Por: Cecilia Jaramillo

En el Ecuador han tenido lugar procesos y hechos sociales y políticos de gran trascendencia, en los que los principales protagonistas han sido los pueblos, las clases y los sectores de trabajadores y explotados. Su constante lucha y movilización por defender sus derechos, ha sido la escuela en la cual se va desarrollando la conciencia de que ese cambio tan ansiado solo es posible si se cambia radicalmente las estructuras económicas, sociales, políticas y culturales que sustentan el régimen más inhumano y explotador: el capitalismo.

En este proceso, también se van superando las visiones pesimistas que se mantenían hasta hace poco tiempo, en el sentido de que el imperialismo es invencible. Las victorias alcanzadas por los distintos sectores populares les ha dado la confianza de que sí es posible vencer a los enemigos y que una Patria nueva, de igualdad y felicidad para todos y todas, si se puede construir, con decisión, esfuerzo y unidad.

Esta unidad popular y de izquierda constituye la garantía para la construcción de ese Ecuador solidario, justo y de igualdad. Pero también la unidad es un proceso que se va construyendo con cimientos programáticos, con el trabajo conjunto de las clases trabajadoras en función de estos grandes ideales. La unidad popular y de izquierda, igualmente, permitirá acrisolar las ideas y acciones revolucionarias, dejando de lado las posiciones y prácticas engañosas que impiden avanzar con mayor rapidez hacia el socialismo.

Con esta visión, en el Movimiento de Mujeres del Ecuador se da lugar un proceso de Unidad de las organizaciones de izquierda que se proponen trabajar por incorporar a las mujeres trabajadoras del campo y la ciudad a la lucha por el socialismo y por la emancipación económica, cultural y política de las mujeres.

En este contexto, el pasado 4 de marzo, la Confederación de Mujeres Ecuatorianas por el Cambio (CONFEMEC), el Movimiento de Mujeres por la Vida y el Movimiento de Mujeres Luna Creciente, se reunieron en la Plaza de la Independencia para hacer pública su decisión de constituir la ’Unidad de las Mujeres de Izquierda por la defensa de sus derechos y el Socialismo”.

Esta Unidad está contenida en un Manifiesto que recoge sus propuestas (resumen):

“Este es un día de UNIDAD, un día de lucha, un día de alegría, es el momento en el que el Movimiento de Mujeres trabajadoras y populares del Ecuador de izquierda; que había estado desarticulado, desatando luchas dispersas y sin grandes ganancias, se junta para avanzar del brazo de la HISTORIA.

“Nosotras, Mujeres por la Vida, Mujeres por el Cambio, Mujeres de Luna Creciente, hemos tomado la decisión de juntar nuestras manos y avanzar firmes por la construcción de una Patria digna y equitativa.

“Estamos aquí en este acto histórico, hartas de mirar como la pobreza impide saciar el hambre de nuestros hijos e hijas; como el capitalismo sigue utilizando nuestros cuerpos para incrementar sus ganancias, mientras que desde los púlpitos se pregona el conformismo y la incapacidad de las mujeres para determinar sus vidas y decidir sobre sus propios cuerpos.

Nosotras lucharemos por alcanzar el...

SOCIALISMO, que difunda a los cuatro vientos la solidaridad entre los trabajadores y trabajadoras sin discrimen ni recelos de las mujeres hacia los hombres, junto a ellos en la vida y por el futuro luminoso para toda la humanidad.

“Queremos llamar a todos y todas hacia el abrazo de una alegría que comienza, de un Universo que espera que rompamos sus puertas, con la energía de nuestra marcha incontenible.

“Vamos juntos por los caminos por donde avanza –inexorable– la historia. Vamos juntas para amanecer sonrientes con la aurora de una nueva vida con la luminosidad de un nuevo mundo que lo sentimos nuestro y lo defenderemos porque lo construimos con nuestras luchas y esfuerzos...”