Analistas del American Enterprise Institute (AEI) se han dado a la tarea de anunciar con bombos y platillos la inminente extinción de Bolivia, país ubicado en el corazón del subcontinente sudamericano.

Mientras la geopolítica sigue siendo el método ordenador de los territorios a conquistar por parte de entidades del norte del mundo, los estados que padecen los efectos multidimensionales de esa ciencia imperial se limitan a rechazar su existencia y a limitar la labor de inteligencia estatal en instrumento de control policiaco de sus naciones. Esta es la enseñanza, aportada por Executive Intelligence Review, del conflicto artificial entre estados nacionales débiles que están situados en la parte septentrional de América del Sur. El boletín reseña Estratégica, del Movimiento de Solidaridad Iberoamericana dice porqué: "la calificación de la insensatez política debe ser captada siguiendo tres criterios simultáneos: 1) percibirla en su propio tiempo y no retrospectivamente; 2) se debe contar con un curso de acción viable; y 3) la doctrina en cuestión debe provenir de un grupo y no sólo de un gobernante aislado.

En estos los planes se plantea algo más que la desintegración de Bolivia. Se está haciendo trabajo de campo para una guerra en la cual toda la región podría ser desmantelada.

Bajo el titulo "¿son estos los últimos días de Bolivia?", el Latin American Outlook del AEI de junio del 2004, dice lo siguiente: "si las tendencias actuales siguen, podríamos atestiguar la primera alteración en gran escala del mapa político de Sudamérica en más de 100 años". El autor, Mark Falcoff, influyente analista de base de AEI sobre asuntos de Iberoamérica, pronosticó que Bolivia se desintegrará pronto, y se separará a lo largo de sus "probablemente irreconciliables" diferencias raciales y geográficas en dos países, cada uno definido por su principal producto de exportación: las áreas montañosas exportadoras de coca, y las tierras bajas productoras de gas natural, esta última dirigida por el Departamento de Santa Cruz.

En la visión perversa del AEI, la nación cocalera estaría dominada por indígenas, y las tierras bajas por gente de raza "europea". Esto explica el inusitado separatismo aparecido en Santa Cruz.

Este es el segundo número de Outlook del AEI en seis meses que argumenta la inminente desaparición de Bolivia, una situación de la cual Falcoff dice que son responsables las élites suicidas de Bolivia.

Una nueva "Guerra del Pacífico"

En esta ocasión Falcoff ha ido demasiado lejos al promover sus tesis en escandalosas entrevistas con nada mas ni nada menos que la prensa chilena. Con esto, Falcoff ha introducido el conflicto histórico entre Bolivia y Chile el cual se ha enconado desde la guerra del Pacifico de 1879-1881. En esta guerra, Bolivia perdió su línea costera del Pacifico a Chile, esta guerra comenzó cuando Chile, instigado por intereses británicos, invadió tanto a Perú como a Bolivia, apropiándose de porciones territoriales de sus dos vecinos. Al quedar rodeada por tierra, Bolivia no ha cejado en su exigencia de tener acceso al mar.

En las ultimas tres décadas, siempre que se ha reactivado este explosivo conflicto fronterizo regional, ha estado oculto detrás de la operación ese gringo geopolítico, autodeclarado lacayo de Kissinger, Luigi Einaudi, quien pasó las dos décadas que estuvo en el Departamento de Estado norteamericano intentando fomentar una nueva guerra del Pacifico; ahora, como secretario general de la Organización de Estados Americanos, ha estado dirigiendo varias negociaciones fronterizas en la región.

La operación de la AEI está confeccionada para fomentar las condiciones para una guerra regional. La guerra podría iniciarse por una disputa por recursos naturales o, como algunos ineptos en los EU han sugerido, si tropas chilenas entraran a Bolivia como parte de una fuerza de intervención regional montada con el pretexto de "restablecer el orden".

La coordinación de la operación no podría ser más explosiva

El AEI golpeó precisamente en el momento en que la operación fascista para desencadenar una guerra racial en Perú, Ecuador, y Bolivia ha entrado en una operación abiertamente separatista, al alba de los horrendos asesinatos de los alcaldes electos de Ilave, Perú, y Ayo Ayo, Bolivia.

El fomento de posibles guerras fronterizas al mismo tiempo que guerras étnicas multidimensionales, es una receta infalible para el genocidio.

La destrucción de un centro económico neurálgico potencial AEI, que reúne a varios neoconservadores como Samuel Huntington, Richard Perle, Michael Ledeen y la esposa de Dick Cheney, Lynne, es bien conocido en la región como uno de los principales vehículos ideólogos de donde emergió la doctrina imperial de la guerra preventiva de Cheney.

Mientras todavía retumbaba en la región el pronóstico de Falcoff, Bolivia fue atacada por otro flanco. El 8 de junio, el Centro para el Desarrollo Global, de la "Comisión de Naciones Débiles y Seguridad Nacional de los EU" de Washington, D.C. publicó su informe final. La comisión, una mezcla de los 30 ideólogos más importantes del Proyecto Democracia, escritorzuelos de fundaciones, y agencias financieras (George Soros estuvo bien representado y el director operativo de JP Morgan Daniel Zelikow participo personalmente), hizo recomendaciones acerca de los "premios y castigos" necesarios para lidiar con los "estados débiles y fallidos" que se propagan a lo largo del mundo en vías de desarrollo -el cual, aseguran, presenta la mayor amenaza a las
grandes potencias en el siglo 21.

También señalaron a Bolivia como ejemplo de cómo un estado fallido y débil amenaza a toda la región.

La amenaza sobre Bolivia no es nueva, en 1990, en una entrevista con la revista Veja de Brasil, John Reed, entonces presidente de Citibank, señaló el derrumbe de la Unión Soviética como ejemplo de cómo "países han desaparecido de la faz de la tierra". despues declaró que "Perú y Bolivia desaparecerán".

Bolivia tiene todo el potencial de volverse un gran centro neurálgico industrial y agrícola. Situada en el centro de Sudamérica-limita con cinco países: Brasil, Paraguay, Argentina, Chile y Perú-los mas de un millón de kilómetros cuadrados de territorio de Bolivia, la hacen dos veces mas grande que España. Es un región rica en recursos naturales, desde los minerales concentrados en grandes cantidades en su región montañosa(estaño, zinc, plomo, hierro, plata, y otros, como el antimonio, del cual Bolivia ha sido tradicionalmente el segundo productor a nivel mundial), hasta los enormes depósitos de gas natural en sus tierras bajas.

Se estima que en la actualidad Bolivia tiene reservas de gas natural de 54 billones de pies cúbicos, la más grande en Sudamérica después de Venezuela. También tiene un gran potencial agrícola, como sus plantaciones de soya del este del país lo demuestran. Otra área, el Valle Yungas, contiene algunas de las tierras mas fértiles del país, las que nunca han sido desarrolladas debido a a la falta de infraestructura.

El principal problema de Bolivia es que esta en su mayor parte despoblado, y a pesar de esto, carece de la infraestructura mínima requerida para sostener y desarrollar a su población actual de poco más de 8 millones de personas. En el año 2001, sólo el 64 por ciento del país se encontraba electrificado, esta misma cifra cae al 25 por ciento en las áreas rurales. En 1994, solo el 4 por ciento de las carreteras del país estaban asfaltadas; carece de una red nacional ferroviaria. Si se invierte en la tecnología adecuada, infraestructura, y educación, como parte de un proyecto regional mayor para desarrollar el interior de Sudamérica, Bolivia despegará.

Para los norteamericanos de antaño, nada seria recibido con mayor beneplácito, que ver este proyecto en marcha. Los planes para cooperar en la industrialización de Sudamérica eran, después de todo, uno de los grandes proyectos en los cuales había estado trabajando el equipo de Franklin Delano Roosvelt, antes de que los financieros sinarquistas contrarios a FDR tomaran control de la política de EU después de su muerte. Para los oligarcas y sus financistas, las materias primas de Bolivia y sus vecinos existen solamente para ser saqueadas a placer. Al desintegrarse su sistema financiero global, estos intereses están determinados a utilizar esta crisis para tomar control de las materias primas del mundo, para su propio beneficio, y eliminar no sólo a naciones específicas, sino el mismo concepto de nación soberana. A estos intereses, no les importan para nada Bolivia o Perú, per se ni la supuesta "historia de éxito" de Chile, en lo que a esto respecta. La manera de "pensar", si puede ser llamada de esta manera, es simple: Bolivia es vulnerable debido a la falta de desarrollo. Haz pedazos a Bolivia, y puedes destrozar a sus vecinos también, incluyendo a Chile.

La trampa puesta para Bolivia

Junto con su vecino Perú, Bolivia fue elegida a finales de 1960, por los intereses financieros que dirigen el tráfico internacional de drogas, para ser transformada en la principal productora de coca, componente esencial para la fabricación de cocaína. La garra del tráfico de droga se apretó sobre el país a finales de 1980 cuando la compañía minera estatal fue casi cerrada -una operación dirigida por Jeffrey Sachs de Harvard, dejando asi a miles de mineros sin otro medio de sustento que el cultivo de la coca.

En 1990, bajo la primer presidencia (1993-1997) del representante de la compañía Rio Tinto Zinc, el zar millonario de la minería Gonzalo Sánchez de Lozada, se vendió el control mayoritario de las compañías estatales de Bolivia a multinacionales extranjeras por una bicoca.

Estas multinacionales inmediatamente eliminaron muchos de pocos empleos decentes disponibles en la nación. La operación fue descarada: el principal comprador de las concesiones mineras estatales fue una compañía que esta formada por una sociedad entre Rio Tinto Zinc y la familia Sánchez de Lozada.

Bajo la presidencia de Sánchez de Lozada, se cocinó la idea de que el principal enfoque económico de Bolivia (aparte de exportar coca) debería se el convertirla en una plataforma para la exportación de gas natural: no como parte de un esfuerzo regional de desarrollo, del cual la economía nacional de Bolivia resultaría beneficiada, sino para las multinacionales extranjeras que ven al gas solo como otra manera de hacer dinero. La inversión en el mercado nacional fue descartada porque se consideró muy pequeña para que valiera la pena.

No faltó quien insinuara que Bolivia se debía convertir en un exportador de electricidad, frente a un pueblo quer vive en la oscuridad. Con el paso de los años, el esquema de la plataforma de exportación fue concretizado en un proyecto, el cual ha sido promovido como la salvación de la economía boliviana. El proyecto está relacionado con el gas natural, e iba a funcionar de la siguiente manera: Bolivia entubaría el gas a un puerto peruano o chileno, donde este seria licuado en una planta todavía por construir, para que así, el gas boliviano, ahora en la forma de gas natural licuado (GNL), fuese embarcado fuera de Sudamérica, hacia México-y de allí a los Estados Unidos. Así se diseñó un proyecto de saqueo de los recursos naturales en términos de economía física, dadas las necesidades de desarrollo y la escasez manifiesta de energía de Sudamérica.

Hugo Bánzer, en su discurso en la ceremonia de su toma de posesión como Presidente en 1997, expresó dirigiéndose directamente al presidente chileno Ricardo Lagos, que este acuerdo significaba que Bolivia recibiría 400 millones de dólares por su materia prima, mientras que el país con el puerto, ya fuera Perú o Chile, recibiría 1500 millones de dólares, por licuar el gas. ¿Cómo le puedo explicar esto a mi pueblo?, le pregunto Banzer. Sin embargo, con Sánchez de Lozada de regreso en la presidencia en 2002, se cerró el lucrativo acuerdo con Chile y un consorcio de multinacionales, encabezado por la British Petroleum y la compañía "española" Repsol, bajo el cual Chile recibiría la concesión de GNL, en lugar de Perú.

Hubo oposición generalizada a la decisión de otorgar la concesión a Chile (excepto por las partes interesadas). Pero los que más destacaron en su oposición al proyecto fue el aparato financiado por los cocalero identificado en el articulo de los amigos de Blas Piñar: Evo Morales, Felipe Quispe, et al. Con muy pocos empleos y casi ninguna esperanza de que la situación mejorara, los cocaleros tomaron como bandera el despreciado acuerdo gasero de Chile y EU, en las grandes huelgas y protestas que finalmente obligaron a Sánchez de Lozada a renunciar a la Presidencia en octubre del 2003.

El vicepresidente Carlos Mesa, un ex-reportero de televisión y analista político, sin una base política propia, asumió la Presidencia en medio de una situación extremadamente tensa, en la cual las fuerzas de los cocaleros acababan de demostrar su fuerza, cada vez mayor. Con el gobierno de Bush y el Fondo Monetario Internacional insistiéndole al gobierno que mantenga la austeridad fiscal, Mesa tuvo muy poco que ofrecer a al población, aparte de una actitud mas comprensiva que la del aspirante a oligarca con acento ingles, Sánchez de Lozada.

Buscando lograr el apoyo de los cocaleros-los cuales llevaron su oposición inicial al acuerdo gasero con Chile, hasta oponerse a cualquier exportación de gas desde Bolivia, y a que la industria de los hidrocarburos fuera totalmente renacionalizada, 250 mil hogares recibieron gas natural gratuito, y se fomentó una incipiente industria.

Mesa cayó en la trampa preparada para Bolivia. La antigua demanda de Bolivia de tener acceso al mar se mezcló con el tema de las exportaciones de gas, y su gobierno declaró que no se exportaría a Chile "ni una molécula de gas" hasta que los dos asuntos estuvieran arreglados.

Se necesita desarrollo regional ¡ahora!

Con esta imagen en la mente, veamos otra vez la intervención del "experto del AEI de Washington. Falcoff dijo que el gobierno de Mesa estaba cometiendo "suicidio" por negarle gas natural a Chile y al amenazar con cancelar antiguos contratos con compañías energéticas internacionales, y por supuesto hacer preparativos para sacar al país de la economía mundial, que es la peor afrenta que le puede ocurrir a un ideólogo del libre comercio como Falcoff. Incluso mencionó el hecho de que Mesa intenta gobernar sin partidos políticos, como si fuera un pecado.

Falcoff declaró que sólo si Bolivia aceptara descentralizar al gobierno y los recursos, podría evitar la división. En otras palabras, sólo si el gobierno entrega el control del gas y otros recursos naturales a los Departamentos que son más fáciles de controlar por los buitres financieros extranjeros, se le podría permitir un gobierno nacional.

EIR y www.opinionpublica.mexico.com