Engrampados entre las presiones de Washington y la reciente decisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, suspendiendo el mandato de la denominada representante personal de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos para Cuba, la UE trata de encontrar un "término medio" que pueda parecer aceptable para la comunidad internacional mientras complace a Washington.

Con tal posición la UE olvida que en cuestiones de política las "medias tintas " resultan impracticables e inadmisibles, sobre todo cuando, como en este caso, obvian elementales principios de dignidad y soberanía.

"Con Cuba, solo será posible un diálogo entre soberanos e iguales, sin condiciones ni amenazas pendientes," ha declarado con firmeza el gobierno cubano, en clara alusión a la mantenida " posición común ", adoptada por la UE en el 2003, como parte del creciente alineamiento con las posiciones de la Casa Blanca hacia La Habana.

Los encargados de las decisiones políticas en nombre de la culta Europa debían saber por experiencia, que Cuba no discute con una pistola apuntando a su cabeza y, mucho menos, cuando de asuntos domésticos se trata. ¿Acaso ignoran los cancilleres europeos cuál ha sido la firme posición de la Isla frente a las agresiones, presiones y chantajes del poderoso imperio norteamericano durante casi medio siglo, las que en octubre de 1962 llegaron a la amenaza nuclear? Cuba ha insistido en su disposición a discutir su diferendo hasta con los Estados Unidos, pero sin condicionamiento alguno, pues un elemental apego a los principios de independencia y soberanía obliga a tal conducta.

¿Con qué derecho la UE puede imponer una agenda a la Isla y mucho menos sobre temas acerca de los cuales los supuestos inquisidores tendrían que ofrecer no pocas explicaciones a la comunidad internacional y a los propios europeos?

La Unión Europea calló vergonzosamente en el seno de la fenecida Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, cuando en el 2005 Cuba intentó presentar la situación de los prisioneros secuestrados, entre ellos varios ciudadanos de ese continente, en la ilegal base norteamericana de Guantánamo.

Cinco años después de abierto el eufemísticamente llamado campo de detenciones " Delta ", en el territorio sur-oriental de la mayor de las Antillas, se mantiene con casi 400 prisioneros a quienes se les han negado los más elementales derechos jurídicos y sometidos a suplicios, mas la UE sigue con su tolerancia cómplice.

Todavía la comunidad internacional espera, al menos, las explicaciones cuando no la autocrítica, de la Unión, por la complicidad de varios de sus miembros en el horrendo y no esclarecido episodio de los vuelos secretos de la CIA conduciendo supuestos " combatientes enemigos" hacia cárceles clandestinas en el territorio europeo.

Tampoco se ha pronunciado la UE por la participación de algunos de los suyos, integrantes de la coalición de tropas que acompañó a EE.UU. en la ocupación militar de Iraq, llevada a cabo con burdos y mentirosos pretextos.

En ese país, debían saberlo en Europa, han muerto más de 600 mil personas, una gran parte de ellos en los ataques técnicamente considerados "daños colaterales". Las familias de las víctimas esperan, por lo menos, el mensaje de condolencia de la UE.

La declaración de Cuba no deja lugar a dudas. Si la Unión desea establecer un diálogo sincero, primero deberá despojarse de los compromisos con Washington, y archivar o destruir el documento confidencial de reciente circulación en Bruselas, titulado " Policy Paper on EU Médium Term Strategy Towards Democracy in Cuba" (Documento de política sobre la estrategia a mediano plazo de la UE para la democracia en Cuba), con el cual han pretendido llevar a cabo una política paralela a la de Washington.

Solo entonces estarán en capacidad de sentarse a conversar con La Habana sobre muchos temas de interés para millones de integrantes de la especie.

Agencia Cubana de Noticias