Aunque lejano de aquel 10 de abril de 1961, el recuerdo perdura hoy en muchas madres, quienes recibieron casi en los albores del triunfo de la Revolución las primeras bondades de tamaña transformación en la naciente educación cubana de nuevo tipo.

En esa fecha memorable, los barrios más pobres e insalubres de la Ciudad de La Habana se congratularon con la apertura de los tres primeros círculos infantiles de la Isla: el "Camilo Cienfuegos", “Fulgencio Oroz” y el "Ciro Frías".

Un propósito esencial presidía por encima de todo aquella decisión: educar a las jóvenes generaciones y crear los primeros hábitos y reflejos de trabajo y convivencia social de los pequeñines, cuyas edades oscilaban entonces entre 45 días y seis años.

En auxilio del joven gobierno acudió la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), liderada por la heroína Vilma Espín, que puso en práctica múltiples iniciativas, ferias y tómbolas, emitió sellos de correo e imprimió postales alegóricas a fin de recaudar fondos necesarios para edificar esos centros.

María de los Ángeles Gallo Sánchez, directora nacional de Educación Preescolar del Ministerio de Educación (MINED), narra que aquellos primeros círculos fueron inaugurados por el Comandante en Jefe Fidel Castro y la presidenta de la FMC, Vilma Espín, quien dedicó muchos años a esa noble tarea.

Las nacientes instituciones se iniciaron con un personal compuesto fundamentalmente por trabajadoras domésticas, amas de casa y muchachas campesinas que arribaban a la urbe a estudiar.

Al principio solamente cuidaban de ellos, pero la meta final se tornó más ambiciosa en la medida de su crecimiento: la educación plena del hombre, el "hombre nuevo" del que tanto habló Ernesto Che Guevara.

Hasta inicios de la década de 1980, esas instalaciones estuvieron dirigidas por el Instituto de la Infancia y después las asumió el MINED, para lo cual fue creado el subsistema de educación preescolar que abarcó la formación de esos infantes.

A partir de esa etapa, los esfuerzos estuvieron dirigidos al fortalecimiento de la atención, de los programas educativos y del desarrollo para los menores, junto con la formación de un personal altamente calificado, aseveró la funcionaria.

La atención a la nueva generación desde las edades más tempranas es trascendental en nuestro sistema político y social, porque en Cuba se le brinda todo el rigor e importancia que merecen, desde el instante en que la madre queda embarazada, asegura Gallo Sánchez.

Hoy la educación preescolar cuenta con mil 134 círculos infantiles por toda la geografía antillana, en tanto la capital resulta la que más instituciones posee, subraya orgullosa la especialista.

Aunque las actuales capacidades no satisfacen la demanda, existe el programa "Educa a tu hijo", que se encarga de preparar a la familia y al niño cubano, y representa otra opción más para brindar atención a los más bisoños, recalca la directora nacional.

Desde su surgimiento, unido a la FMC y a otros organismos, el Gobierno concede significación especial a la educación preescolar, y muestra de ello fue el reciente balance anual, en el cual se evaluó el trabajo del curso pasado y del presente, y se trazaron las líneas para la próxima etapa, remarca.

Cuba tiene actualmente cerca de 120 mil niños en círculos infantiles, cuyas capacidades van en aumento, según se otorgan en el segundo año de vida, y cuenta con cerca de 32 mil trabajadores en sus predios.

Como señalara Fidel: “es casi más importante el círculo que la universidad, porque allí es donde el niño adquiere los primeros hábitos de la vida social, aprende a actuar con los demás, a colaborar con los demás, a hacer las cosas con los demás, a aprender de los demás, a respetar a los demás”.

Este 10 de abril cuando se celebra esa efeméride, Cuba vuelve a mostrar al mundo las bondades de su sistema social, que se consolida por el apoyo incuestionable al ser humano.

Agencia Cubana de Noticias