En efecto, organizaciones de solidaridad con Cuba han promovido una nueva Jornada Mundial con los Cinco Héroes de la mayor de las Antillas, en el entendido de que divulgar cada vez más su causa es la mejor manera de lograr que finalmente se haga justicia.

Como se sabe, los combatientes cubanos infiltraron en los Estados Unidos a las organizaciones contrarrevolucionarias que con apoyo oficial realizaban actos de terrorismo contra la Isla, como la destrucción en pleno vuelo, en 1976, de un avión comercial con 73 personas a bordo frente a las costas de Barbados.

Y justamente por intentar descubrir y alertar sobre tales crímenes, el gobierno de George W. Bush se ha ensañado brutalmente con sus personas y sus familiares, a quienes se les prohibe o limita sistemáticamente visitarles en las diferentes prisiones donde están recluídos desde hace ya ocho años.

Mientras, gozan de todas las prerrogativas asesinos como Luís Posada Carriles y Orlando Bosch, organizadores de brutales atentados, precisamente como el ya mencionado y centenares más, varios de ellos en el propio territorio norteamericano.

Bosch vive tranquilamente en Miami desde los años noventa bajo perdón presidencial otorgado por George Bush padre, y Posada Carriles cómodamente retenido en El Paso, Texas, acusado solo de entrada ilegal a los Estados Unidos.

No se puede olvidar, además, que el FBI en Miami, bajo la dirección del sicario Héctor Pesquera, apresó a los Cinco combatientes cubanos mientras bajo sus narices se entrenaban en pilotaje los autores de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas.

Que sea conocida esta historia de los luchadores antiterroristas, hasta ahora tergiversada o silenciada, es el propósito de quienes en el mundo y en los propios Estados Unidos, ansían la verdad y desean que prevalezca la justicia.

En función de ese objetivo se ponen ahora los cerca de 300 comités de solidaridad con los Cinco, existentes en 99 países del orbe.

Agencia Cubana de Noticias