El encuentro con la Asociación Nacional de Periodistas de China y con miembros de máxima responsabilidad en los medios de comunicación, terminó afianzando aún más no sólo las relaciones fraternales, sino el compromiso de estimular la cooperación conjunta, en el entendido de que debemos anteponer la paz frente a toda concepción belicista. Y que la prensa debe actuar, siempre, en beneficio de las grandes mayorías.

China, como lo comprobó la FELAP, con su presencia en las ciudades de Beijín y Shanghai -en su polo de desarrollo económico de Pudong; en la provincia de Guangdong y en la Zona Económica Especial de la ciudad de Shenzhen, camina con sus propios pies una senda de “socialismo incipiente”, así dicho por los anfitriones. Y las y los periodistas van con ese paso, conscientes de su rol, en el marco de empresas de comunicación modernas, asentadas en tecnologías de primera línea.

Avances en las condiciones de trabajo se dan en las diferentes ramas de la prensa televisiva y radial, también en diarios, agencias de noticias, revistas especializadas e Internet. En todos los casos, con salarios considerados de buen nivel, comparados hacia el interior de China con otras profesiones y oficios, y fuera del país respecto del gremio periodístico en general.

Nadie, en todas las expresiones del quehacer periodístico, niega que viven en una sociedad dual, con grandes avances macroeconómicos y el crecimiento de regiones del país beneficiadas por la decisión política del Partido Comunista de China, de ser la punta de lanza del “socialismo de mercado”; mientras, por otra parte se verifica un importante retraso económico y social, particularmente en los sectores rurales del oeste del país.

En diferentes reuniones las y los periodistas chinos insistieron en que conozcamos sus criterios sobre su realidad, haciendo, además, mención a las habituales “distorsiones, tergiversaciones, con que una gran parte de la prensa occidental” se refiere a China y a las libertades de prensa y expresión en dicho país. Más de una vez se dijo, no sin justa razón, que “para el Occidente le es intolerable que China persista en el camino del socialismo”.

Las organizaciones miembros de la FELAP, pertenecientes a las/los periodistas de Cuba, México y Ecuador, abrieron en su momento profundas relaciones con las y los periodistas chinos; hoy es toda la FELAP la que se siente orgullosa de haber dado un paso tan trascendente, en hermandad con la Asociación Nacional de Periodistas de China.

En el camino de ida y vuelta, que acaba de establecerse, se han comenzado a bosquejar ideas que permitan un intenso intercambio en los campos de la capacitación, la comunicación, la actividad cultural y deportiva. Lo planteado y lo por hacer comportan para ambas organizaciones retos a muy corto plazo: próximamente en Latinoamérica y el Caribe recibiremos a nuestros apreciados colegas.

En esa oportunidad redoblaremos esfuerzos para, como anfitriones, estar a la altura de lo realizado por la Asociación Nacional de Periodistas de China, ANCP, de su presidente Tian Congming y el secretario general de ANPC, Zhu Shouchen. Como así del señor Wu Hengquan, Redactor en Jefe del Diario del Pueblo y de todas y todos las/los colegas que nos recibieron y agasajaron en el Diario de Economía, en la Radio del Pueblo de Beijin, en la Agencia de Noticias Xinhua y en Radio Internacional de Beijin.

Todas y todos siempre dispuestos al diálogo y con gran interés por avanzar en la labor emprendida. De la misma manera que las y los periodistas del Grupo del Diario la Liberación de Shanghai, la televisión del lugar y el Grupo del Diario de Guangzhou y su similar de Shenzhen, ubicado en la Zona Especial Económica de China.

Con el conjunto citado se compartió un interesante aprendizaje en las conversaciones y la confraternidad. Lo mismo con la señora Wang Jianchao, coordinadora de la visita, y el profesor Wu Ruigen, traductor, que en todo momento estuvieron a disposición de la delegación de la FELAP.

En general, y entre otros dilemas del propio país, quedó en claro que la cambiante y para nada sencilla realidad de China, sufre, como bien se dijo, de tergiversaciones y mentiras con que una gran mayoría de la prensa occidental procura desdibujar y desmerecer a una potencia –que ubicada como la tercera economía mundial- le hace más que sombra al sueño estadounidense de manejar este mundo a su antojo.

Presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas.