La nómina de los últimos caídos es la siguiente:

Ecuador: Raúl Rodríguez, tiroteado el 30/6/08 en Guayaquil, ciudad en la que trabajó durante 20 años en Radio Sucre.

Guatemala: Jorge Mérida, muerto por disparos el 8/5/08 en Coatepeque, lugar en que era corresponsal del diario Prensa Libre.

México: Candelario Pérez, balaceado el 28/6/08 en Ciudad Juárez con un fusil AK–47.

República Dominicana: Normando García, acribillado con diez balazos el 7/8/08. Se desempeñaba como camarógrafo en el programa “Detrás de las noticias”.

Venezuela: Pierre Fould Gerges, por disparos en 2/6/08, en Caracas. Fue subdirector del periódico Reporte de la Economía.

Javier García, apuñalado el 15/6/08. Fue reportero de Radio Caracas Televisión (RCTV) en la emisión por cable.

Torturas y otros atentados

Tres periodistas del periódico O Día, de Río de Janeiro, Brasil, fueron secuestrados y torturados el 14 de mayo/08 por un grupo para militar mafioso en la favela (población extramuros de gran pobreza) al tenor de una denuncia de esa publicación en junio pasado que mantuvo el silencio para no entorpecer las investigaciones del caso.

El equipo profesional compuesto por una periodista, un reportero gráfico y un asistente fueron víctimas de una banda criminal de las llamadas “milicias” que integran policías y delincuentes y que dicen actuar en contra del narcotráfico pero que en la práctica se han convertido en organizaciones mafiosas que al estilo gangsteril cobran por “protección”.

“Las milicias son peores que los delincuentes. Ellos usan la estructura del Estado, la preparación policial, el uniforme y el nombre de la institución”, declaró José Mariano Beltrame, secretario provincial de Seguridad Pública.

Los nombres de los afectados se han mantenido en reserva, aunque se sabe que durante siete horas fueron sometidos a torturas que incluyeron golpes y descargas eléctricas, denunció O Dia. “Fue un atentado contra la libertad de prensa y el gobierno colaborará con la justicia para que el hecho no quede impune”, manifestó en su oportunidad el viceministro de Justicia Luiz Paulo Barreto.

El 4 de junio fue identificado como jefe de la milicia torturadora el inspector policial Odinei Fernando Da Silva, quien se entregó a la justicia el 16 de junio.

Otro caso de bárbaras torturas fue denunciado en junio pasado cuando pudo ser liberado en Guantánamo –territorio cubano ocupado ilegalmente por Estados Unidos– el periodista Sami Mohieldin El Aj de la cadena informativa Al Jazira.

Encarcelado durante siete años afirmo: “Me torturaron desde el primer día y de hecho la cojera que tendré de por vida fue de una caída en uno de los traslados en los que nos mantenían con los pies y manos atados y los ojos vendados. Una vez en Guantánamo, la situación empeoró: malos tratos, impedimento del sueño, cambio de celda cada dos horas, encierros en células heladas, iluminación constante y vejaciones sexuales”.

El Aj denunció en Ginebra todas estas características de la “democracia” estadounidense ante el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, informó la agencia EFE.

En México, el 27/7/08 robaron en la sede de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), denunció la organización azteca CENCOS que condenó el hecho. Carolina Velásquez, coordinadora editorial de CIMAC dijo que las cerraduras fueron violadas y los asaltantes se llevaron computadoras, grabadoras y otros equipos de trabajo. El material sustraído contenía abundante información y textos de investigaciones. CIMAC funciona como agencia informativa con énfasis en la problemática femenina de México y otros países.

También en México, la Comisión Nacional de Derechos Humanos señaló en julio que en tanto se registra el asesinato de 41 periodistas entre 2000 y lo transcurrido de 2008, se incrementan las denuncias por violaciones a los derechos humanos de los informadores. En ese plano las acusaciones fueron 43 en 2005 y en 2007 aumentaron a 84.

“Para esta Comisión Nacional es alarmante la cantidad de ocasiones en que la autoridad actúa débilmente frente a su responsabilidad de investigar y de procurar justicia”, apunta un comunicado de la CNDH.

En Guatemala, la Asociación de Periodistas (APG) sostuvo en julio 30 que el gremio periodístico ha resultado afectado con la inseguridad ciudadana como el caso del periodista Edin R. Maaz, cuya vivienda fue balaceada. Simultáneamente, los reporteros Oscar Perdomo y Danilo López recibieron amenazas de muerte.

En Chile, fue detenida y sometida a juicio la documentalista y cineasta Elena Varela. Apresada mientras filmaba un documental sobre el pueblo originario mapuche (araucanos es apelativo inventado por los españoles) y se le acusa de “actos terroristas”.

El Colegio de Periodistas de Chile, la Asociación de Documentalistas y otras entidades se solidarizaron con Varela, quien obtuvo libertad bajo fianza a mediados de agosto.

En Venezuela, se incrementó la campaña propagandística en contra del presidente Hugo Chávez, a la que se ha caracterizado como terrorismo mediático. Con ocasión de la gira del Jefe de Estado por Rusia y otras naciones “lanzaron trece mentiras en los medios opositores”, reveló el canciller Nicolás Maduro.

En declaraciones para la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN), el vicepresidente de la República, Ramón Carrizales, acotó que “el poder mediático internacional se empeña en descalificar a Chávez” con la difusión de gruesas falsedades.

Informe publicado en el portal de la FELAP (www.felap.info)