Es impresionante saber que la pelota nacional se la practicaba hace ya más de 500 años, por los Incas, pues, según la reseña histórica de la Federación Ecuatoriana de Pelota Nacional (FEPN), se menciona que durante la “conquista” de los españoles, en el territorio del Tahuantinsuyo encontraron a nuestros aborígenes -de la zona andina- jugando con pelotas hechas de la piel de animales y al mismo tiempo para impulsar la bola un madero de cuti y guasmo, que también era utilizado como una herramienta del trabajo agrícola.

Sin duda alguna, este es un juego que nos pertenece, no como propiedad, sino como identidad de los ecuatorianos, pero al pasar de los años la pelota nacional se va desarrollando con algunas complicaciones, pues la sociedad en donde se desenvuelve está recorrida por vientos fuertes de otros deportes, como el fútbol, los cuales impiden de alguna forma que niños, jóvenes y adultos practiquen este histórico entretenimiento deportivo.

Es así como, en una soleada mañana de sábado, encontramos un grupo de deportistas que en su mayoría bordeaban los cuarenta a setenta años de edad. Estas personas ¡jóvenes de espíritu deportivo! usualmente se reúnen en el Parque de la Carolina, para no romper con la tradición y mantener vivo este juego autóctono, y que entre susurros y chistes nos cuentan que tienen miedo de que esta cultural y ancestral práctica desaparezca.

Como nos manifiesta Antonio Cerón, miembro del club de pelota nacional de la Carolina, “yo a este juego le pongo máximo veinte años de vida, pues a los colegios se les da la facilidad de prestarles los implementos para que practiquen y aprendan con nosotros, pero a ellos ¡no les gusta mismo!” Se torna preocupante esta situación, puesto que esto solo juegan personas de edades avanzadas, y con ellas se perderá el juego. ¿Qué está pasando con la juventud ecuatoriana?

De lo que sí podemos estar seguros, es de que incentivación no falta para los jóvenes, por parte de los que conforman este club de pelota nacional, ya que cada mes de diciembre se realizan campeonatos entre las provincias de Imbabura y Pichincha (durante las festividades de la capital), además de la formación de diferentes categorías: la sub 14, 18, 25 y la de mayores.

La estimulación hacia las nuevas generaciones no falta, aclara Nelson Báez, presidente del Club de Pelota Nacional de Pichincha, quien a sus setenta años sigue practicando este tradicional juego. En su mente y alma no se han borrado sus primeras prácticas junto a su padre, desde los 5 años.

Lo que existe es la falta de iniciativa por parte de los gobiernos locales para desarrollar políticas que reconstruyan esta muestra de identidad en vías de desaparición. Lo que se lograría con esto es no permitir la pérdida de este deporte que es tan nuestro, parte de la construcción cultural de nuestros pueblos.