El Estado siempre ha actuado al servicio de pocos, y en el gobierno de Alfredo Palacio esto no fue distinto. Su denominada “refundación del país”, que se ha caracterizado por ser uno de los períodos más cortos y en los que más cambios de funcionarios se han realizado (400 en lo que va del régimen), ha estado basada en tratar de llegar hasta el 15 de enero del 2007 sin ser derrocado. Enfrentó más de 60 paros, y para superar la crisis adquirió compromisos con gobiernos seccionales que deberán ser cumplidos por el gobierno entrante. Se habala de que serían 740 millones de dólares el monto de esta deuda pendiente.

La crisis económica del país se ha solventado básicamente por dos rubros: petróleo y remesas de emigrantes; que son elementos que salen de la capacidad de acción del Gobierno. En el primero lo que ha ayudado son los altos precios del crudo en el mercado internacional, más que la política petrolera mismo. Lo único destacable es la decisión de declarar la caducidad del contrato de la Oxy, que dejó al Estado grandes ingresos adicionales.

El envío de dinero que realizan los familiares del extranjero, por su parte, ha ayudado a aplacar en algo la pobreza, pues ha colocado circulante en el mercado y ha impulsado la inversión sobre todo en áreas como la construcción.

En el año 2000 las remesas llegaron a 1 317 millones de dólares, y en el 2001 crecieron a 1 415 millones. Para el año 2005, el Banco Central calcula en 2 031 millones de dólares los ingresos por este rubro. Por ello se dice, con razón, que es la mayor fuente de ingresos del Ecuador luego de las exportaciones petroleras, superando incluso los ingresos percibidos por exportaciones de banano, pesca o cacao. De esta manera, el Ecuador se ha convertido en un gran exportador de mano de obra barata. Esto a su vez se traduce en un aumento de la demanda al interior del país, pues la capacidad de consumo de los receptores de las remesas aumenta, mejorando de esta manera las recaudaciones tributarias (principalmente del Impuesto al Valor Agregado), así mismo genera una mayor actividad en el sistema financiero, pues los bancos reciben los depósitos y cobran su respectiva tasa. De las remesas se beneficia el 40% de la población ecuatoriana.

La educación, al igual que la salud, son los sectores que menos recursos han recibido del presupuesto del Estado. Para finalizar este año, de lo Presupuestado para educación, 1 092’069 730 dólares, apenas se han transferido 815’588 919 dólares, quedando pendientes por transferir 341’847 070, según datos actualizados hasta noviembre de la Unión Nacional de Educadores, UNE.

En el sector salud, ante la triste realidad de que el 80% de la población no tiene ningún tipo de atención médica garantizada, el presidente Palacio dijo que una de sus metas era aplicar el Sistema de Aseguramiento Universal de Salud, que garantice el acceso de toda la población a servicios médicos de calidad, algo que suena bien, pero que pretendía en el fondo la privatización de la salud, pues solo cubre al 9% de la población, mientras el 91% de quedaría huérfana de este servicio.

En el ámbito energético el país no creció. No hubo inversiones hidroeléctricas y el problema sigue siendo el mismo: dependemos de que se mantenga el nivel de agua en Paute o de que nos vendan energía los vecinos.

En Salud, con el AUS Alfredo Palacio impulsó la privatización

Patricio Albán

Secretario de Educación de la Organización Sindical Unica de Trabajadores del Ministerio de la Salud (OSUNTRAMSA)

El presupuesto destinado para la Salud en el 2006 fue de 517 millones de dólares, de lo cual se ha cumplido con 449 millones, pero restando la deuda del mes de diciembre del año pasado.

Ha existido crisis, no tanta como en años anteriores, pero existe ausencia de insumos y recurso humano, a pesar de que el Gobierno se había comprometido a incrementar 3 000 partidas entre personal profesional y trabajadores, lo cual no ha sucedio. Esto significa que la necesidad se mantiene.

Para el 2007 se requieren de 767 millones de dólares que es la necesidad real y una exigencia de este sector para el nuevo Gobierno.

En cuanto al aseguramiento Universal, es una política que solo pretende privatizar este servicio, entregándolo, como se ha hecho, a la Corporación Municipal de Guayaquil, a través del convenio firmado con Jaime Nebot y la empresa Transmédica en el 2005. Igualmente, hace tres meses se firmó un convenio con la Corporación Metropolitana de la Salud de Quito, para la administración de los dineros en materia del Aseguramiento Universal de la Salud, que correrá a cargo de la secretaria de SODEM, al frente de la cual está José María Aguirre (miembro del Opus Dei), y quien con su posición neoliberal hoy maneja estos más de 44 millones de dólares que venían originalmente al Ministerio de Salud asignados por el Banco Mundial.

Esperamos que el futuro gobierno de Correa se comprometa a revisar estas políticas entreguistas que se han venido dando bajo el gobierno de Palacio.

El “AUS” significó un incremento de deuda externa, para el país. Los primeros 110 millones de dólares están ya en las arcas del Banco Central. Este no es un fondo soberano sino un incremento a la deuda externa que, desgraciadamente, Palacio pactó con el Banco Mundial. Por este motivo lo calificamos como ‘traidor de la salud’. En materia de Aseguramiento Universal, hoy será pan y mañana hambre, porque se incrementarán las necesidades y demandas, ya que no se beneficia a todos los ecuatorianos.