El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, liberó de sus funciones a su representante adjunto en Afganistán, Peter Galbraith. Este último contraataca en los medios de prensa anglosajones acusando a su antiguo superior directo, Kai Eide, y al propio Ban Ki Moon de querer encubrir el fraude electoral a favor del presidente afgano Hamid Karzai.

El representante especial de la ONU para Afganistán, Kai Eide, es un diplomático noruego que representó a su país ante la OTAN (de 2002 a 2006) y goza de una reputación honorable.

El embajador Peter Galbraith es el hijo del célebre economista John Kenneth Galbraith. Notoriamente cercano a la CIA, Peter Galbraith es un especialista en guerras civiles, en cuanto a cómo provocarlas y cómo terminarlas. Según la «teoría de las peleas de perros», es posible provocar una guerra civil en cualquier lugar si se empieza por aislar a una población determinada y después se divide esa población en diferentes grupos culturales con el fin de suscitar un sentimiento de temor entre esos grupos. Cada uno de ellos se siente entonces obligado a defender a los suyos matando a los demás como medida preventiva.

El señor Galbraith se dio a conocer en 1998, cuando inventó la «mentira de Halabja». Galbraith, que fungía entonces como consejero de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, atribuyó a Sadam Husein el uso de gases venenosos contra los habitantes de aquella localidad kurda (entre 3 000 y 5 000 muertos). El Senado estadounidense adoptó inmediatamente, por unanimidad, la Prevention of Genocida Act, que autorizaba al presidente Reagan a imponer sanciones a Irak.

Cosa que Reagan no llegó a hacer ya que un informe de inspección redactado por el Army War College demostró que los habitantes de Halabja habían sido víctimas de los gases utilizados por los iraníes durante la batalla de las fuentes, en la que el ejército iraquí se enfrento al ejército iraní y a los hombres del UPK (comandados por Jalal Talabani). En realidad, fue un golpe de viento lo que determinó que la localidad kurda de Halabja resultara alcanzada por los gases iraníes.

Trece años más tarde, la mentira de Halabja fue desenterrada nuevamente para diabolizar a Sadam Husein y justificar la colonización de Irak. La acusación fue descartada por el tribunal que juzgó a Sadam Husein y lo condenó a muerte.

Peter Galbraith fue embajador de los Estados Unidos en Croacia (de 1993 a 1998). Supervisó entonces el ensayo de la «teoría de las peleas de perros» en la antigua Yugoslavia, abriendo así el camino a la intervención de la OTAN. Durante la independencia de Timor Oriental, dejó la diplomacia estadounidense y fue nombrado ministro del gobierno de transición (de 2001 a 2002). Allí puso a prueba diferentes modelos de reconciliación postguerra civil.

Justo antes de la invasión de Irak, Galbraith fue enviado a la «zona de exclusión aérea» para organizar allí el comienzo del «rediseño del Gran Medio Oriente». Su misión consistía en provocar la guerra civil entre diferentes comunidades y preparar la división del país en tres entidades diferentes (kurdos, sunnitas y chiítas).

Peter Galbraith fue además durante años el agente de la CIA que se ocupaba de Benazir Bhutto, con quien se había relacionado cuando ambos eran estudiantes.

Al parecer, las relaciones entre el señor Eide y Peter Galbraith eran corteses. Galbraith incluso conoció a su esposa, la antropóloga noruega Tone Bringa, en una cena organizada por Kai Eide.

En contradicción con las explicaciones de Galbraith, fuentes cercanas al señor Eide dejan entrever que el representante especial de la ONU en Afganistán no podía seguir tolerando la actitud de su segundo, quien desconocía su autoridad y obedecía ostensiblemente al representante especial del presidente Obama en la región, Richard Holbrooke. Se estima que el dúo Holbrooke-Galbraith tenía intenciones de utilizar el fraude electoral para reemplazar al actual presidente afgano, Hamid Karzai, por otro títere que fuera más eficaz.