vamos a olvidar, que no vamos a tener memoria. Estos compañeros y compañeras que durante este año fueron dejando la lucha para irse a sumar a la cola de ésos, que abandonaron a nuestros presos y que hicieron en el otro movimiento lo que nunca hicieron por los presos de Atenco, esos compañeros y compañeras dejarán de serlo. Y seguiremos, aunque sea solos.”

Entre las organizaciones que dejaron de participar en la lucha por la libertad de los presos de Atenco y se sumaron al movimiento de Andrés Manuel López Obrador se encuentran el Partido Revolucionario de los Trabajadores, la Liga de Trabajadores por el Socialismo-Contracorriente, el Grupo de Acción Revolucionaria, la Central Unitaria de Trabajadores, las estudiantiles En Lucha y Comité Estudiantil Metropolitano y el Frente Popular Revolucionario.

Esta última organización, perteneciente al Partido Comunista de México Marxista Leninista, acompañó al Delegado Zero en su recorrido por 17 entidades federativas durante cuatro meses y tuvo militantes presos, detenidos y golpeados en las calles de Atenco el día de la represión. Por meses, intelectuales y periodistas afines al lopezobradorismo cuestionaron a La Otra Campaña y al subcomandante Marcos por “pasearse” por el país con “jóvenes anacrónicos que llevan banderas de la hoz y el martillo y grandes imágenes de Marx, Engels, Lenin y ¡Stalin!” Ahora los han aceptado en sus filas, pero los han obligado a “ser discretos” con sus retratos, sobre todo con el de Iósif Vissariónovich Stalin.

Los pobladores de Atenco aplauden al subcomandante cuando éste les dice que los comandantes del EZLN llegarían en los próximos días para participar en las movilizaciones que demandan la libertad de los presos. Incluso, Marcos promete que “aunque todos en La Otra Campaña abandonen la lucha por la libertad de nuestros compañeros, nosotros, los zapatistas no la vamos a dejar. Y vamos a seguir luchando por ellos hasta que salgan libres. Y si no los sueltan, los vamos a liberar nosotros”.

Entre aplausos y vivas al propio Marcos, el jefe militar del EZLN agrega que la lucha no es para ver quién va a dirigir al país, sino para que los pueblos se manden a sí mismos. Reitera que su lucha es contra toda la clase política y el capitalismo. Reprocha al lopezobradorismo que hasta ahora se dé cuenta de que “el gobierno es una mierda, que las instituciones no sirven” y de que hay que luchar por los derechos y escuchar al pueblo de México.

“Venimos a decir aquí lo que ya sabemos. Allá arriba no hay solución para nosotros. Ningún líder, ningún caudillo va a construir nuestra solución. Todo lo que tenemos lo hemos conseguido organizados, juntos. Esté o no esté la prensa. Estén o no estén los muchos. Nosotros, nosotras, en La Otra Campaña, vamos a seguir en nuestro camino.”

Apenas termina de hablar, apresuradamente baja del templete, ofrece las manos a las decenas de personas que se le arremolinan para saludarlo y se retira junto con los integrantes del FPFVI. El mitin se disuelve entre los gritos de “¡EZLN!” y la consigna: “¡Cuando el pueblo se levante por pan, libertad y tierra, templarán los poderosos de la costa hasta la sierra!”

A unos días de que se les informara de la reactivación de denuncias penales en su contra por hechos de 2002 -cuando lograron cancelar la realización de un aeropuerto en sus tierras-, los pobladores de Atenco regresan presurosos a sus casas. Se silencian los altavoces de los dos templetes. Se apagan las luces de la casa ejidal y del palacio municipal. Los niños acaban con la quema de cohetes y, junto con sus padres, ingresan en sus hogares. La plaza se queda oscura y solitaria. Sólo permanece el olor a pólvora.

Revista Contralínea- Publicado: Octubre 1a quincena de 2006 | Año 4 | No. 65