-Este es ya el octavo Festival Nacional de la Prensa Escrita, ¿cómo valora la UPEC la experiencia de estos encuentros durante el tiempo transcurrido?

 Son la materialización de un acuerdo del VII Congreso cumplido con sistematicidad, sostenido ascenso y participación creciente. Lo primero, porque no han dejado de celebrarse en ninguno de estos años; lo segundo, porque han ido perfeccionándose tanto en el aspecto de los debates teóricos como en el competitivo; y tercero, porque involucran a un número cada vez mayor de afiliados e invitados.

“Desde el primero, a solo unos meses de aquel Congreso, hasta el último, suman más de 200 los festivales llevados a cabo, teniendo en cuenta los de provincia y los de órganos nacionales. En todas las ocasiones se ha seleccionado un jurado, escogido y enviado las muestras, designado los ponentes y desarrollados los certámenes.

“Cuando se le mira desde la distancia se comprende que se ha dado un salto colosal, gracias, fundamentalmente, al trabajo de cientos de colegas de manera voluntaria.”

-No pocos señalan que tanto esfuerzo no tiene un impacto notable en la calidad de la prensa y que una vez apagadas las luces de la sala la cosa sigue igual.

 Como todo empeño humano y vivo, los festivales provocan opiniones y es bueno que esto pase. Precisamente su objetivo principal, como otros espacios promovidos por la UPEC, es el intercambio de ideas y propuestas. Nunca se ha limitado la palabra a nadie ni vedado un tema, y en estas reuniones hemos visto un abanico de tonos expresivos, desde los que aportan sustancia, apoyados en la conceptualización académica o la experiencia diaria, hasta los que han hecho catarsis –como se dice ahora- en medio de la discusión; pero siempre con el deseo unánime de que mejore la obra colectiva...

“Por lo general los apasionamientos más acentuados suelen expresarse a la hora de culpar a otros de nuestros problemas. (Para ser sinceros: son muy raras las convulsiones autocríticas). Pero no les quito razón, pues es bien conocido que en el trabajo de la prensa intervienen también factores ajenos al sector, no siempre de manera positiva; pero los festivales, como están concebidos, son para poner en orden las ideas de nuestra propia casa y hacernos mejores periodistas. Es “darle agua” al pensamiento, como decimos en el dominó. Hacer calistenia mental que tanto beneficia al rendimiento del cerebro. Incuestionablemente, ocho años han dado madurez a los festivales y nos han permitido comprobar de manera sorprendente la gran calificación profesional de un número importante de colegas que se desempeñan en la llamada prensa de papel.”

-…Pero en concreto…

 A eso voy. Es cierto que algunos, con justificada impaciencia, han reclamado que cada año se revise lo discutido a ver quien ha cumplido o no; pero en el encuentro nacional no se adoptan acuerdos ni se dan recetas uniformes. Ese ámbito es fundamentalmente para oí, sugerir y tomar nota, y si alguien considera útil alguna experiencia o propuesta que pueda elevar la eficacia de su publicación, pues va y las pone en práctica. Otra cosa es la base, donde el resultado del debate suele asumirse como un plan de acción acometido de inmediato. Pero, como en todo, la voluntad y la organización deciden.

“Por ejemplo: en estos festivales se ha alertado con insistencia en la necesidad de cambios de trascendencia en la prensa escrita ante el impacto de la televisión e Internet. Hay medios que se han beneficiado mucho de estos análisis y han revolucionado sus formas de hacer las cosas. Otros, sin embargo, se comportan con lentitud y dan cabezazos, y en la guerra mediática, cuyos proyectiles se mueven a la velocidad de la luz, perder un minuto es fatal.

“En una ocasión propiciamos un buen debate con el tema titulado: ¿Cambian las tecnologías, cambiamos nosotros?, en el que se hicieron en mi opinión valiosas propuestas. Con rapidez comenzamos a ver transformaciones muy interesantes en la organización de algunas redacciones; en otras, todavía persisten estructuras caducas, donde no encuentran lugar las llamadas redacciones o subdirecciones digitales que deben asumir la presencia en el ciberespacio, esto es: Internet, boletines electrónicos, interactividad, foros de discusión, hospedaje de sus “blogueros” en los sitios de los medios, atención y coordinación de los conectados, etc.

“No cesamos de llamar la atención hacia la lucha feroz desatada dentro del periodismo comercial digital, cuyas herramientas de éxito se esconden como secreto militar. Esa es la razón que nos impele a nuclear todo el conocimiento y el talento que seamos capaces de lograr. La coordinación y el clima que propician estos encuentros son indispensables para ello.”

-La fase competitiva suele generar inconformidades u opiniones encontradas, especialmente en lo relativo a los fallos del jurado. ¿Qué puede decirnos al respecto?

 Muchos compañeros consideran estos fallos como una evaluación de la prensa escrita. Las bases del Festival se cuidan mucho de esto, pues ni los jurados ni la propia UPEC están en condiciones ni tienen la facultad de analizar la prensa escrita cubana ni mucho menos premiarla. Es un certamen en el que se consideran solo los envíos a concurso. Como toda competencia, se ajusta a reglas establecidas por escrito.

“A veces sucede que buenos trabajos no llegan a los jurados. Ocurre también que en la base no se dominan los términos de la convocatoria, ni se tiene en cuenta el reglamento; se cae en el corre-corre del finalismo, se envían muestras fuera de fecha; se “mata” así el proceso y con ello la oportunidad de obtener un premio merecido. En cambio, hay colectivos en los que el Festival se asume como un serio compromiso, donde las propuestas son resultado de una cuidadosa selección, se aprueban una por una en el consejo de dirección y las organizaciones políticas y de masas participan activamente.

“Esta seriedad se expresa tanto en el ámbito conceptual como en el concurso, lo mismo en las provincias que en los órganos nacionales. En algunos se hace de esto una fiesta creativa de mucha participación en la que no se escapa un detalle; hay otros en que ni café se da y la asistencia y los frutos son pobres. La actitud con la cual se asuma el festival va indicando, por lo general, quienes serán los triunfadores, y no precisamente porque conquisten los premios en disputa, sino porque estos se ganan desde que se prepara, desarrolla y evalúa un trabajo colectivo, íntimamente ligado a la búsqueda de la máxima calidad en lo que se hace y a la mayor influencia en aquellos a los que va dirigido.

“De todas formas no debe excluirse nunca el error, pues los jurados los integran personas, cada una con su propia subjetividad; pero ello se reduce al mínimo con reglas, principios, honestidad y transparencia, y eso no ha faltado. Me consta.

-¿Está insatisfecha la UPEC con los festivales?

 Todo lo contrario. Habría que pensar cómo estarían nuestros medios de comunicación escrita sin los aportes y la voluntad tecnológica y política de estos encuentros, donde colegas de gran calificación, e invitados especiales relacionados con el tema convocante, han ayudado modestamente a que realidades que eran sueños y otras jamás soñadas, se hayan alcanzado en nuestros colectivos en medio de tantas dificultades y obstáculos.

“Estos encuentros se convirtieron en un formidable escenario de superación profesional, mediante talleres y otras formas de promover conocimientos. Tiene el mérito de haber motivado a encontrar nuevas formas de hacer el trabajo o a rescatar otras olvidadas o subestimadas. Han servido para poner en su verdadero sitio a la fotografía y la ilustración, a la columna de opinión, la crónica, el periodismo de investigación y a distintas modalidades de vínculos con los lectores. No pocos se han visto desafiados, por sus propios colegas, a escoger entre la espada y la rutina.

“Han sido, además, ocasión ideal para estrechar la familia mediática cubana, en la que nos juntamos todos los organismos e instituciones relacionados con la prensa para esclarecer la realidad, crear una conciencia colectiva y convertirla en acción que beneficie nuestra prensa. La alianza de fuerzas, con el Partido al frente, que el compañero Fidel nos orientó establecer para vencer en la batalla ideológica, se fortalece también en este marco.

-¿No se ha pensado en un solo gran Festival que agrupe a todo el periodismo cubano, que incluya a los demás tipos de medio como la radio y la televisión?

 Es un reclamo y eso queremos, pero debe analizarse el proyecto con el ICRT y los compañeros de la UPEC en ese organismo, en cuyos festivales hay espacio para el periodismo. En mi opinión hay que unir experiencias y esfuerzos, no duplicarlos. Pero no tengo la menor duda de que sería un evento de mucha fuerza. En los de la prensa escrita participa un número importante de representantes de la radio y la televisión, que en el certamen de la especialidad de publicaciones digitales, compiten con total igualdad. Por fortuna, las ventajas de la fusión tecnológica que propicia la digitalización, nos obligan a la integración, conduciendo nuestras actividades a caminos convergentes.

-¿Algo más?

 Sí. La idea de un festival para la prensa escrita tuvo en Fidel un gran inspirador. Él nos exhortó, en el histórico Congreso de 1999, a que lo convocáramos, y nos acompañó en la segunda edición, hizo la entrega de los premios y expresó conceptos de gran profundidad acerca de la prensa revolucionaria. Aunque no esté presente por razones de salud en esta ocasión, el Jefe participará con las ideas y argumentos que ha sembrado en nosotros acerca de la Revolución y el periodismo. Será también una oportunidad para expresar el deseo de todos los periodistas cubanos de que tenga un pronto restablecimiento.

“Con su permanentemente encendida luz larga, Fidel prendió la mecha de las transformaciones tecnológicas que estallaron en cadena en nuestro sector. Si algún colega pudiera haber permanecido con los ojos cerrados en los últimos siete años y de pronto los abre en Granma, Juventud Rebelde, Trabajadores, Prensa Latina, la AIN o en muchos periódicos de provincia (para no hablar de los nuevos estudios o corresponsalías de la televisión o la radio) de seguro daría un salto de asombro y echaría a correr. A pesar de las carencias no satisfechas todavía, no hay comparación. No la hay.

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