La historia del pueblo ecuatoriano ha ido de la mano con el nacimiento y fortalecimiento de la UNE. Su trayectoria inicia en 1934, cuando luego de varias luchas se conforma el Primer Sindicato de Educadores Primarios en Azuay y Pichincha, con el objetivo primordial de organizar al magisterio del país y alcanzar reivindicaciones profesionales, salariales y sociales, un 13 de abril de 1938, como un homenaje al Día del Maestro. Atendiendo el pedido de los docentes, el general Alberto Enríquez Gallo, quien presidía el Ecuador en esa época, declaró obligatoria la sindicalización del profesorado fiscal y aprobó la Ley de Escalafón del Magisterio, siendo éste un triunfo importante para el desarrollo del trabajo docente.

La UNE cumple 65 años, y durante este tiempo la organización no ha perdido su identidad ideológica: democrática, progresista, de izquierda; consecuente con las necesidades del pueblo y en contra de la corrupción. Ha mantenido una posición crítica frente a varios gobiernos, siendo víctima de persecuciones, de encarcelamientos de sus dirigentes y hasta asesinatos. El gobierno de Arroyo del Río ilegalizó a la organización; en 1944 se desarrolló el "Primer Congreso Nacional de Educadores Ecuatorianos”, en el Teatro Nacional Sucre en Quito, del 1 al 4 de agosto, con la participación de 83 delegados de las provincias de todo el país, siendo la resolución más importante consolidar el sindicato nacional y conformar la “Unión Nacional de Educadores”, con afiliación libre, no obligatoria y personería jurídica, la misma que se alcanza en 1950 consta en el R.O. de noviembre del mismo año.

En 1977 la dictadura ilegítima a la UNE, retirándole la personería jurídica, y encarcelando durante 1 año a los principales dirigentes nacionales y del Guayas, además canceló a más de 300 maestros y enjuició a 50. En 1978, en el retorno a la democracia luego de un largo proceso de lucha y razón, se restituye a sus cargos a los maestros, y en 1979, por la presión del diputado Jaime Hurtado en el Congreso Nacional, en el gobierno de Jaime Roldós Aguilera, es restituida la personería jurídica del gremio. En los últimos gobiernos la Democracia Popular, en contubernio con la CIA, organizó la FETEC; Alfredo Vera Arrata, de la Izquierda Democrática, como ministro de Educación pretendió disolverla a través de la suspensión de las alícuotas sindicales; igual ensayo fue impulsado por Abdalá Bucarám y su ministra Sandra Correa.

El presidente Rafael Correa y su ministro Raúl Vallejo, que inicialmente habló de formar un nuevo frente, trata de acabar con la UNE con evaluaciones absurdas los maestros que violentan la Constitución. De estos y otros intentos la UNE se ha fortalecido y ha salido airosa. Estas acciones antidemocráticas no pasaron y fracasarán, porque fueron y son obra de los gobiernos reaccionarios y neoliberales de la oligarquía, así como de infiltrados en el proyecto de cambio que actualmente vive el Ecuador.

Por la defensa de sus derechos, de una educación de calidad, varios maestros han ofrendado sus vidas, entre ellos Rosita Paredes, quien muere en 1973 muere Rosita Paredes durante una marcha nacional en Guayaquil, como resultado de la represión ordenada por la Dictadura Militar de entonces.

Un maestro que enseña con lucha

Manuel Antón Vélez lideró en mayo de 1977 la huelga del magisterio, y como consecuencia la dictadura emitió los decretos 1475 y 1476, ilegalizando a la UNE y encarcelando a la dirigencia durante un año.

Según el ex dirigente, “otros gobiernos también han desconocido la presencia de un magisterio organizado. En 1936 fue el dictador Federico Páez, luego los gobiernos de Aurelio Mosquera Narváez, Arroyo del Río y Velasco Ibarra, pero la organización se ha mantenido incólume, ha seguido como una atalaya y como un sindicato fuerte”.

“En 1977, reclamábamos la nivelación de los sueldos de maestros primarios y secundarios, el sueldo básico de los maestros era de 3 mil sucres y se vivía del fío en la tienda, y esta demanda se hizo realidad la nivelación cuando se volvió al orden constitucional, por la presión y unidad de los maestros”.

“El maestro tiene la obligación de enseñar al pueblo que luche por las causas justas”.