Entrevistado el 6 de marzo pasado por Joaquín López Dóriga en el programa nocturno El noticiero –que transmite la cadena Televisa–, el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño Terrazo, aceptó que firmó contratos de su empresa familiar Ivancar con Petróleos Mexicanos (Pemex), cuando era presidente de la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados y, posteriormente, cuando se desempeñaba como director general en la Subsecretaría de Política Energética y Desarrollo Tecnológico de la Secretaría de Energía (Sener), según su declaración patrimonial en poder de la Secretaría de la Función Pública.
Acusado de supuesto tráfico de influencias y conflicto de intereses por los coordinadores parlamentarios del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Congreso de la Unión y el excandidato a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, el hombre más importante en el gabinete del presidente Felipe Calderón aseguró que los documentos “son auténticos y legales”.
Contralínea documentó los contratos que Mouriño Terrazo suscribió como apoderado legal de la empresa Transportes Especializados Ivancar, por más de 100 millones de pesos, con Petróleos Mexicanos. Éstos se firmaron cuando el encargado de la política interior mexicana presidía la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados, en 2000, e incluso cuando ya era funcionario de la Sener, en 2003. Todos los convenios se le adjudicaron directamente.
El 24 de febrero pasado, Andrés Manuel López Obrador señaló a Juan Camilo Mouriño de ser el “principal promotor de la entrega del petróleo a particulares”; además, lo calificó como un “traficante de influencias”. Luego pidió a los coordinadores parlamentarios de su partido en las cámaras de Diputados y Senadores, Javier González Garza y Carlos Navarrete, iniciar un procedimiento judicial en su contra por presuntas irregularidades relacionadas con Pemex.
Respecto de las pruebas que podrían llevar los legisladores del PRD a la Procuraduría General de la República para que se inicie una investigación en su contra, Mouriño aseguró que “los contratos son auténticos y legales, como es todo lo demás que he hecho en mi vida profesional y en mi vida pública, siempre he actuado en estricto apego a la ley”.
Mouriño Terrazo dijo que “antes de firmar cualquier documento, lo he hecho siempre en la vida privada, pero lo hago con mayor razón y de forma muy meticulosa como servidor público, verifico que ese documento que voy a suscribir sea legal y mi participación también lo sea”.
La firma, aseguró, es legal y ética: “Nunca he participado en ningún órgano de toma de decisión de la empresa paraestatal Pemex, para el otorgamiento de contratos”.
El también expresidente de la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados señaló que los integrantes del PRD están tratando de “desvirtuar” la historia de la compañía familiar Ivancar, que desde hace más de 20 años tiene negocios con Pemex.
“La realidad es una historia mucho más larga, de 23 años. Es una empresa que se crea en 1985, cuando yo apenas tenía 14 años. Yo no favorecí nunca, indebidamente, a ninguna empresa ni mía ni de nadie como servidor público.”
Incluso, indicó, la empresa constituida por su padre, Carlos Mouriño Atanes, ha tenido pérdidas.
“Cuando inicia su operación comercial con Petróleos Mexicanos, la empresa tenía al servicio de Pemex 10 pipas; 23 años después, tiene al servicio de Pemex ocho servicios de transporte. No hay de ninguna manera actuación de mi parte que haya favorecido a la empresa como se me ha acusado dolosamente”.
Juan Camilo Mouriño enfatizó que cuando era funcionario de la Sener “no tenía absolutamente nada que ver con el tema de hidrocarburos o con Pemex”. Sin embargo, omitió señalar que la Sener es la cabeza del sector energético en el cual se encuentra la paraestatal. Dijo que, tras su llegada a la dirección de área de la Subsecretaría de Energía, el 6 octubre de 2003, tomó la decisión de separarse totalmente de la empresa (Ivancar).
Explicó que “es una decisión que no se procesa de la noche a la mañana: primero me deshice de las acciones que tenía de la empresa, dejé de ser socio en noviembre de ese mismo año. Hice los trámites para dejar de ser el apoderado legal, que es la calidad en la que yo firmé el contrato al que se hace referencia”.

Acusación “dolosa”

En su defensa ante las cámaras de Televisa, consideró que la acusación por supuesto tráfico de influencias es “dolosa”.
Además, afirmó que los opositores a la administración de Felipe Calderón se han ocupado en desacreditarlo. “Desde que llegué a la Secretaría de Gobernación, hace menos de dos meses, ya me estaban acusando de no cumplir con los requisitos, cuestionando mi nacionalidad; y, sobre eso, mintieron.
“Después se metieron con mi madre: dijeron que ella mintió y falsificó su acta de nacimiento; y, por su puesto, mintieron. Después se fueron hasta la tumba de mi abuelo a sacar el acta de defunción y traerla como prueba. Han dicho mentira tras mentira y ésta es una más. Yo no he actuado al margen de la ley ni he beneficiado absolutamente a nadie. Jamás he otorgado un contrato de Pemex, de ninguna empresa o institución del sector público, para favorecer a nadie”.
Tras conocerse los negocios de Ivancar con Pemex Refinación, Juan Camilo Mouriño Terrazo aseguró que desde 1985 la firma familiar realiza las mismas prácticas que llevan a cabo todas las empresas del sector de transporte para la paraestatal más importante del país.
Aunque todos los contratos se hicieron sin licitación, el secretario dijo que “esto no es una excepción. No es un favor, no es derivado de ningún tipo de influencia. Es simplemente el método de contratación que Pemex tiene, y es igual para todos los proveedores de ese servicio. Ésta no es una empresa que se hizo y ha crecido al amparo del poder, esa es una absoluta mentira”.

Arremete contra el PRD

El “número dos del gobierno y número uno del presidente”, como lo llamó López Dóriga, consideró que sus denunciantes quieren “debilitar” al gobierno con sus acusaciones. “Es lo que han tratado de hacer desde el principio: apuestan por el fracaso de nuestro país. A quienes no les gusta que México sea exitoso los lleva a actuar de la manera dolosa. Lo han venido haciendo desde el principio de la administración en su conjunto, y de manera particular conmigo, desde que fui designado secretario de Gobernación”.
Negó que al ser señalado de “traficante de influencias” se afecte su operatividad como secretario de Gobernación. “Lo que quisieran no es afectar mi funcionalidad; lo que quieren, finalmente, es que no se discutan los grandes temas”.
Agregó que sus detractores no quieren que “sigamos transformando con las reformas que el país necesita. Quisieron hacerlo cuando discutimos la reforma de pensiones, cuando se discutió la reforma hacendaria, la integración del órgano electoral y, más recientemente, cuando se discutió la Ley de Seguridad y Justicia”.
El secretario de Gobernación descartó renunciar a su encargo como responsable de la política interior: “Somos una generación de mexicanos que cree realmente en el futuro del país, que trabaja arduamente todos los días por construir un mejor futuro y no nos vamos a dejar amedrentar ni nos vamos a hacer a un lado ante ataques infundados, dolosos.
“No tengo absolutamente nada que ocultar, porque no tengo nada de qué avergonzarme”. Insistió en que “no he hecho nada indebido y por eso sigo adelante como secretario de Gobernación”.
Rechazó que el presidente haya conocido con precisión los detalles de los contratos que firmó como apoderado legal de Ivancar con Pemex, aunque aseguró que Felipe Calderón conoce el trabajo de su familia desde antes de que “incurriera en la vida pública”.
Por ahora, dijo, Felipe Calderón “está ocupado en cada uno de los problemas que tiene México. Atento al desarrollo de lo que estamos viviendo en nuestro país y por supuesto a este tema, pero sabe de dónde viene también. No es un ataque clandestino, sabemos el origen, la razón y la determinación del presidente es seguir adelante, seguir construyendo lo que el país requiere”.

Revista Contralínea / México
Fecha de publicación: 2a quincena Marzo de 2008