La Cepal señala en su informe Panorama social de América Latina 2009 que México es el país con la mayor contracción económica de la región y el porcentaje de mexicanos en situación de pobreza afectará a 41 millones 252 mil 873 personas y los habitantes del país en indigencia serán más de 15 millones, de acuerdo con los cálculos de ese organismo en 2009. La comisión afirma que México es el único país en el que se registró un empeoramiento en la situación de la pobreza, pues aumentó en 3.1 por ciento de 2006 a 2008. No obstante, la realidad nacional es aún más cruda, pues el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social ha reconocido que ya hay más de 50 millones de mexicanos en situación de pobreza, y según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en sus Indicadores oportunos de ocupación y empleo, entre enero y octubre del año pasado aumentó en 857 mil 213 la cifra de desempleo.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su Informe sobre desarrollo humano 2009: superando barreras, movilidad y desarrollo humanos, dice que México ocupa el número 53, ubicándose por debajo de Chile, Argentina, Uruguay e incluso Cuba. En total, este programa de las Naciones Unidas da a conocer que 47.4 por ciento de la población mexicana sufre pobreza patrimonial o extrema, cifra que incluye a los que no logran comprar una canasta alimentaria o hacer gastos en salud y educación, así como aquellos cuyos ingresos son insuficientes para adquirir vestido, pagar transporte y vivienda. En este documento es donde el PNUD afirma que “nacer en la calle equivocada de la aldea global acarrea consigo grandes riesgos en términos de perspectivas de supervivencia”.

Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el desempleo en México pasará de 6.2 por ciento en el tercer trimestre de 2009 a 6.5 el año siguiente, ya que “México ha sufrido su peor recesión desde la crisis cambiaria de 1994”, destacando una caída de 9.7 por ciento del Producto Interno Bruto. En contrapartida, señala el organismo, Brasil tendrá fuertes tasas de crecimiento, con 4.8 por ciento en 2010 y 4.5 por ciento en 2011. Paradójicamente, México es el único miembro de este organismo en Latinoamérica, ya que Brasil y Chile son aún candidatos a la adhesión del exclusivo club que reúne a los 30 países más industrializados del mundo, conocido como el club de los ricos.

Las opiniones

En el mes de noviembre pasado, mes de la revolución, intelectuales, empresarios y representantes populares emitieron ominosas declaraciones en torno a la gravedad de la situación nacional, y elaboraron propuestas para tratar de evitar lo que muchos llaman un estallido social inminente, nuevas formas para salir de la calle equivocada.

En vísperas del 99 aniversario de la Revolución Mexicana, Joseph Stiglitz declaró abiertamente su pesimismo sobre este país, ya que las estadísticas de crecimiento han sido muy débiles, lo cual se agrega a la problemática planteada por una fuerte dependencia de Estados Unidos y de la eventual recuperación económica de ese país, así como la aplicación de una política fiscal que no estimula a la economía nacional. Stiglitz considera además que el mayor riesgo se encuentra en 2011, cuando en Estados Unidos los estímulos económicos del gobierno para el sector privado se terminen, pues el sistema financiero no ha sido arreglado. El premio Nobel también señaló que lo peor no ha pasado, pues los aumentos al Impuesto al Valor Agregado y al Impuesto Sobre la Renta, que entraron en vigor en 2010 en México, tendrán un efecto muy negativo en la economía. Mientras tanto, el historiador John Womack considera muy negativo que se oculte la imperiosa necesidad que tiene México de una reorganización política profunda y responsable, “con una limpia de todos los extremos del nudo, y no de uno solo”.

Carlos Slim, empresario mexicano y uno de los hombres más ricos del planeta, manifestó en el foro México Cumbre de Negocios, efectuado a principios de noviembre en la ciudad de Monterrey, que el país vive ajustes impuestos desde el exterior, en lugar de aplicar planes propios, y criticó las políticas oficiales que no procuran empleo ni crecimiento. Otro empresario, Miguel Alemán, afirmó en el mismo foro que el país está en un punto de no retorno, “como avión en medio del Atlántico”, lo que equivale a ubicar a la nación en un callejón sin retorno o en una calle equivocada, pues agregó que “no es la crisis financiera, sino la económica y social la que preocupa”.

Para Marcelo Ebrard, jefe de gobierno de la ciudad de México, el país parece no tener rumbo, pues al conmemorar el aniversario de la Revolución Mexicana, señaló que aún hay 12 millones de personas que no tienen derecho a la salud, mientras que a 18.5 millones no les alcanza para comer, y cada año millones de mexicanos migran a Estados Unidos.

Por otra parte, también en noviembre, el presidente del Senado, Carlos Navarrete, afirmó que crece el riesgo de estallido social, mientras que el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro Robles, considera que el modelo de país se encuentra agotado, por lo que ha convocado a todos los sectores de la sociedad para llevar a cabo una reforma integral que permita la refundación de la república.

Por su parte, el “presidente legítimo” de México, Andrés Manuel López Obrador, en una concentración masiva de más de 100 mil asistentes en la plaza central de la ciudad de México, para conmemorar tres años de resistencia civil pacífica, informó que ya cuenta con 2 millones 300 mil representantes del gobierno legítimo y con comités municipales en todo el país. López Obrador propuso la elaboración de un nuevo proyecto alternativo de nación con base en 10 postulados: 1) rescatar al Estado; 2) democratizar los medios de comunicación; 3) cambiar la actual política económica; 4) combatir las prácticas monopólicas que encarecen bienes y servicios; 5) abolir los privilegios fiscales; 6) ejercer la política como imperativo ético y llevar a la práctica la austeridad republicana; 7) fortalecer al sector energético; 8) alcanzar la soberanía alimentaria; 9) establecer el Estado de bienestar; 10) promover una nueva corriente de pensamiento sustentada en la cultura del pueblo.

Reacción del gobierno federal

Ante un panorama desolador e inocultable, las acciones del gobierno federal se limitan a ignorar o descalificar a aquellos que manifiestan su inquietud ante la desatinada respuesta del Ejecutivo a la crisis financiera internacional. Los secretarios de Hacienda, Agustín Carstens, y de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, afirmaron que Stiglitz desconoce la realidad económica del país, a pesar de que semanas atrás, en un foro internacional, Felipe Calderón había manifestado su admiración por este premio Nobel.

Por si fuera poco, el primer mandatario insiste en dar por terminada la recesión de la economía mexicana y en reafirmar su decisión de continuar con la desaparición de la empresa paraestatal Luz y Fuerza del Centro, que se llevó a cabo en las primeras horas del domingo 11 de octubre de 2009, con apoyo de fuerzas federales. Con ello, el autonombrado presidente del empleo dejó en la calle a más de 40 mil trabajadores de la empresa eléctrica. El Ejecutivo mexicano tampoco toma en cuenta los pronunciamientos recientemente efectuados por el Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo, que señala que se deben encontrar los mecanismos para crear puestos de trabajo y que esto debe hacerse con la misma creatividad política con la que se han salvado a los bancos. Tampoco atiende el llamado de la Cepal: urge a la creación de reformas urgentes para luchar contra la pobreza.

En este contexto, llama la atención que Felipe Calderón haya decidido celebrar por primera ocasión el aniversario de la Revolución Mexicana con un desfile en el que incluyó a las fuerzas armadas y, no solamente, con jóvenes deportistas, como lo marca la tradición. Para el reconocido investigador de El Colegio de México, Lorenzo Meyer, el mensaje implícito de esa decisión es que aunque lo vean débil, el Ejército está con él. Lo grave estriba en que tal vez ésa sea la forma –con el apoyo del Ejército– en que Felipe Calderón pretenda salir de la calle equivocada en la que ha colocado a este país.