La visita cumple un viejo sueño y adquiere un elevado contenido simbólico, pues con ella reconoce la importante contribución brindada durante la guerra de liberación, en plena Sierra Maestra, por las fuerzas patrióticas de ese hermano país que, exactamente un año antes, habían derrocado al dictador Marcos Pérez Jiménez.

En el aeropuerto de Maiquetía está volcada la población encabezada por el contralmirante Wolfang Larrazábal y el periodista Fabricio Ojeda, líderes de la Junta Patriótica que contribuyó a forjar la victoria revolucionaria del 23 de enero de 1958.

Fidel y su delegación desarrollan durante cuatro días un intenso programa y en cada sitio visitado se repite la apoteósica acogida popular.

En todas partes el reclamo del pueblo venezolano es idéntico: todos quieren escuchar al héroe barbudo. En la caraqueña Plaza del Silencio se reúnen de manera espontánea más de 300 mil personas. Allí, visionario, Fabricio Ojeda afirmaría : " La hora de América, la de la justicia ha llegado. El espíritu de la Revolución popular está cabalgando sobre los suelos de América."

Fidel habla, y como en cada uno de los discursos anteriores, expone una tesis nueva, una idea original; explica la génesis y orientación de la Revolución cubana; denuncia las primeras maniobras del Imperio contra Cuba y alerta a todos.

El interés crece pues se trata de un lenguaje nuevo, esperanzador, lleno de aliento y optimismo.

Y en medio de un silencio impresionante —narran los privilegiados testigos—hace un reclamo inobjetable, como una premonición de lo que ahora, varias décadas después, Venezuela y Cuba están encabezando.

"¡Ojalá que el destino de nuestros pueblos sea un solo destino!

¿Hasta cuándo vamos a estar en el letargo? ¿Hasta cuándo divididos, víctimas de intereses poderosos? Si la unidad de nuestros pueblos ha sido fructífera, ¿Por qué no ha de serlo más la unidad de las naciones?. Ese es el pensamiento bolivariano."

Antes de volver a Cuba visita a Rómulo Betancourt, recién electo presidente. La entrevista tiene un carácter privado, pero está allí toda la prensa, convocada por el anfitrión y prácticamente no pueden hablar. Se trata de una hábil maniobra politiquera de Rómulo, con la finalidad de capitalizar en su favor la enorme popularidad de Fidel.

A la una de la madrugada del martes 27 se disponen a partir desde el aeropuerto de Maiquetía, cuando la hélice de un avión Douglas C-4 de Aerovías Q que transportada a la delegación, golpea mortalmente en la cabeza al Comandante del Ejército Rebelde Francisco (Paco) Cabrera, mientras intentaba controlar la muchedumbre reunida sobre la pista para despedir a los visitantes.

El impacto emocional del accidente y la tristeza por la pérdida del heroico combatiente acompañará el regreso de una visita que representó una gran victoria moral para la causa cubana.

Agencia Cubana de Noticias