El número con el que inicia el titulo de este artículo no corresponde a ese lejano año en la edad media. No, este es el número del Decreto promulgado por el presidente Rafael Correa y publicado en el Registro Oficial No. 620 del 25 de junio de 2009. Este Decreto faculta la celebración de un contrato con las misiones católicas de la Amazonía, Esmeraldas y Galápagos para la "evangelización e incorporación a la vida socio-económica del país, de todos los grupos humanos que habitan o habitaren dentro de la jurisdicción territorial encomendada a su cuidado".

El decreto 1780 evidentemente que nos cambia de época, pues luego de que Correa nos ofreció salir de larga y oscura noche neoliberal (de la cual aún falta mucho para salir) nos está llevando de un plumazo a la más larga y más oscura y tormentosa época colonial, donde nuestros pueblos originarios eran considerados casi animales salvajes, a los cuales había que educarlos, evangelizarlos, adaptarlos al orden establecido para que sean dignos sirvientes del Rey. La institución colonial que tenía esas funciones se llamó “Encomienda”.

Con este retrógrado decreto, la revolución ciudadana y el presidente Correa acababan de regresarnos cinco siglos atrás en materia educativa, se burlan del general Eloy Alfaro, símbolo mayor de la lucha por el laicismo, del cual se ufanan fieles seguidores.

Este Decreto, junto a otros decretos que afectan los intereses de los trabajadores y nuestros pueblos, parecen ser el signo de una verdadera involución ciudadana, que irrespeta y violenta los derechos de los pueblos indígenas, al igual que la constitución que garantiza el laicismo y la responsabilidad del Estado en materia educativa.

El decreto 1780, publicado vísperas de los festejos del Bicentenario de la Independencia, ha recibido el rechazo de las organizaciones indígenas y sociales como la UNE, la FEUE, la FESE, y de las más diversas personalidades democráticas del país.

Las misiones beneficiarias son: Capuchina-Vicariato Apostólico de Aguarico; Josefina-Vicariato Apostólico de Napo; Dominicana-Vicariato Apostólico de Puyo; Salesiana-Vicariato Apostólico de Méndez; Comboniana-Vicariato Apostólico de Esmeraldas; Carmelita-Vicariato Apostólico de Sucumbíos; Franciscana de Zamora-Vicariato Apostólico de Zamora, y, Franciscana de Galápagos Vicariato Apostólico de Galápagos.

Según el Decreto 1780, este contrato regirá por diez años y tiene la opción a ser renovado por otro tiempo similar, (se parece a la Base de Manta, solo que este invade las mentes). Estas misiones se comprometen a crear centros educativos en los sistemas hispano o bilingüe intercultural, a organizar y poner en funcionamiento emisoras de radio y televisión, a organizar, administrar y mantener hospitales y servicios de salud en general de las zonas bajo su influencia, trabajo que contará con el apoyo económico del Estado. Entre los compromisos asumidos figura la de suministrar al Gobierno Nacional un informe sobre la marcha de estas actividades.

Adicionalmente se establece que, para el cumplimiento de las actividades objeto de este contrato, la iglesia contará con el apoyo por parte de las Fuerzas Armadas y las autoridades civiles, así como el derecho para que sus misioneros sean "hospitalizados y atendidos en los hospitales militares y policiales, pagando las mismas tarifas especiales que el personal de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, y con la misma preferencia".

Así que las “Encomiendas del siglo XXI” tendrán casi las mismas responsabilidades que los municipios, y por lo que se ve, igual o más plata del Estado para atender todas las funciones que establece el Decreto. Los gobiernos locales de Esmeraldas, Galápagos y de la Amazonia debe estar alerta porque sus presupuestos pueden ser mermados.

Las organizaciones sociales comprometidas con el cambio, las organizaciones y partidos de izquierda, el bloque parlamentario MPD -PK deben rechazar esta afrenta a la educación, a la cultura y a la historia de nuestros pueblos.