En el sur de Quito, cerca del Registro Civil de Turubamba, todos los sábados, desde muy de mañana, la gente va llegando a la consulta del doctor Ramiro Pérez. Llegan con distintas dolencias y, mientras esperan su turno, cuentan que el “doctorcito Ramiro”, como cariñosamente lo llaman, cura con sus agujas las enfermedades del cuerpo, el espíritu y la autoestima, a un costo muy bajo.

El Doctor Pérez, por su parte, explica que “la acupuntura es una ciencia milenaria, tal vez la medicina china más antigua que existe. La acupuntura maneja la energía del cuerpo, positiva y negativa, el ying y el yang, respectivamente, y considera al cuerpo como una unidad, cubierto con una corteza externa, diferente en cada persona, pero con su interior idénticos en todo los individuos, con cinco órganos y cinco vísceras como referentes, formando parejas con funciones específicas, relacionados con los cinco elementos de la naturaleza: madera, fuego, tierra, metal y agua. Es así que la madera es la única que produce fuego, esta unidad produce ceniza (tierra), de la tierra sale el metal que al fundirlo es agua; esta ilustración representa la generación de energía del cuerpo y cada una de las parejas (víscera- organo) representa a un elemento de la naturaleza; es así que la madera representa al hígado, que hace pareja con la vesícula biliar; el fuego representa al corazón, y hace pareja con el intestino delgado; la tierra representa al estómago y hace pareja con el bazo; el metal representa al pulmón, que hace pareja con el intestino grueso, y el agua representa al riñón, que hace pareja con la vejiga. Al ser cinco las parejas (víscera- organo), y cinco los elementos naturales, se considera que todo es múltiplo de cinco; esa relación genera un sabor, un color, un olor o una emoción. Por lo tanto, el trabajo de la acupuntura busca el orden y la armonía del cuerpo con los elementos de la naturaleza, define que esa armonía es salud, mientras que el desequilibrio es enfermedad”.

El galeno manifestó que “la medicina occidental o tradicional trata el síntoma, posteriormente entrega al paciente un medicamento anti dolor; en cambio que la acupuntura busca el porqué del dolor, cuál es el desorden que originó el problema del estómago, por ejemplo, visualizando varios mecanismos para lograr la curación del paciente, por lo que el chequeo debe ser integral: el cuerpo comunica todo, incluso la lengua muestra qué pareja, qué órgano está fallando, en dónde, por qué se produjo la etiología del dolor”.

El Doctor Pérez precisó que “hay sectores que califican a la acupuntura como medicina alternativa, pero realmente la medicina tradicional china es la más antigua, y no debería ser tomada como alternativa, sino ser considerada como medicina preventiva, la que armoniza y organiza el cuerpo, la que evita que el cuerpo se desequilibre o se enferme; además, tiene costos bajos”.

Pero, ¿qué tienen las agujas que curan? El doctor Ramiro Pérez sostiene: “no tienen nada, lo que hacen es colocarse en un punto específico de acupuntura, que está de acuerdo al canal que se va a curar; el cuerpo tiene 365 puntos y lo que hace la aguja, al penetrar, es producir un estímulo y con la intencionalidad que yo manejo la aguja se abre o se cierra, a semejanza de una llave de paso para que se llene algo y no se vacíe, entonces la aguja lo que hace es abrir o cerrar un punto acupuntural dando un desfogue a la energía que pudo estar acumulada o llamando energía para llenar el canal; el lugar donde se coloca la aguja depende de la patología a tratar”.

Este galeno, graduado en los años 80 en la Universidad Central del Ecuador como médico general, deja notar que su pasión es curar y llegar a todo paciente: “La acupuntura trata todo tipo de patología, enseña a la gente a que armonice su cuerpo y adquiera otra forma de vida, que respete la energía de su cuerpo y aprenda a prevenir, cualquie tipo de enfermedad”.