Así lo pusieron en práctica los primeros presidentes del órgano colegiado denominado consejo directivo. El primero de ellos fue Gabino Fraga; luego Martínez Cabañas, Andrés Caso Lombardo. Después vino el viraje de un INAP enganchado al PRI, con Luis García Cárdenas y no se diga con Ignacio Pichardo (todavía uno de los poderes tras el trono). E inició su mediocridad con el nombramiento de Raúl Salinas Lozano, impuesto por su hijo Carlos. Un periodo de vedettismo y gigolo. El sucesor fue Adolfo Lugo Verduzco, la mediocridad.

Pero si eso fue el desastre, la ya para entonces mafia empuja al INAP a su fracaso, con el ascenso (“caer para arriba”) a su nivel de incompetencia, de José Natividad (alias Nati) González Parás a la presidencia de ese ya pseudoinstituto. Fue su plataforma para intentar, por segunda ocasión, apoderarse de la candidatura del PRI para gobernador de Nuevo León. Le fue fácil escalar tras el sexenio panista de Fernando Canales Clariond quien estando a punto de renunciar o ser echado del cargo fue traído por Fox, quedando de interino Fernando Elizondo (ahora nuevamente precandidato del PAN versus Fernando Larrazábal Bretón el del fraude a la megabiblioreca Vasconcelos). González Parás logró agandallarse la gubernatura, con la ayuda empresarial del PAN, siendo candidato del PRI.

Nati dejó al INAP en la quiebra económica, no obstante que desde su fundación la escuelita recibió millonario presupuesto del gobierno federal y de algunas entidades en poder del priismo. Para imponer al sucesor, la mafia burocrática hizo la peor “elección” de todo su periodo (1955-2002) para imponer al lópezportillista Alejandro Carrillo Castro, hasta hoy propietario del Instituto en complicidad de Nati y Pichardo Pagaza. Éstos, al concluir el ejercicio de Carrillo Castro, maniobran ya para dejar como heredero a Xavier Ponce de León, expriista que anduvo en líos en la Procuraduría del Distrito Federal, huyó y anduvo pepenando cargos hasta que Usabiaga, el secretario foxista de Sagarpa, lo hizo Oficial Mayor.

A ese Ponce de León es al que Carrillo-Nati-Pichardo impondrán en el INAP, en una simulación electoral con un padrón amañado al estilo del IFE para que Ponce de León, quien da el perfil panista, sea el décimo presidente. El INAP todavía tiene medios económicos (subsidios de Nati con cargo al erario de Nuevo León) que, con todo y haber sido sancionado por la Secretaría de la Función Pública, no deja de recibir millonario donativo federal. Para revivirlo y que deje más dinero nada como que el calderonismo acepte a Ponce de León, a pesar de su historial (incondicional de Carrillo Castro) y cuya imposición es el tiro de gracia para un moribundo INAP.

Esa crisis demanda una decisión: extinguirlo por la vía de liquidarlo, puesto que es un pozo sin fondo, ya no sirve para nada y el dinero que le entregan y del cual no rinde cuenta ni razón, es para constituir un botín para la mafia que lo controla, como su escuelita para vender “estudios” e impartir “cursos” únicamente para saciar el apetito de dinero que tiene un destino de corrupción. Por estos días, si es que Carrillo Castro y su mafia no han cambiado los estatutos para reelegirse indefinidamente, veremos publicado el comunicado de convocatoria para las “elecciones” donde habrá un candidato único: Xavier Ponce de León, para que continúe la propiedad del INAP con un conserje que cuide los intereses de Alejandro Carrillo Castro y Natividad González Parás.

La maniobra está en marcha (en ella también está participando Carlos Almada, quien había puesto “pies en polvorosa” y ha reaparecido como el consejero principal de Nati en el gobierno de Nuevo León). A lo mejor los calderonistas, que ya desparecieron la “parroquia” de Innovación Gubernamental (en manos entonces del senador silencioso Ramón Muñoz, el Monje Loco, perdón, el Rasputín de Fox) y entretenidos que están con el caso de Zheli Ye Gon, ni en cuenta tendrán lo del INAP y le seguirán drenando millones de pesos que manejarán, a discreción, Carrillo Castro, Pichardo, Nati y su mozo de espadas Xavier Ponce de León.

Con sus 52 años encima el Instituto Nacional de Administración Pública, A.C, por cuanto que recibe presupuesto federal, debe ser sometido a una investigación por los diputados federales o, en su caso, éstos presentar una denuncia judicial ante la PGR para que penetre el turbio manejo del dinero público y revise la ineficacia e ineficiencia del instituto, sumido en un desastre total y arsenal de corrupción. Es actualmente madriguera de una mafia cuyos integrantes se otorgan diplomas y medallas tan falsos como el propio INAP.

Revista Contralínea
Fecha de publicación: Septiembre 2a quincena de 2007