Foto arriba: El actual presidente mexicano Felipe Calderón quien llegó a la presidencia en medio de unas elecciones escándalosas por las enormes irregularidades del escrutinio, posa en le medio rodeado de generales mexicanos.
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Al neoliberalismo, mientras más débil está por sus fracasos en el mundo entero, más se agudiza la militarización en los países que han caido en su ámbito material. Al tambaleante Bush con los aberrantes resultados conocidos: -La destrucción de Iraq. -La muerte de cientos de miles de iraquíes (para democratizarlos). La pérdida de más de 3 mil soldados estadunidenses.-El odio del mundo hacia USA.- El obvio sometimiento de la ONU a los designios imperiales.

Además, el recalentamiento peligroso del polvorín que es el Medio Oriente. E internamente:- La imposición del Patriot Act, dictatorial y limitante de los derechos civiles. La caída de la economía y, finalmente, la pérdida del Congreso para los republicanos.

Apenas hoy los gringos se están dando cuenta de la barbarie de su presidente. Y los daños al planeta, así en suelo ajeno como en el propio, proviene de dos elecciones fraudulentas del millonario George W. Bush, obsesionado por la guerra, aunque cuando él tuvo que hacerla en Vietnam su padre le evitó la molestia.

En el México actual, Calderón ha impuesto sin duda por disposición de los búnkeres neoliberales, una militarización que nunca anunció en su campaña. Curiosamente ambos mandatarios proceden de elecciones similares, empezaron débiles, apoyados por plutócratas y requieren del “terror” ciudadano para que la gente sienta que “los necesita”. Pero Calderón tiene mejores pretextos que Bush: La inseguridad, la delincuencia en México debidos a la galopante miseria y los malos gobiernos, el descarado narcotráfico que patrocinó Fox o cuando menos toleró porque a decir de los expertos, hubo una alianza con el célebre narcotraficante Chapo Guzmán al que dejó escapar de la cárcel y nunca buscó. Por eso el célebre capo no fue extraditado esta semana como los demás dirigentes del narcotráfico de nacionalidad mexicana.

A propósito de los operativos militares se oye decir a los que no entienden lo que es una dictadura militar : ¡Por fin alguien hace algo! Sí, sólo que ese algo es cambiar el status jurídico del país: Militarizar al régimen civil vigente y puede resultar el remedio mucho peor que la enfermedad. La gente pensante que conoce a fondo la situación que vive el México sometido al neoliberalismo disfrazado de democracia, se da cuenta de los "Riesgos de la Militarización de la Seguridad Pública".

Por ejemplo, en un boletín mancomunado de prensa (SC/01, del 18 de enero, fechado en la Cd. De México), del Centro de Derechos Humanos de la Montaña "Tlachinollan", del Frente Cívico Sinaloense, de la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste y del Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez”, se expone lo siguiente:

"Expresamos nuestra profunda preocupación porque la creciente incorporación de militares en tareas de seguridad interior se da en detrimento del fortalecimiento de la policía civil. Además, esta respuesta del gobierno federal ante la legítima demanda de seguridad de los ciudadanos mexicanos ha demostrado su ineficacia..

"Desde la creación de la PFP los gobiernos federales de Zedillo, Fox y Calderón han insistido en militarizar la seguridad pública. A pesar de ello la situación no ha mejorado. Diversos organismos internacionales han emitido recomendaciones al gobierno mexicano para desvincular a los cuerpos militares de los cuerpos de seguridad pública.

"Exigimos al Estado mexicano una política de seguridad interior basada en el bienestar social de las mayorías, la profesionalización de los cuerpos de seguridad y el respeto irrestricto al los derechos humanos y al debido proceso".

Y más adelante explica : «La experiencia nos revela que existe un riesgo real en el hecho de que las fuerzas armadas se involucren en actividades de seguridad pública. No son pocos los casos de violaciones graves a los derechos humanos cometidas por elementos militares en contra de poblaciones vulnerables durante operativos como el implementado ahora, pues el fuero militar evita que los miembros de las Fuerzas armadas puedan ser presentados ante la justicia civil, lo cual propicia la impunidad y la falta de rendición de cuentas...»

Sigue el texto: «Por todo lo señalado, las organizaciones firmantes insistimos en que el involucramiento de elementos militares en tareas de seguridad interior, en un país con una incipiente democracia electiva y con un incremento acelerado de la pobreza en la población, representa un riesgo importante para la construcción de un modelo de seguridad pública que garantice de manera eficaz, y respetando los derechos humanos, la seguridad de la población. Al respecto, queremos insistir que en distintas recomendaciones emitidas por organismos de protección a los derechos humanos –entre ellas el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU–, se ha solicitado al gobierno mexicano la separación de los militares de las tareas policíacas».

Pero por más organizaciones respetables nacionales o internacionales que sin duda rubricarán el boletín citado, el gobierno neoliberal plutócrata no hará el menor caso. Ha recibido órdenes del gobierno de Bush por una parte y mucho dinero de los empresarios transnacionales para que haga lo que unos y otros creen que requiere México: Militarización. Calderón tiene en esos niveles los apoyos necesarios dentro y fuera y hasta para crearse una aureola de héroe.

Por fortuna en México hay aún gente pensante, la mayoría.
Los legisladores de cualquier partido, que no esten completamente vendidos, deberían aprovechar la ocasión para votar ahora ese REFERENDUM que tanto necesitamos los mexicanos. Los presidentes no tienen un cheque en blanco. Aún tras una elección limpia -NO es el caso- no puede un presidente, con todo y el excelente pretexto de la inseguridad, militarizar una nación que apenas se ufana de su reciente democracia. Es algo tan trascendental que debe consultarse con la población entera en forma directa. La necesidad existe más que nunca, nos falta el instrumento, el Referendum, y el organismo que podría monitorearlo, porque nadie puede confiar en el IFE por más que se promueva al amparo de la Ley Televisa. ¿Recurrir a una instancia internacional quizás ya que estamos en plena globalización?

Por otra parte, la dramática militarización que nos imponen tiene aspectos ridículos. Los militares del Estado Mayor Presidencial no deben de estar muy a gusto con que los usen como en una opereta, como lo hizo el “vicepresidente”, Juan Camilo Mouriño: en una fiesta privada, pero a nombre del estado de Campeche, en su finca Gely en la Comunidad de Imi, se llevó a cabo la coronación de “Nuestra Belleza Infantil” su hija de 5 o 6 años, María de los Angeles Mouriño Escalante. Los militares acordonaron a los campesinos locales, impidiendo el libre tránsito para que la ex Miss México, Lupita Jones, llegada en avión especial, coronara a la niña y el acto fuera amenizado por los Jeans que dio a conocer Televisa durante la campaña calderonista. ¿Y quién pagó la fiesta?

¡REFERENDUM! diputados. Hay que preguntar a los mexicanos si quieren o no un régimen franquista como el que vino a promover en plena campaña el Sr. Rebuznar, amigo de Calderón y de Bush.

Apéndice: Aumento a los Militares: 46 %

Aumento a Maestros, Obreros, Burócratas, Universitarios: 3.8 %

Sí a alguien no le quedaba claro lo que está sucediendo en México y se va con la idea falsa de que los militares están en las calles para realizar la “noble labor” de combatir el narcotráfico, cada vez se aclara más y más lo que significa que empezando por la tropa se les haya asignado un aumento salarial del 46%. Leyeron bien: 46%, mientras para los obreros, maestros, trabajadores universitarios, burócratas, se encuentran con un tope salarial que fija un aumento un aumento máximo de 3.8 %.

El mensaje es muy claro: los Estados Unidos le han mandatado a Felipe Calderón tener un ejército que poco a poco se vaya convirtiendo en una institución ajustada a una fuerza mercenaria, que esté allí por el dinero que recibe, no por la convicción de ser garante de la Seguridad del estado nacional.

Para que los obreros que recibieron un aumento de menos de $2,00 diarios (sesenta pesos al mes, cinco dólares) tengan una idea de la magnitud del aumento a los militares, revisemos el ejemplo que dio Calderón: “el soldado raso de menor ingreso, perteneciente a la primera Región Militar, de obtener 3 mil 500 pesos mensuales, pasó a 5 mil 200 pesos, es decir, 46 por ciento más”.

¿De dónde saldrá ese dinero?... de los impuestos, recortando gastos para escuelas, universidades, salud, entre otros rubros.

Queda claro que para Felipe Calderón lo que importa no es que la población mexicana tenga resuelta sus problemas económicos, sino que todos los mexicanos vayan entendiendo que el que proteste será reprimido. Ahora es con el pretexto del narcotráfico, con el que a cualquier “hijo de vecino” le pueden “poner el dedo” y presumir su responsabilidad penal. Mañana el pretexto será el terrorismo, considerando terrorista a quien se atreva a cuestionar la privatización del petróleo, la electricidad, la educación, la salud, todo eso que ellos ya están dispuestos a imponer y que llaman las reformas estructurales.

Dice Calderón que todo esto se hace para lograr la seguridad. Pero qué es para él la seguridad: cuidar los bancos, la bolsa de valores, que no haya protestas contra los grandes inversionistas, sobre todo extranjeros; que no haya huelgas, que se respete la propiedad privada (incluyendo aquella que se acumuló con la corrupción y la explotación). A ellos no les interesa que haya seguridad para los trabajadores, empezando por la seguridad en el empleo. Eso no es de su interés y como sienten que cada día hay más gente inconforme, necesitan un ejército pagado como fuerza mercenaria de la que no haya deserciones, a cambio de un sueldo que no van a poder obtener en otra actividad.

Los militares están copando toda la esfera política incluyendo las labores policiales. Por cierto que esto es otra disposición de los gringos. En un informe realizado por Adam Isacson, Lisa Haugaard y Joy Olson, queda claro que el Pentágono sigue impulsando prácticas militares, programas y doctrina militar en América Latina “confundiendo los roles civiles y militares, especialmente tras crear nuevas misiones militares dentro de las fronteras de los países".

En el presupuesto FY2005 de ayuda militar estadounidense se desglosa la ayuda económica para América Latina y el Caribe. La superpotencia provee 921 millones de dólares en ayuda económica, y al menos 859 millones para ayuda militar.

El 12 de marzo estará Bush en México para que Calderón le rinda cuentas, a lo que el chaparrito contestará: aumenté el 46% del salario a los militares, además de seguir preparando fuerzas de contrainsurgencia para enfrentar el descontento popular.

Se necesita estar ciego para no ver que el plan de los poderosos (para México) es el control militar del descontento popular. Habrá que ver si los hijos de Villa y de Zapata se amedrentan con los kaibiles mexicanos.

Pero no hay que olvidar que es tan burda la supeditación de los altos mandos militares a los mandos gringos, que dentro de las fuerzas armadas hay gente conciente y patriota que está haciendo una labor callada y que se opondrá a que el ejército mexicano se convierta en verdugo de su pueblo, pero con el propósito real de defender los intereses económicos y políticos de las trasnacionales.

La lucha que se avecina no va a ser sencilla; por el contrario, será cruenta, por lo que hay que empezar a prepararse desde ahora. Lo primero que hay que hacer es lo que millones de trabajadores ya están haciendo: enterarse, juntarse con grupos experimentados en la lucha y organizarse.