Mijeíl Saakashvili presidente de Georgia, aliado de Bush y formado por los servicios estadounidenses.
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La Post-Guerra Fría [que apareció después de la caída del muro de Berlín y del comunismo en 1989], se inició con un cierto triunfalismo occidental, simbolizado en quellos momentos por el libro «El fin de la Historia» de Francis Fukuyama.
El título del libro era pretencioso, descarado y confianzudo, pero hay que reconocer que tuvo el mérito de impregnar el espíritu de aquel tiempo que reinaba en Occidente.
A la Historia le había llegado su fin con el triunfo de la civilización occidental [su victoria sobre el comunismo].
El resto del mundo no tenía otro camino ni opción que ceder delante el avance [triunfalista] del Occidente.

En Georgia [en agosto de este año], Rusia ha declarado sin equivocación, que no piensa someterse más ante el Occidente. Después de dos decenios de humillación, la Federación de Rusia ha decidido de responder fuerte. Dentro de poco tiempo, otras potencias van a imitarle. En virtud de su poderío arrollador, Occidente ha penetrado en los espacios geopolíticos de otros países "durmientes".
Pero estos países ya no están durmiendo, en particular en Asia [y sobre todo América Latina, ndt.]

En realidad, la mayoría de los países del mundo están sorprendidos de ver al Occidente considerar a Georgia como una víctima de Rusia. Los Estados Unidos tampoco tolerarían que Rusia penetre en su esfera geoestratégica en América Latina.

Los Latinoamericanos se han dado cuenta del doble discurso [doble moral] de los Estados Unidos. Del mismo modo todos los comentaristas musulmanes constatan que los USA han invadido Irak de manera ilegal.

Ni India ni China se han dejado manipular y no han expresado ninguna crítica o protesta en contra de Rusia: esto demuestra cuan equivocada está la visión Occidental acerca del conflicto de Georgia pero también cuan aislada se encuentra del resto del mundo. Ellos [Occidente] creían que (gracias a su prensa comercial) el Mundo se iba a poner de parte de Georgia contra Rusia.

En realidad, la mayor parte de países apoyan Rusia contra el tiránico Occidente. Esta diferenciación de visiones, entre la representación occidental y aquella del resto del mundo no podía ser más grande.

Por tal razón, es necesario y decisivo para Occidente sacar una buena lección del [su] experimento en Georgia. Occidente debe reflexionar estratégicamente a las limitadas opciones que le quedan a disposición. Después de la implosión de la Unión Soviética, los pensadores occidentales creían que Occidente no debía hacer jamás compromisos geopolíticos. Pensaban que era Occidente quien podría dictar sus condiciones.

Hoy, Occidente debe reconocer sus realidades. Las poblaciones occidentales de América del Norte, de la Unión Europea y Australasia (Australia, Nueva Zelanda, Oceanía) constituyen un total de 700 millones de personas, esto representa solamente el 10% de la población mundial. El resto, los 90% se han transformado de objetos de Historia en sujetos.

El diario inglés «Financial Times» de fecha del 18 de agosto de 2008 titulaba en su primera página: «Frente unido de Occidente a favor de Georgia». Hubiese sido mejor escribir: «el resto del mundo atribuye a Occidente la responsabilidad del conflicto en Georgia

Fuente: Horizons et Débats, Suiza / Traducción Agencia IPI.
The Financial Times del 20/8/08 (extracto)