En nuestro caso, retomar el desarrollo económico y social como norte fundamental del gobierno, en función del cual tienen que redefinir su papel las otras políticas del gobierno.

Significa tener una política monetaria subordinada a ese objetivo estratégico y, por lo tanto, poner fin a la independencia real que asumió el Banco Central. Significa definir metas sociales, con acompañamiento regular de una comisión con participación de los movimientos sociales, para controlar los pasos del gobierno y contribuir a su realización.

Asimismo, para salir del laberinto, es preciso retomar por lo menos dos temas, hasta aquí desconocidos o subestimados: el tema del Estado y el del imperialismo. Retomar el tema del Estado es redefinir su función inductora de las políticas de gobierno, explícitamente, no para fortalecer su aparato en sí mismo, sino para fortalecer la dimensión pública del Estado.

Probablemente será necesaria una nueva Asamblea Constituyente, que refunde el Estado brasileño, desmercantilizándolo y redefiniéndolo en torno a la esfera pública y los intereses de la mayoría de la población, para lo cual será indispensable introducir en la Constitución la cuestión del Presupuesto Participativo.

El otro tema es el de la hegemonía imperial en el mundo, con todas sus dimensiones: dominación económica, tecnológica, política, militar, cultural. De la misma forma que tenemos que salir de la dominación del reino del dinero, zafándonos del modelo neoliberal, tenemos que trabajar activamente – comenzando a fortalecer los procesos de integración regional—, aunque también trabajar, dentro y fuera de Brasil, en la lucha contra la hegemonía imperial.

Asumir que el imperialismo es el elemento más determinante en el mundo contemporáneo, que sin esa comprensión no se pueden comprender los temas fundamentales del mundo, de América Latina y del Brasil, y actuar en esa dirección.

De seguir esa dirección, podemos empezar a decir que rompemos con el neoliberalismo y con su lógica mercantil e imperial.

# Rebelion.org (España)