La discusión sobre el comportamiento de la tasa de cambio ha retomado importancia en Colombia a raíz de la revaluación que ha tenido lugar en los últimos años. Para poner algo de orden en la discusión, es útil abordar el problema planteando tres preguntas: ¿Cuáles son las causas de la revaluación? ¿Cuáles son sus efectos? ¿Qué se puede hacer para revertir la apreciación del peso?

La tasa de cambio nominal es el precio de la divisa y en el caso colombiano la divisa de referencia es del dólar. Como cualquier precio la tasa de cambio está determinada por factores de oferta y demanda. Con este marco de referencia, es posible clasificar las causas de la apreciación del peso en dos grupos: causas externas y causas internas.

Causas externas

1. El dólar se ha debilitado contra el euro y contra muchas monedas alrededor del mundo. La devaluación del dólar se explica por el creciente déficit comercial de los Estados Unidos y por la entrada del Euro y su consolidación como divisa internacional que ha hecho que parte importantes de las transacciones internacionales se hagan con la moneda europea y no con el dólar.

2. Las perspectivas de un gobierno de izquierda en el Brasil generaron incertidumbre y nerviosismo en los mercados internacionales de tal forma que los flujos de capital que llegaban al Brasil pararon de forma abrupta. Así, el real sufrió una depreciación importante antes de la posesión de Lula Da Silva. La depreciación Brasilera fue seguida por devaluaciones en casi todos los países de Latinoamérica por dos razones: (i) el efecto vecindario, es decir, los inversionistas relacionan el riesgo del Brasil con el riesgo del Suramérica; (ii) al subir el tipo de cambio en Brasil sus exportaciones netas aumentan y se reducen las exportaciones netas de sus socios comerciales. Finalmente, el deterioro de la balanza comercial constituye una caída en la oferta de divisas que se traduce en una depreciación de la moneda local. Una vez elegido, Lula emprende una política responsable desde el punto de vista fiscal y manda una señal positiva a los mercados internacionales. Así, los capitales retornan nuevamente y Brasil experimenta una fuerte apreciación. La revaluación del real afecta al peso colombiano por los mecanismos anteriormente explicados.

3. La emigración de ciudadanos colombianos en la última década ha generado un flujo creciente de remesas hacia el país. Para el año 2006 esto flujo representó 4.5% del PIB. Por supuesto, la entrada de dólares asociada con la remesas constituye un aumento en la oferta de divisas que presiona el tipo de cambio hacia abajo.

4. La inversión extranjera en Colombia ha alcanzado máximos históricos. Esto se debe parcialmente a factores externos, como la alta liquidez de la que goza el mercado internacional de capitales, y a factores internos, como la política de privatizaciones del actual gobierno y la recuperación de la confianza por parte de los inversionistas.

Causas internas

Las causas externas de la revaluación tienen una contrapartida interna. En efecto, los inversionistas internacionales colocan sus recursos en Colombia si el país ofrece posibilidades de inversión. Asimismo, la liquidez del mercado internacional se canaliza hacia al país en la medida en que los nacionales estén demandando crédito. La Demanda interna está creciendo a tasas muy altas (6.9%). A pesar de que la discusión general se ha centrado en el gasto público, la demanda privada la muestra mayor dinamismo. En efecto, la demanda privada crece a 7.9% mientras que la demanda pública crece a 3.9%. Ahora, el componente fundamental de este aumento en el gasto privado es la inversión que se representa actualmente 25% del PIB.

En este punto cabe preguntarse ¿Por qué el gasto privado crece tan rápidamente? ¿Por qué los mercados internacionales canalizan sus recursos hacia Colombia? Una posible respuesta es un aumento en la productividad total de los factores de producción. Sendos trabajos de Alejandro Gaviria (Journal of Development Economics, 2000) y Mauricio Cárdenas (Ensayos sobre Política Económica, 2007) señalan que las condiciones de violencia del país han sido una de la principales causas del escaso cambio en productividad que se presenta desde la década de los 80. Si tomamos en serio estos trabajos, los logros en materia de orden público de la administración Uribe deben estar reflejándose en aumentos en la productividad total de los factores. Este aumento en productividad genera, en primer lugar, un aumento en el retorno a la inversión y, por lo tanto, incentivos para invertir en el país y, en segundo lugar, aumenta el ingreso esperado y hace que los agentes de la economía tengan más confianza para aumentar sus niveles de consumo. Adicionalmente, los cambios en productividad suelen afectar de manera más profunda a los sectores que producen bienes transables, es decir, bienes que se pueden exportar e importar. En este orden de ideas, la reducción en los índices de criminalidad sería una de las causas últimas de la apreciación del peso colombiano.

Consecuencias

(1) La consecuencia más visible de la revaluación es el comportamiento de la balanza comercial. El déficit comercial fue 2.5% del PIB en el 2006 y se espera que sea 3.2% del PIB en el 2007.

(2) Los sectores exportadores así como los que compiten con importaciones ven afectados sus ingresos y en algunos casos como las confecciones, flores y el banano la apreciación del peso puede generar pérdidas de empleo.

(3) La revaluación se traduce en un abaratamiento de bienes de importación, dentro de los cuales hay bienes durables y bienes de inversión. Así, la revaluación genera efectos positivos en el bienestar de los consumidores e incrementa los incentivos para la inversión.

¿Qué se puede hacer?

Desafortunadamente, de momento no existe un trabajo que cuantifique costos y beneficios desde una perspectiva de equilibrio general y, por lo tanto, no hay herramientas sólidas para afirmar que la apreciación del peso tiene efectos negativos o positivos en el bienestar de la población. Adicionalmente, aun partiendo del supuesto de que la reevaluación es nociva para la sociedad como un todo, antes de realizar recomendaciones de política se requiere un estudio completo que permita cuantificar la contribución de cada una de las causas de la reevaluación para determinar hasta que punto estamos frente a un fenómeno persistente contra el cual es inútil pelear o si se trata de una cambio transitorio en el tipo de cambio que debe ser suavizado por las autoridades económicas. No obstante, el gobierno nacional tiene la determinación de luchar contra la caída en el tipo de cambio. En esta dirección se han adelantado varia medidas de política y otras tantas están en discusión.

El Banco de la República ha estado interviniendo en el mercado cambiario para aumentar la demanda de dólares y tratar de reducir la caída en el tipo de cambio nomina. Esta política, que no ha sido efectiva, es además ineficiente. Aun si la intervención del Banco Central permitiera mantener el nivel del tipo de cambio nominal, los agregados monetarios se desbordarían presionando la inflación y generando una apreciación real.

Una medida que está en discusión actualmente es permitir que los colombianos tengan de cuentas en dólares en los bancos que operan en el mercado nacional. Esta medida puede reducir los costos de transacción en negocios internacionales y aumentar la demanda de dólares. No obstante, si el efecto sobre el tipo de cambio es importante la medida tendría un costo en términos de demanda de dinero y generaría una caída en el recaudo de impuesto inflacionario.

El gobierno también ha anunciado su intención de congelar el endeudamiento público. Esta medida afecta directamente las necesidades de financiación del país. No obstante, las necesidades de financiación del gobierno dependen de su posición fiscal. Así, para que la medida tenga efectos duraderos es necesario que el gobierno tome acciones dirigidas a reducir el gasto público. Más aun, dado que el país crece a tasas muy elevadas para estándares históricos es deseable, independientemente del nivel del tipo de cambio, que la política fiscal sea contractiva.

Un vistazo general a las finanzas públicas permite observar que los gobiernos territoriales han hecho un esfuerzo a partir del 2001, que el gasto público como proporción del PIB viene deduciéndose y en el 2006 llega a 18.9% del PIB. Así, en términos absolutos no es posible afirmar que la política fiscal del gobierno haya sido particularmente expansiva. Sin embargo, resulta evidente que si se quiere afectar la tendencia en el tipo de cambio el esfuerzo fiscal debe ser mayor. Ahora, dada la rigidez que generan las transferencias y las pensiones en el gasto público el margen de maniobra es pequeño. El gobierno puede trabajar en dos frentes: (i) identificar rubros del gasto que se puedan recortar dadas las restricciones actuales y cuya reducción no genera traumatismos en el proceso de desarrollo (ii) tratar de reducir la rigidez del gasto (reforma de transferencias).

Por razones de espacio, no se discuten otras opciones de política como son el depósito a la inversión extranjera o la sustitución de deuda externa por deuda interna. Baste decir que estas medidas son más útiles para reducir los costos asociados con la volatilidad en el precio del dólar que para frenar la apreciación del peso.