El gobierno iraní anunció un amplio programa de descentralización de sus ministerios y agencias nacionales. Unos 220 000 funcionarios están llamados a desplazarse desde la capital hacia las provincias y deben recibir primas de traslado que alcanzarían del 25% al 50% de sus salarios. Se estima que un total de 5 millones de personas cambiarían de domicilio en el marco de este programa de descentralización.

Oficialmente el gigantesco programa tiene como objetivo una mejor repartición del empleo público y de las responsabilidades a través del país así como limitar los riesgos vinculados a los temblores de tierra.
Extraoficialmente, se trata de prevenir una parálisis del país y de reducir la vulnerabilidad del país en caso de bombardeo de la capital iraní por parte de Israel o de Estados Unidos.