El golpe certero del pueblo ecuatoriano a los partidos de la derecha en las últimas elecciones ha sido contundente. El entierro de los líderes de éstas tiendas políticas como León Febres Cordero (PSC), Rodrigo Borja (ID) y Abdalá Bucaram (PRE), es el resultado de que el pueblo quiere cambios. Más aún cuando ahora existe un gobierno que, pese a redimir al líder de la ID entregándole la Secretaría de la UNASUR, enfrenta a las oligarquía ecuatorianas que por muchos años fortalecieron su poder político y económico a través de sus medios de producción e información. Con respecto a los medios de información recordemos que TC Televisión, Gamavisión, RTS y Canal Uno transmitieron, en vivo, la presentación de la candidatura, ruedas de prensa y los cierres de campaña del ultraderechista Álvaro Noboa en las últimas elecciones presidenciales. Según informaciones públicas, este ex candidato presidencial y actual postulante a la Asamblea Constituyente por el Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN) es accionista de estos medios de información junto a exbanqueros como los hermanos Roberto y Willan Isaías.

En los últimos años, la televisión, y en menos grado la radio y la prensa, han asumido directamente el intento de fortalecer los referentes ideológicos de la derecha ecuatoriana y han contribuido a que las campañas electorales sean más de rostros que de ideas. Los medios de información, en medio de esta crisis de la derecha, han creado personajes para sustituir, incluso, las siglas y hasta el nombre de los partidos en las elecciones. El PSC, uno de los partidos tradicionales de la derecha ecuatoriana y que aglutina a la clase oligarca principalmente de la ciudad de Guayaquil, ahora intenta crear nuevos personajes para la Asamblea Nacional Constituyente. Entre los más fuertes se encuentran: Eduardo Maruri, ex presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, que lidera el Movimiento UNO, y Humberto Mata, que ha intentado por varias ocasiones ser presidente de la República y el gestor, junto a Jaime Nebot, de la autonomía separatista del Ecuador, lidera el Movimiento Fuerza Ecuador (MFE). Sin embargo, el PSC no intenta desaparecer del mapa político no postulando asambleístas, ya que su candidato es César Rhon, ex presidente de Cámara de Pesquería del Guayas. Todos estos adoradores del capitalismo reciben sendos espacios de televisión, especialmente en TC, Canal Uno, Gamavisión, Ecuavisa, cuyas matrices de transmisión están en la ciudad de Guayaquil.

En Quito, empresarios, industriales y banqueros apoyan, al igual que en Guayaquil, a los candidatos de esta tendencia política que ahora desfilan por los mismos medios de información, pero con mayor fuerza en Teleamazonas, canal que pertenece al banquero Fidel Egas, dueño del Banco Pichincha. Algunos candidatos, si bien no han sido afiliados al PSC, ID y PRE, son otros aspirantes que al igual que en Guayaquil, quieren mostrarse fuera de la llamada ‘partidocracia’ (derecha ecuatoriana) pero que comparten la misma ideología, solo que ahora aparecen con unos tintes progresistas.

Mencionemos a algunos que ahora desfilan campantes por los medios de comunicación: César Montúfar, ex director de Participación Ciudadana y director de Clave Democrática, que fue denunciado por recibir financiamiento de la USAID (Leer OPCION 98), participa con el Movimiento Concertación Democrática. A este personaje se suma Mauricio Pinto, empresario textil que participa con el Movimiento Acuerdo Nacional, y Pablo Lucio Paredes, defensor de la economía neoliberal y ex presentador del programa de opinión Economía para Todos en Teleamazonas, y que participa con el Movimiento Futuro Ya. Como dice el dicho, entre bomberos no se pisan las mangueras.

Los medios de información intentan responder a la crisis de la derecha, postulando, como siempre, a sus candidatos. Trasmiten, como hicieron con Álvaro Noboa en las elecciones presidenciales, en directo y en horarios triple A las interminables caravanas por las calles del país. Entrevistas complacientes, tanto en espacios noticiosos como en otros programas (Comunidad-Deportes-Faranduleros y Entretenimiento). Nada de preguntas difíciles, por el temor a que los empresarios, mises, periodistas, sacerdotes y payasos se equivoquen. Nada de cuestionar, nada de recordarles sus explotaciones laborales, sus malos chistes, las cirugías plásticas y haber recibido coimas para publicarles reportajes. Todo es risotada, en todo se les da la razón. No existe espacios para la izquierda y peor aún para el debate, porque saben que no están capacitados para sostenerlo.