El periodista francés Guillaume Dasquié fue arrestado por la DST (la Direction de la sécurité du territoire) [Organismo francés de contraespionaje. Nota del Traductor.], que además realizó un registro en su apartamento. Finalmente fue puesto en libertad y ahora se encuentra bajo investigación por «posesión de documentos secretos relacionados con la Defensa» y «divulgación de expedientes o de información secreta relacionados con la Defensa».

Según el periodista, todo tiene que ver con algunos de sus artículos sobre los atentados del 11 de septiembre y el caso Borell y con su sitio de Internet. Ante la amenaza de una detención prolongada, Dasquié reveló a los investigadores el nombre de su informante, un funcionario de la DGSE (Direction générale de la sécurité extérieure) [La agencia francesa de espionaje. Nota del Traductor.), que también resultó detenido. Sin embargo, según un investigador, no es corriente que los motivos antes mencionados den lugar a la apertura de un proceso judicial contra un periodista. La jurisprudencia de la Convención Europea de Derechos Humanos incluso autoriza a los periodistas a mantener en secreto la procedencia de sus informaciones.

Lo que en realidad se sospecha es que Dasquié se relacionó con una agencia extranjera de espionaje con la que pudo intercambiar documentos clasificados. Al parecer, Michele Alliot-Marie, ex ministra francesa de Defensa y actual ministra del Interior, está siguiendo el caso personalmente.

Propagandistas del «choque de civilizaciones», Guillaume Dasquié y Jean-Charles Brisard publicaron en 2002 un libro que causó sensación y en el que acusaban a varias personalidades sauditas de haber financiado los atentados del 11 de septiembre de 2001. Posteriormente admitieron que habían inventado aquella pista ensamblando información fragmentada de orígenes diversos [1] [2].

Simultáneamente, Dasquié y Brisard intoxicaron a la comisión parlamentaria francesa sobre el lavado de dinero. Al descubrirse el engaño, la comisión se vio obligada a retirar y destruir el informe que acaba de elaborar. Pronto se supo que Brisard había recibido dinero de una oficina estadounidense.

También en 2002 y respondiendo a la amable sugerencia de una embajada extranjera, Guillaume Dasquié publicó, junto con su colega de Le Point Jean Guisnel, un panfleto destinado a ridiculizar el libro de Thierry Meyssan L’Effroyable imposture [Publicado en el español bajo el título La gran impostura.] y a defender la versión de la administración Bush sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001.

En 2006, poderosos protectores impusieron a la cadena francesa de televisión France 3 la designación de Guillaume Dasquié como experto para que comentara la campaña de bombardeos que Israel estaba llevando a cabo contra el Líbano. Su designación causó consternación en el seno de la redacción de dicho canal estatal. A lo largo de la agresión israelí contra el Líbano, Dasquié desinformó a la opinión pública francesa y se pronunció repetidamente a favor de una victoria del Estado hebreo.

[1] «11/Septiembre: periodistas franceses que intoxicaron la información con la pista saudí piden disculpas» Red Voltaire, 2 de noviembre de 2006.

[2] «Excuses publiques de Jean-Charles Brisard et Guillaume Dasquié à Khalid et Abdulrahman bin Mahfouz»