El primer ministro japonés Yukio Hatoyama anunció a sus compatriotas que no podrá eliminar la base militar estadounidense de Futenma, renunciando así a su principal promesa electoral.

Electo en septiembre de 2009, Hatoyama se comprometió durante su campaña electoral a revisar las relaciones de su país con Estados Unidos y, en primer lugar, a sacar de Okinawa a los 20 000 marines estadounidenses estacionados en esa isla japonesa. Pero ahora afirma que al hacer esa promesa electoral no tuvo en cuenta la importancia de las exigencias logísticas estadounidenses.

Para cumplir su promesa a los electores, Hatoyama tendría que proponer al Pentágono la retirada o el traslado de varios servicios, pero no encontró soluciones satisfactorias para otros.

Los últimos sondeos de opinión demuestran el gran descontento del electorado japonés ante este radical cambio de actitud del primer ministro.
El partido de Hatoyama parece decidido a obligarlo a dimitir antes de las próximas elecciones senatoriales, que deben celebrarse en julio.