Junto a su madre y sus tres hermanos vivió parte de su niñez y su adolescencia, que transcurrió en las aulas del colegio Don Bosco, en Macas. Es aquí donde este inquieto joven se interesa por las necesidades de sus compañeros y se lanza como candidato a la asociación estudiantil, obteniendo exitosamente la presidencia, en un momento muy trascendente dentro de la vida de las instituciones educativas, como era el debate acerca del laicismo en la educación. Diego, conjuntamente con representantes de otros planteles, decide organizar y realizar el primer consejo constitutivo de la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE) en la provincia de Morona Santiago, con la finalidad de fundar la Federación en este lugar. La emoción lo invadió, nos cuenta, pues además de ser un consejo exitoso, sus compañeros lo eligieron presidente de la FESE de esa provincia, lo cual marcó un hito muy importante en el inicio de su vida revolucionaria.

Además de ser un dirigente estudiantil destacado, Diego también se caracterizó por ser un excelente estudiante, razón por la cual recibió una beca para estudiar en la universidad internacional, IUDE, en la ciudad de Quito, pero dadas las circunstancias económicas que le impedían pagar aranceles y demás gastos extras, decide continuar estudiando Derecho, en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central del Ecuador (UCE). “Cuando hice los trámites para cambiarme a la Central, varios de mis compañeros también lo hicieron, pero tuvieron que volver a primer año, yo, por mis notas, pasé directo a segundo año de Derecho”, comenta con modestia Diego. En ese mismo año fue elegido como presidente de curso, identificándose directamente con la tendencia de izquierda. Decide unirse a las filas del Frente Revolucionario de Izquierda Universitaria (FRIU), ejerciendo ejemplarmente su papel de militante, y cuando se encontraba cursando el cuarto año de su carrera, asume la presidencia de la FEUE de Quito, y luego, por la consecuencia demostrada en sus responsabilidades, es tomado en cuenta para ejercer funciones como Secretario Nacional de la FEUE, subdirector del Movimiento Popular Democrático de Pichincha y, a su vez, como Secretario de Relaciones Internacionales de la FEUE Nacional.

Participó como organizador en el Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes Secundarios y Universitarios (CLAE), que se desarrolló en la ciudad de Quito, que por su magnitud se constituyó en un referente de los eventos de este tipo en el continente, para lograrlo contó con la participación de la FESE y de la Federación de Estudiantes Universitarios Politécnicos del Ecuador (FEUPE). Fue un evento que demostró la fuerza que tiene el movimiento estudiantil en el Ecuador. Por haber demostrado una gran capacidad como organización estudiantil, los miembros del secretariado de la Organización Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE), integrado por estudiantes de Cuba, Brasil y Nicaragua, debaten intensamente y deciden, en marzo de este año, ampliar el secretariado para que el Ecuador asuma esta representación con la FEUE.

Al saber de esta noticia los miembros del Comité Ejecutivo de la FEUE, conjuntamente con los más destacados dirigentes universitarios a nivel nacional, propusieron una lista de quienes podrían representarlos en la OCLAE, resolviendo, el diez de mayo en Consejo Nacional de la FEUE, y por votación unánime, que Diego Morales asuma esa responsabilidad viajando a residir, durante dos años, en la ciudad sede: La Habana, Cuba, en la casa de la OCLAE.

Las expectativas de aportar al movimiento estudiantil de Ecuador y Latinoamérica son muy grandes, como es “atender a aquellas organizaciones estudiantiles donde existen para fortalecerlas, y si no las hay organizarlas, conformarlas, unificarlas. Ampliaremos la línea de comunicación de la OCLAE, para que todo estudiante universitario de los países latinoamericanos la conozca, además trabajaré en beneficio de los estudiantes del Ecuador para fortalecer las organizaciones estudiantiles y llevar nuestra experiencia”, agrega Morales entusiasmado.

‘El mejor abogado es quien se interesa por las causas de los sectores más empobrecidos’

“El ser un militante de izquierda me ha cambiado mucho la vida, conocer que se puede ir más allá, que uno no puede ver por sí solo, sino que tiene que ver también por los demás, en especial por los sectores pobres, y que la única manera de luchar por ellos es acabando con el sistema que vive actualmente el país, acabando con la concentración de estos grupos de poder económico. He aprendido que uno debe luchar por cambiar las circunstancias y transformar este país, y para eso estamos nosotros, para ayudar a esta gente a concienciar, a politizar a todos los pueblos del Ecuador en un fin común: el cambio".

“Decidí estudiar Derecho al ver que donde yo vivía (en ese momento Macas), los abogados se dedicaban al tráfico de tierras y trabajaban únicamente con la visión de enriquecerse, cuando debieran aspirar a defender las causas más nobles de los pueblos del Ecuador. Yo siempre he pensado que al seguir Derecho uno busca la manera de que las leyes sean en beneficio de los más pobres del país, a pesar de que los profesores insisten bastante en que uno no debe dedicarse a las causas populares del país porque no va a sacar nada, no va a enriquecerse, y ese es el criterio que se tiene incluso en una universidad pública, donde debe haber un criterio diferente".

“A nosotros nos meten la idea de que cuando un abogado llega a su plenitud económica, cuando tiene una gran casa o un carro de lujo es el mejor abogado, mientras que para mí el mejor abogado es quien se interesa por las causas de los sectores más empobrecidos y que los defiende, buscando la manera de solucionar sus problemas”.