En fecha reciente, al clausurar el IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, el General de Ejército Raúl Castro Ruz destacó que el encuentro tuvo lugar en medio de esa “descomunal campaña de descrédito, organizada, dirigida y financiada desde Estados Unidos y Europa”.

Luego de mencionar el inclaudicable espíritu de resistencia de los cubanos, Raúl recordó la derrota infligida en Playa Girón al ejército mercenario enviado por Estados Unidos para aplastar a la Revolución, en abril de 1961.

Vale recordar que, por entonces y en torno a esos hechos, los medios de difusión masiva estadounidenses protagonizaron una ignominiosa página de goebelianismo.

En su análisis titulado “Agresión y propaganda contra Cuba”, el escritor Michael Parenti, de Estados Unidos, recuerda cómo en marzo de 1961 el semanario de ese país, The Nation, ofrecía abundantes detalles sobre los preparativos de agresión militar a la Isla.

“Sin embargo, en ese país, donde presuntamente existe la mayor libertad de prensa del mundo, la Associated Press (AP), la United Press Internacional (UPI) y los periódicos y revistas más importantes, ocultaron las pruebas cada vez mayores de la invasión inminente”, señaló el también académico e historiador.

En alusión a las oportunas acusaciones del Comandante en Jefe Fidel Castro sobre la esperada agresión, The New York Times las calificó entonces de “frenética propaganda antiestadounidense” y la revista Time como “un persistente melodrama de invasión de mal gusto escenificado por Castro”.

Apenas cuatro meses antes del desembarco mercenario, en enero de 1961, cuando la Casa Blanca rompió oficialmente relaciones con Cuba, se escudó en la supuesta “histeria antiamericana de parte de La Habana”.

“Lo que colmó la paciencia de Washington —señalaba un artículo de The New York Times—, fue una nueva campaña de calumnias del gobierno cubano que inculpaba a los Estados Unidos de organizar una inminente invasión a Cuba.”

Más tarde, durante las 68 horas en que los combatientes cubanos enfrentaron y derrotaron a la brigada mercenaria, los despachos noticiosos de la AP y UPI engañaban al mundo con los presuntos “éxitos militares” de tal empeño.

A las puertas del aniversario 49 de aquellos hechos, nos encontramos en igual posición frente a la maquinaria propagandística estadounidense.

Los tiempos cambian, pero no los empeños agresivos de Washington ni la disposición de Cuba a enfrentarlos.

Agencia Cubana de Noticias