En momentos en que numerosos líderes latinoamericanos califican de invasión y de ocupación disfrazada de ayuda humanitaria el despliegue en Haití de más 10 000 soldados estadounidenses, nuevas interrogantes se abren con la llegada del USS Bataan ante las costas haitianas.

Durante los últimos años, el mencionado navío de la marina de guerra estadounidense había sido convertido en prisión secreta flotante. Originalmente concebidas para el transporte de tropas de desembarco, sus bodegas de fondo plano fueron remodeladas con la instalación de jaulas y los detenidos en ese navío son sometidos a los mismos experimentos que en la base naval estadounidense de Guantánamo [1].

Después de haber negado durante mucho tiempo esa realidad, el Pentágono acabó por admitir que el USS Bataan fue efectivamente utilizado como cárcel flotante en diciembre de 2001, agregando que había vuelto a su uso normal desde enero de 2002. Sin embargo, numerosos especialistas desmienten esas declaraciones y estiman que el USS Bataan sigue siendo utilizado actualmente como prisión fuera de las fronteras estadounidenses.

Parece imposible que los prisioneros hayan podido ser trasladados después del terremoto registrado en Haití y que el USS Bataan haya sido sometido a la nueva remodelación que sería indispensable para utilizarlo nuevamente como transporte de tropas.

[1Ver: «El secreto de Guantánamo», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 28 de octubre de 2009.