La carrera por quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca en los Estados Unidos ha comenzado. Tras el solio presidencial compiten el candidato de los demócratas Barak Obama y John McCain por los republicanos.

Más dudas que certezas se presentan para los 12 millones de indocumentados en su mayoría latinos, pues ambos candidatos parecen coincidir en una reforma migratoria. Mientras Obama buscaría endurecer las sanciones a los que contratan indocumentados, fórmulas para incorporar a los ´sin papeles´ y en seis meses aprobar un proyecto de inmigración integral, McCain es partidario de un control fronterizo más eficaz y represivo.

Otra coincidencia, aunque con mínimos matices diferentes es respecto a la política internacional. Ambos candidatos, fieles a la tradición de “América para los americanos” y al principio imperialista y capitalista, reafirman su vocación unipolar, es decir que Estados Unidos seguirá siendo el amo y señor del mundo, tal como lo demuestran las declaraciones de Obama, que propugna “Una responsable salida de Irak”, en tanto McCain sigue con la filosofía conservadora de George Bush: “Cuando Irak se pueda defender por sí mismo, entonces será tiempo para que las tropas vuelvan a casa”.
Con la elección de cualquiera de los dos candidatos, tampoco la política norteamericana respecto de América Latina va a variar de modo sustancial debido a un creciente sentimiento antimperialista, y a que a pesar de los intentos de nacionalización de los recursos naturales no renovables como el agua y el petróleo, por parte de los gobiernos de Rafael Correa en Ecuador, Hugo Chávez Frías en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, aún las transnacionales yankees tienen incontables intereses económicos.

De seguro las embajadas gringas en América Latina van a continuar con su política guerrerista, separatista y secesionista, tal como sucede en algunos departamentos bolivianos que, junto a la oligarquía Santacruceña, de Beni, Pando, etc., tratan de boicotear el referéndum para aprobar la nueva Constitución boliviana. Situación similar aunque de manera soterrada ocurre en Guayaquil con el alcalde Jaime Nebot y la Conferencia Episcopal ecuatoriana a la cabeza.

Lo que queda en claro es que tanto Demócratas como Republicanos, el burro y el elefante, a la hora de seguir ostentando la hegemonía mundial, de seguir con su política imperialista de explotación a los llamados países del tercer mundo, cual camaleones, se mimetizan entre las barras y las estrellas de la bandera norteamericana.

¿Obama o MacCain? That is the question.