El debate se da cuando es cada vez más evidente y profunda la escisión en el partido del sol azteca. A pesar de los esfuerzos de muchos afiliados y simpatizantes, la situación es caótica, sectaria y pareciera irresoluble.
Se han propuesto varias salidas(…) y nada. Lo mismo que se nombre un presidente interino para citar a nuevos comicios, que exista un partido federado y hasta que se intente una refundación. Nada mueve o siquiera conmueve a los chuchos y encinistas –éstos seguidores a ultranza de López Obrador– de sus posiciones.

Este panorama, desgraciadamente, traerá consecuencias negativas. En cada ocasión que las fuerzas progresistas van separadas, la derecha y el priismo se muestran encantados, ya que seguramente obtendrán nuevas victorias. Terrible para una nación que tiene retos muy importantes, entre ellos lograr que los presupuestos federales sirvan realmente a la ciudadanía y no a grupos oligárquicos.

Actualmente, sabemos, cuando menos la tercera parte de los excedentes petroleros son manejados directamente por los gobernadores. Lo que ha posibilitado, entre otras cosas, que esos señores de horca y cuchillo se fortalezcan, ganen elecciones, corrompan y controlen a los medios de difusión estatales, destinen recursos para acciones que les viene en gana y hasta repriman a muchos sin que nadie los moleste, pues la federación es débil y necesita de los apoyos de los gerifaltes estatales para seguir adelante en su proyecto.

Que lo anterior es cierto, lo muestran los casos de Mario Marín en Puebla, Ulises Ruiz en Oaxaca, Emilio González en Jalisco y Zeferino Torreblanca en Guerrero, para no dejar fuera a ningún partido de los llamados grandes.
Por otro lado, hacer una reflexión acerca de Petróleos Mexicanos y no sacar a colación el asunto del corrupto sindicato petrolero –que mismo es un reservorio de votos para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que apoya en ocasiones a Felipe Calderón– sería insensato. Ya se sabe, pero no está mal repetirlo: el perdedor de las elecciones en 2000 y actual presidente de la Comisión de Energía del Senado, Francisco Labastida Ochoa, ha dicho que la iniciativa de Calderón no pasará si acaso quiere sanear la organización que controla a los trabajadores, hace negocios millonarios con obras que ni siquiera realiza, sino las da en concesión y enriquece a unos cuantos.

Además, el vicepresidente del país, Manlio Fabio Beltrones, ya exigió a Felipe que si no deja que la Secretaría de Desarrollo Social, encabezada por el tecnócrata Ernesto Cordero, se maneje fuera del Ejecutivo, para que no se use parcialmente en cuestiones electorales –lo cual siempre se ha hecho–, el PRI no aceptará el periodo extraordinario para dictaminar la ley Calderón.

Esos dos ejemplos muestran, nítidamente, que los priistas se unen en sus intereses –no en posiciones ideológicas, pues no les importa– para lograr ventajas. Mientras que el PRD, insistimos, sigue en el pleito y nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrirá.

Todo ello sucede cuando el barril de crudo mexicano rebasa los 100 dólares, algo inusitado y que muestra la necesidad de defender esa riqueza para darle un mejor uso que en el presente (no se olvide que un viejo tecnócrata del salinismo-zedillismo aseguró hace 10 años que el precio de dicho envase estaría en cinco dólares, por lo que era necesario vender lo más rápido posible el oro negro).

Entre los ponentes que ha propuesto el FAP hay importantes conocedores: David Ibarra, exsecretario de Hacienda; Manuel Bartlett, ex de Gobernación; Jorge Eduardo Navarrete, exsubsecretario de Relaciones Exteriores; el especialista Alfredo Jalife Rahme; Rolando Cordera, miembro de la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México; Arnaldo Córdova, uno de los mejores analistas políticos y constitucionalistas; los juristas Raúl Carranca y Juventino Castro, el último, exintegrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; el maestro Lorenzo Meyer, más los directivos fapistas: Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez.

Con sus opiniones, se puede elaborar una buena propuesta que aliente el desarrollo en el país, tan urgido de empleo y salario digno.

Todo ello, sin embargo, será inútil si las diferencias y los pleitos impiden mostrar ante la nación que la izquierda no es sólo opositora o rijosa, sino propulsora de cambios indispensables cuando los gobernantes de América Latina rescatan sus recursos estratégicos, a pesar de los embates estadunidenses. Eso queda muy claro en Bolivia, Venezuela, Ecuador, Uruguay, Brasil y Paraguay.

Mientras tanto, en Europa la derecha va ganando terreno y ha barrido, prácticamente, a la izquierda. Una muestra reciente fue Italia, donde Silvio Berlusconi –el gran operador de medios de difusión– regresó por segunda vez al poder –tercer gobierno– por los errores de las fuerzas de avanzada. No debemos olvidar los casos de Francia con Nicolás Sarkozy y Alemania con Ángela Merkel.

Aprender de la historia, decía el viejo Marx que cumplió 190 años de haber nacido, es no repetir los errores. Hagámosle caso.

Revista Contralínea / México
Fecha de publicación: 01 de junio de 2008