El discurso de Correa frente a la UNASUR: defensor de la soberanía, nacionalista y anti yanqui, contrasta con las buenas relaciones que mantiene con los Estados Unidos ¿es una manera de mostrar buen comportamiento por la tolerancia y silencio gringo al proyecto de la revolución ciudadana? Por debajo están casi intactos los tentáculos norteamericanos que a través de diversas tácticas sigue buscando, no solo en el país, sino en América Latina la reversión de los cambios que se viven en la región.

En Ecuador varias instituciones imperialistas como Usaid, DEA, CIA, y diversas Ong’s en áreas educativas, de salud, sociales, tienen la labor no solo de intervenir económica e ideológicamente, sino como lo ha denunciado en varias ocasiones Correa, de ser espías. Por ello, resulta incomprensible que el pasado 25 de agosto los gobiernos de Ecuador y Estados Unidos suscribieran tres instrumentos bilaterales con el fin de mantener “los estándares de efectividad en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado”, lo que significa cerca de 7 millones de dólares adicionales a los 43 millones que Estados Unidos aportó el año pasado. ¿Con qué intenciones invierte esa suma EEUU?

La sección antinarcóticos de la Embajada estadounidense se mantendrá, así como dos acuerdos para el trabajo de la DEA y del Departamento de Seguridad Nacional. “Es una manera de formalizar lo que hemos estado haciendo, pero no ha estado por escrito”, manifestó la embajadora norteamericana. Tomando en cuenta estas palabras, hay que concluir que no ha pasado nada, las actividades de agresión contra los pueblos y trabajadores del Ecuador se mantienen y acrecientan, bajo la cortina de la lucha contra el narcotráfico.

Estas enmiendas modifican levemente un convenio ya existente: “Fortalecimiento de la Capacidad Institucional de la República del Ecuador para controlar la producción y tráfico de drogas ilícitas”, firmado en septiembre de 2002. Una de las enmiendas se encamina a la capacitación técnica, donación de equipos de comunicación y otro tipo de equipamiento; y la provisión de cursos especializados de capacitación, para la lucha contra el narcotráfico y delitos conexos.

Además se permite crear unidades de investigación para neutralizar, desmantelar y procesar a las redes del crimen organizado; el apoyo al Ecuador en la conformación de Unidades de Investigaciones Antidrogas Sensitivas en la lucha contra las drogas y el crimen “transnacional” organizado de manera “soberana”. Promueve el beneficio mutuo por medio del intercambio de información. Dentro de esta carta de entendimiento la DEA juega su papel fundamental, presencia oficializada por la embajada norteamericana.
A pesar de que el Gobierno ecuatoriano denunció la injerencia de la CIA en las Fuerzas Armadas y Policía nacional: las humillaciones que debían pasar los ecuatorianos frente al polígrafo, la capacidad de remover a altos mandos de estas instituciones, entre otras, ahora con estas enmiendas para la selección de personal, se debe pasar una prueba de polígrafo aplicada por personal técnico de la DEA en coordinación con personal especializado ecuatoriano, y no solo que se mantienen sino que se fortalecen los mecanismos del intervencionismo norteamericano.

Con estos antecedentes, la DEA podrá realizar operaciones conjuntas en nuestro territorio, como lo ha venido haciendo, pero ahora con un instrumento legal. Estas enmiendas, llevan acompañados el infaltable condimento del vocabulario de la revolución ciudadana para así suavizar su contenido represivo dentro de los planes del imperialismo, en miras a seguir boicoteando el proceso de cambio que vivimos, y en ese camino recabar información de luchadores sociales y populares, además de estar preparados ante las luchas de los pueblos y trabajadores del Ecuador.