Malos recuerdos y peor herencia

El gobierno de Praga, colgado de los hilos manejados por Washington a su antojo, pretende una suerte de "confederación" de naciones ex socialistas de Europa del Este para que el Viejo Continente no rinda su agresividad frente a La Habana, y prolongue hasta lo infinito aquella titulada "posición común" dejada por Aznar como herencia política y que tanta tirantez ha provocado con Cuba en los últimos años.

Y, ciertamente, por venir de donde viene semejante antecedente, bien harían los cultos europeos en examinar los pasos y las propuestas checas. También por estas fechas José María Aznar confesó finalmente que, cuando personalmente impulsó la agresión norteamericana contra Iraq, carecía de pruebas acerca de la posesión por el gobierno de Bagdad de armas de destrucción masiva, el pretexto clave de Washington para iniciar la guerra.

Desde luego, el ex jefe de gobierno demoró la confesión todo lo posible. Pero como la Casa Blanca se vio obligada a reconocer que actuó sin pruebas concretas contra Iráq, ¿qué podía hacer entonces el monigote ex regente del palacio de la Moncloa?

De este modo Aznar no tuvo otra alternativa que admitir delante de todos que fue un gran mentiroso, y aupó la guerra junto a W. Bush y a Anthony Blair aun cuando desde un inicio más de 90 por ciento de los españoles expresaron su repudio al conflicto.

Y es precisamente de semejante desprestigiado personaje que recogió y adoptó la UE su política de conflicto y enfrentamiento con Cuba. ¿Acaso tan podrida génesis no merecería un análisis serio del asunto?

En fin, queda por los políticos del Viejo Continente el tomar o no en cuenta estas realidades. Mientras, ningún chantaje, ninguna presión, ninguna cara hosca, va a cambiar el rumbo independiente adoptado por la mayoría de los cubanos.
Europa dejó hace mucho de ser metrópoli capaz de dictar caminos a las vidas ajenas.

El apego a los consejos de los aberrados y la anuencia sin reservas ante los Estados Unidos, han opacado en mucho sus viejos brillos de centro de poder global.