El nuevo primer ministro japonés Naoto Kan conformó un gobierno con personajes leales que le son leales y descartó sistemáticamente a los amigos del secretario general de su partido, Ichiro Ozawa. Este último, a quien llamaban el «shogún de la sombra», había presentado su renuncia al mismo tiempo que su protegido, el saliente primer ministro Yukio Hatoyama.

En su discurso sobre política general pronunciado ante la Dieta [en inglés en el link], Naoto Kan cerró el breve paréntesis de cuestionamiento de la tutela estadounidense sobre su país.
Posteriormente aupó a Goshi Hosono para ponerlo a la cabeza del partido y lo envió a tranquilizar a Washington.

Al intervenir en el coloquio del Center for a New American Security (CNAS) sobre las relaciones nipo-estadounidenses, el joven parlamentario se esforzó por tranquilizar a sus oyentes. Las dos economías más grandes del mundo se mantendrán unidas aunque Tokio reclame un papel más activo en la política de la región Asia-Pacífico.

Como ayuda al nuevo equipo japonés de gobierno, la administración Obama pudiera hacer alguna concesión en cuanto a la base estadounidense de Futenma (Okinawa), gesto que anteriormente se negó a realizar para provocar la caída del gobierno de Hatoyama.