Para la legislación brasileña, "las concesiones públicas son una licencia temporal concedida por el gobierno para que una determinada empresa transmita contenidos por el espectro electromagnético".

En el caso de las televisoras, las concesiones tienen validez de 15 años y para las radios es de 10 años.

Cuando se discutió la Constitución de 1988 el Partido de los Trabajadores, con apoyo del resto de la izquierda, laboró por crear mecanismos transparentes de legitimación de esas decisiones sobre concesiones, como el aval del Congreso Nacional.

Actualmente, la responsabilidad de autorizar el funcionamiento de una emisora o renovar su concesión son atribuciones del Ministerio de Comunicaciones, el Congreso Nacional y la Presidencia de la República.

En el 2006 la Comisión de Ciencia y Tecnología, Comunicación e Informática (CCTCI) del Ministerio de Comunicaciones no renovó la concesión de 83 emisoras de radio y los pedidos fueron a la Comisión de Constitución de Justicia de la Cámara para ser reevaluados.

De ser aprobados allí pasan al plenario y pierden las concesiones si reciben votos contrarios de dos quintos de los 513 diputados.

A ello se añade el reclamo popular de garantizar participación en la renovación de las concesiones, pues los brasileños entienden que tienen derecho a exigir calidad y diversidad de los servicios, opinó el profesor de la Universidad de Sao Paulo (USP), Laurindo Leal.

Leal propone dar más transparencia al proceso y ajustes a lo largo de los años de concesión y como son empresas comprometidas con el público, con programación y horarios, deben funcionar de la misma manera que acontece con otras y ser sometidas a fiscalización.

Si durante un período la empresa no cumple el contrato con el Estado podría ser advertida, suspendida o su concesión podría no ser renovada, como ocurre en otros países considerados aquí ejemplos de democracia, sugirió el profesor.

En entrevista exclusiva a la Agencia Brasil, Leal alertó que sin embargo cualquier tentativa de reglamentar a los grandes medios privados brasileños es manipulada y presentada como una acción de censura, lo que no es cierto.

Esa fue la interpretación que dieron a la soberana decisión del gobierno venezolano de no renovar la concesión a la Radio Caracas Televisión, que participó en un golpe de estado inconstitucional, evadió el pago de tributos y sacó dinero al exterior, explicó Leal.

También la gran prensa local criticó al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva por afirmar que la decisión de su colega Hugo Chávez, es legítima y democrática, acorde al derecho venezolano.

Con miedo de que se apliquen estrictamente las leyes ya existentes para renovar concesiones, los conservadores partidos Socialdemócrata y Demócrata en el senado declararon preocupación ante tal ejemplo.

La preocupación es lógica entre quienes desde poderosos medios privados extremaron sus campañas electorales, especularon sobre escándalos edificados para desacreditar al gobierno y limitaron al máximo su derecho a réplica para tratar, sin éxito, de menguarle respaldo popular.

# Agencia Prensa Latina (Cuba)